Los clubes ribereños de Neuquén, una opción segura para el verano en pandemia
Son elegidos por los neuquinos que decidieron o no pueden viajar a otros puntos turísticos. En el interior de los predios hay personal encargado de controlar el cumplimiento de protocolos.
El río Limay ofrece múltiples espacios para los vecinos que deseen pasar un momento al aire libre. En la ciudad de Neuquén, los clubes ribereños ubicados sobre calle Río Negro son en ese sentido una de las mejores opciones.
Con la pandemia, se notó un interés creciente por recurrir a estos lugares, que se vio reflejado en la cantidad de socios. Esto debido a que se convirtió en una opción más segura y también económica, para los que preferían permanecer en la ciudad o no podían viajar. En otros casos es un plan complementario para los que armaron sus valijas y emprendieron sus vacaciones en algunos de los destinos argentinos.
Aunque en los clubes todos coinciden que el número de socios no se vuelca luego de manera masiva en la asistencia a estos espacios.
Para Patricia Martínez, presidenta del Ceppron, hay puntos que hacen atractivos a los clubes. “El tema de la elección de los clubes es también por la seguridad. Hay una persona que hace seguridad, otra que está en el sector de los baños, un servicio de emergencia y además hay guardavidas. Y es un espacio cerrado”, explicó.
También marcó algo que se observó este año con la pandemia, a diferencia de temporadas pasadas: “Se vio mucho este año socios que prácticamente no venían y esta temporada se acercó gente de muchísimos años como socia que no aparecían y nos contaban que al ser mayores de edad, al estar en edad de riesgo se cuidan mucho y prefieren no salir y evitar el viaje a otros lugares. Eso se vio muchísimo en socios de muchos años que no venían al club. Por ahí antes viajaban. Hay gente que evita viajar por temor a contagiarse”, agregó.
Mauricio Zecca, administrador de El Bigua dijo que recibe comentarios de gente que se asocia como una opción para unas vacaciones locales o para tener un lugar donde pasar el verano cuando el viaje a otros puntos turísticos no es una opción.
Se inscribieron muchos socios nuevos, pero sin embargo no se llena de gente porque hay un cupo limitado de ingreso”,
indicaron desde la Asociación Italiana de Neuquén.
“Te dicen que el verano venía complicado para viajar, que prefieren quedarse en Neuquén. La gente vio en los clubes una alternativa al viaje. O hacen viajes más cortos, de pocos días a Las Grutas o la cordillera y el resto de los días lo pasa en los clubes. Igual no se vio reflejado en la cantidad de gente dentro de los predios. Yo pensé que iba a haber mucha mas cantidad dentro de los clubes”, explicó Zecca.
Agregó que en años anteriores en pleno enero, durante “los fines de semana el club se desbordaba”, algo que señaló solo ocurrió durante la ola de calor. (Ver recuadro)
“Tenemos todas las actividades. Se fueron habilitando a medida que la municipalidad las fue autorizando. El gimnasio con aparatos, la escalada está habilitada. Hay tenis, básquet, voley. Otras al aire libre como kangoo jumps y el canotaje. La gente se ha volcado mucho al canotaje, ha sido muy demandado en el verano”, dijeron desde El Bigua.
“Durante el año se sumaron socios, pero como el club permanecía cerrado no se pudo determinar la cantidad real. Socios nuevos se empezaron a hacer desde mayo, y se hicieron algunas promociones y con las primeras habilitaciones se comenzaron a usar las instalaciones cada vez por más gente”, indicaron desde la Asociación Italiana Neuquén, otro de los clubes que se encuentra a la vera del río.
La ola de calor, el período más concurrido
La seguidilla de días de más de 40 grados de la semana pasada hizo que los sitios a la vera el agua sean un refugio y alivio durante la ola de calor.
Se visualizó en los clubes ribereños que registraron más cantidad de visitas de socios que la de los días previos.
“El movimiento grande fue con la ola de calor. Ahí se llenó bastante. Antes venía bastante tranquilo. Con el calor esos cinco o seis días fue mucha gente. La temporada está muy tranquila. Comparado con el verano anterior, venía muy tranquilo. En la semana venía mucho menos gente que en temporadas anteriores. Se desbordó un poco con la ola de calor”, indicó Mauricio Zecca, administrador de El Bigua.
Esos días, los almuerzos al aire libre, las familias ocupando las mesas y las costas repletas mostraron su postal más numerosa. En todos los casos se insistió desde cada institución que se hace hincapié en que se respete los protocolos por el virus.
Movimiento fluctuante de socios durante el año
En los lugares consultados se manifestó que las bajas sobre todo en el inicio del aislamiento allá por marzo y abril de 2020 fueron compensadas después.
“Con la pandemia se cayeron muchos socios. Por lo que se mantuvo la cantidad durante todo el año. Con el inicio de marzo, abril, se cayeron muchos y la gente dejó de pagar. Con la campaña que se inició a mitad de la pandemia se sumaron varios grupos familiares. Hoy se está en 750 grupos familiares más otros socios individuales. Deben ser unas 4.000 personas que son socios”, señaló Mauricio Zecca del club El Bigua.
“Las cuotas se están pagando normalmente desde que se reactivaron las actividades”, agregó.
Zecca precisó que la cuota mensual del grupo familiar es de 2.500 pesos y la del socio individual es de 1.250 pesos.
Desde el Cepron también destacaron la buena respuesta de los socios.
“Se pide que sean los socios sin invitados. Solamente van los socios como para que no se genere aglomeración de gente”, apuntó Patricia Martínez.
La encargada del Ceppron dijo que al igual que en otros años, siempre se ven renuncias pero también una cantidad similar que se asocian por primera vez.
“Se mantiene el número que es de 1.400 entre jubilados y activos. El jubilado paga 150 pesos el grupo familiar y el activo 300 pesos por mes”, graficó.
Una de las diferencias en este año, es que en la mayoría de estos espacios se limitó la concurrencia a los socios o algún familiar directo.
En los ingresos se coloca alcohol en gel y es obligatorio el uso del barbijo en espacios comunes. En algunos lugares, los socios deben firmar una declaración jurada donde aseguran que no tienen síntomas compatibles con covid-19 y que no estuvieron en contacto estrecho con un caso confirmado como positivo en los últimos días.
También hay mesas libres para garantizar el distanciamiento social y el ingreso a los sanitarios se ingresa en grupos de dos o tres personas a la vez de acuerdo a la capacidad de cada baño.
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