Los galgos son perros polifacéticos
Según expertos estos canes son los animales más veloces del Mundo después del guepardo.
Los galgos son perros polifacéticos
Entre los galgos se encuentran los perros más grandes y también los más rápidos. Estos canes son animales superlativos.
El lebrel irlandés, por ejemplo, tiene una altura de aproximadamente un metro, unas medidas que no alcanza ningún otro perro.
El galgo inglés, por su parte, puede correr a una velocidad de 70 kilómetros por hora, algo inigualable para cualquier otro perro. Tras el guepardo, es el animal más rápido sobre la Tierra, dicen expertos.
Los galgos son los Ferrari entre los perros y son menos nerviosos de lo que se cree. De hecho, estos delgados canes de movimientos majestuosos son silenciosos, sensibles y discretos compañeros que se adaptan a las circunstancias.
Por eso son recomendables para familias, no hay duda de que les gustan los niños. Pueden ser llevados al trabajo y de vacaciones sin problemas y aguantan bien largos viajes en automóvil.
Especialistas suelen calificar a estos perros como “almas gentiles”. No necesitan órdenes duras, sino palabras amistosas.
Jamás se debe gritar a un galgo, podrían ofenderse. No les gusta tirarse en el suelo y por lo general suelen conquistar el sofá de la sala.
En la casa son extremadamente silenciosos y tranquilos, pero una que vez salen de ella, corren y saltan como locos. Quien decida tener uno, debe tener claro que tiene que dedicarle mucho tiempo para que tenga una vida digna.
Hay que contar con que necesitan al menos una hora y media de paseo al día. En el centro de una ciudad no son felices porque no pueden dar rienda suelta a su necesidad de movimiento.
Además, por su rapidez al moverse es mejor que estén lejos del tráfico cuando corran libres. Para los dueños a los que les guste el deporte, son animales ideales.
Les encanta actuar como compañeros de caminatas, jogging y paseos en bicicleta o a caballo.
No obstante, con ellos hay que estar alerta en zonas boscosas ya que les gusta cazar. Para eso de hecho eran criados inicialmente.
Y son capaces de divisar a mucha distancia movimientos de los que sus dueños no se percatan. En esos casos suelen decidir echar a correr detrás de la liebre o el conejo sin atender a su dueño.
Fuente: Agencias
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