Los cancheros del Depo que no pararon de trabajar en el club, desde que comenzó la pandemia

En las instituciones siempre hay personas que dejan todo y brindan hasta lo que no tienen por el club. Durante la pandemia, cuando se decretó la cuarentena obligatoria en todo el país, los clubes sufrieron las consecuencias y tuvieron que cerrar las puertas. Los socios se quedaron sin el habitual espacio para los encuentros sociales y el esparcimiento, que estuvieron prohibidos durante un largo tiempo.

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Cuando comenzó la cuarentena las instituciones deportivas padecieron penurias económicas por la falta de ingresos y recursos para afrontar los compromisos con el personal a cargo de las distintas actividades.

Sin embargo, la crisis sanitaria no hizo dudar a quienes se brindan con un claro sentido de pertenencia para superar las dificultades que se presentan.

Es el caso de Jaime Morales y Cristian Maureira, quienes a través del trabajo silencioso y efectivo, se encargan de las tareas de mantenimiento del fútbol en el club Deportivo Roca. Trabajan de manera incansable en el Luis Maiolino y el Complejo deportivo.

En el ámbito del fútbol son cancheros y utileros, casi al mismo tiempo. Aunque, en realidad, sus funciones van más allá del rol que les toca cumplir ocasionalmente.

Desde el inicio de la cuarentena quedó demostrado. “Nosotros veníamos al club a los 8 de la mañana y teníamos que atender a 35 policías de Bariloche, Viedma y Lamarque que hacían los controles en los accesos a Roca. Preparábamos el desayuno, desinfectábamos, limpiábamos el albergue y después nos encargamos del mantenimiento de las canchas”, explicó Jaime Morales.

“Cuando arrancó la pandemia pesamos que iba a durar 15 o 20 días, como mucho. No fue así, pero empezamos a trabajar juntos y a través de donaciones conseguimos la pintura para pintar el estadio Luis Maiolino. Lo hicimos en dos semanas y como se estiró todo nos vinimos para el Complejo para hacernos cargo de las tareas con los policías que estuvieron tres meses viviendo en el albergue del club”, contó Cristian Maureira.

“Cuando se fueron nos tuvimos que aislar por protocolo y estuvimos quince días los dos viviendo en el albergue. Ahí fue que empezamos con los trabajos en el complejo. Restauramos el frontón de tenis, arreglamos el parque y elementos para hacer ejercicios. Nosotros no paramos nunca desde la pandemia”, agregó.

“Nos cuidamos mucho y no nos contagiamos. Los dirigentes del club nos indicaban lo que teníamos que hacer y como no venía nadie había que mantenerlo y cuidarlo”, dijo Morales.

Unos de los trabajos más exigentes tienen que ver con el mantenimiento de las canchas del predio. “Se presentó un proyecto para primera y tercera división y se armaron tres canchas para entrenar. Nos hicimos cargo nosotros y armamos las canchas y las mantenemos, hicimos una nueva para fútbol reducido y entrenamiento de los arqueros”, aseguró Cristian.

“A la cancha principal del complejo se le puso iluminación. Se puede usar de noche para entrenar, antes tenía muy poco luz, ahora entrenan acá todas las divisiones del club”, destacó Jaime.

“Nosotros vivimos esa etapa junto con los dirigentes. Fuimos los únicos que estábamos acá. Hubo auspiciantes que no dejaron de acompañar al club en ese momento. El sentido de pertenencia es muy importante. Sino no era más fácil irse a la casa y esperar que te llamen para cobrar”, concluyó.

“Me gustaría que se le brinde más importancia a algunos barrios de Roca que se dejaron de lado. Hay lugares donde faltan servicios. Ver las necesidades de la gente, acercarse y acompañarlos para que puedan vivir mejor”, pidió Morales.

“Con respecto al club me parece que hace falta más apoyo del gobierno municipal. Somos un club de la ciudad como lo son también otros, pero sería bueno apoyar a todos de la misma manera”, sostuvo Maureira.

Al mismo tiempo, el aniversario de General Roca coincide con la fecha de cumpleaños del club Deportivo Roca. “En este aniversario del club se va a realizar una paella en el complejo para que la gente pueda participar y de paso darle una mano”, enfatizó Jaime.