ARA San Juan: “Sabíamos que nos estaban espiando”, dijo la familia Toconás
Lo reconoció Miguel Toconás, uno de los hermanos de Mario, el único integrante de Río Negro de la tripulación del submarino hundido en 2017. Habló de las denuncias por espionaje durante el gobierno de Macri.
“Nosotros sabíamos que pasaba algo raro. Durante los primeros meses después del hundimiento, todos los familiares nos habíamos borrado de los grupos de WhatsApp porque se corría la bolilla de que nos estaban espiando”. Con estas palabras, Miguel Toconás, uno de los hermanos de Mario -único integrante rionegrino del ARA San Juan- reaccionó a la denuncia por espionaje ilegal a los familiares de las víctimas. Así consta en la presentación judicial que efectuó la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia, Cristina Caamaño.
Sin sorpresa ante el presunto espionaje, Miguel recordó vivencias compartidas por los parientes de los submarinistas en la base de Mar del Plata, donde se congregaban, a inicios del 2018, para visibilizar los primeros pedidos de Justicia.
“Había familiares que reconocían a personal de la Armada que estaba de civil, y que los seguía. Fueron muchos los casos así. Y cuando los abordaban y les preguntaban qué pasaba, por qué los vigilaban, les salían con cualquier cosa. Decían que era para su resguardo, porque tenían miedo de lo que los parientes de las víctimas nos pudiéramos hacer. Miedo de que nos autolesionemos o atentásemos contra nuestras vidas”, relató Miguel.
También recordó que, cuando se encadenaron frente al congreso, en junio de 2018, para pedir que el Estado siguiera con la búsqueda, vivieron un episodio similar, protagonizado en este caso por dos jóvenes que los fotografiaban y filmaban a la distancia. “Cuando se logró abordarlos reconocieron que los había mandado el Gobierno”, dijo Toconás.
Además, con respecto a los teléfonos, rememoró que, en la previa a un encuentro con el ministro de Defensa durante el gobierno de Mauricio Macri Oscar Aguad, los familiares hicieron una constatación que indicó que tenían los celulares “pinchados”.
“Me acuerdo que uno de los familiares del grupo nos dio una fórmula que consistía en apretar algunos números y caracteres, como el hashtag, en nuestros teléfonos. Según lo que apareciera, sabríamos si los móviles habían sido pinchados o no. Era una forma de constatación que no sé de dónde había salido, pero probamos y todos indicaban que habían sido intervenidos”, indicó el hombre, sin ocultar su disgusto. “Nada de lo que aparece ahora nos era desconocido”, sentenció.
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