Los docentes y un compromiso “digno y maravilloso» con la educación en pandemia

“Nada de esto podría haberse llevado adelante si no hubiera sido por el esfuerzo de las compañeras docentes”, es la primera frase que lanzó Carlos Tolosa, director de la escuela 317, uno de los establecimientos educativos que durante el inicio de la pandemia contuvo a cientos de niños de una de las zonas más vulnerables de la ciudad.

Y la tarea que desarrollaron no resulta menor porque a diferencia de otros establecimientos educativos, aquí la situación no sólo pasaba por el covid-19 sino también por la situación educativa y alimentaria de cientos de niños y sus familias.

Recordó que muchas veces comenzaban sus actividades a las 8 de la mañana y terminaban a las 21. “No era fácil porque muchos de nuestros alumnos no tenían acceso a la tecnología. Había que esperar a que llegara el papá o la mamá del trabajo para mandarles la tarea a través del celular”, recordó el exsecretario general de la Unter, hoy dedicado a la tarea directiva en ese establecimiento.

“El covid amplió la brecha y se vio claramente. Permitió visibilizar las diferencias sociales y en instituciones como esta se vio claramente”, explicó.

Para Tolosa, hubo un trabajo silencioso y tal vez no muy visible pero con mucho compromiso social. “No éramos solo escenciales sino imprescindibles porque cómo hacés para hacerles llegar un trabajo práctico sino se lo entregás a la familia, cómo hacías para entregarles los módulos alimentarios. Eso tiene una enorme significancia, tenemos más del 50 por ciento de los niños bajo nivel de pobreza (datos oficiales)”, relató.

Para Tolosa hubo mucho compromiso y convicción personal de cada uno de los actores de esta historia.

“Al principio la entrega de material era semanal. Había momentos en que éramos entre 24 y 25 docentes. Teníamos que parar y organizar porque no paraban de sumarse y venían trabajar”, recuerda.

Explicó que en esta pandemia se reivindicó la tarea docente y la escuela pública. Y para ello contaron con la colaboración de funcionarios de coordinación y del ministerio que les permitieron continuar con la actividad.

“El nivel de compromiso fue muy alto, maravilloso y digno”, destacó. En muchas ocasiones cuando fallaba la comunicación, explicó que los docentes salían casa por casa a repartir la tarea a los alumnos. Así recorrieron barrios como Las Lomitas o Fiske Menuco, donde pusieron el cuerpo y el alma frente a la pandemia.

“Muchas cosas. La fantasía es que el FMI en vez de otorgar préstamos con fines financieros me los hubiera dado a mi; entonces me hubiera permitido la instalación de cloacas a casi 20 mil habitantes, el gas natural y energía eléctrica a varios barrios y el acceso a la tecnología y centros deportivos para las prácticas de deportes”, aclaró.

“Dejaría de hacer tantas rotonditas y haría eso”, explicó este maestro, quien desde hace más de 30 años se radicó en Roca proveniente de Henderson, provincia de Buenos Aires.

En otro tramo de la entrevista, el director de la escuela también explicó que se debe reconocer la tarea que desarrolló en otros establecimientos educativos como las escuelas N° 275, N°289, N°38, N°66, N°344, N°56, y jardines jardín N°76, N°18 y N°33 -entre otras- además de la predisposición del personal Supervisión Zona III, ETAP, dirección de Nivel Primario y de Nivel Inicial.

“De una u otra manera todos ellos mostraron el compromiso por la tarea docente la cual excendió lo estrictamente pedagógico”, concluyó el director de la escuela.