Los 70 y el proceso desde tres historias diferentes
“Esa extraña forma de pasión” es la obra de Susana Torres Molina que lleva a escena Gustavo Lioy. Parte del elenco habló con “Río Negro” antes de su preestreno, el próximo viernes.
Los 70 sin duda marcan, de una forma u otra, a toda la sociedad argentina. Es un tema complejo que mueve y conmueve.
Y es, justamente, el eje rector de “Esa extraña forma de pasión”, la obra que desde el próximo viernes ocupará un espacio en la cartelera de Ámbito Histrión.
Los Tilos, Sunset y Loyola son los nombres de las tres situaciones que se presentan en escena, tres instancias espacio-temporales que se enlazan y funden el pasado con el presente y que describe a sobrevivientes, hijos de desaparecidos, militantes y represores, desde la cotidianidad, la sensibilidad y la duda.
“La obra habla de desaparecidos, de represión, habla de los Montoneros y me parecía que siempre se había tratado ese tema con una lectura sumamente lineal, siempre había como una cuestión de una sola voz. En este caso el texto planteaba una cuestión algo ambigua en cuanto a estos personajes. Cada uno de ellos tiene blancos y negros. Los ‘malos’ tienen un costado humano, los ‘buenos’ tienen un costado oscuro”, señaló el director Gustavo Lioy sobre la pieza.
Y agregó: “Es una obra que está muy fragmentada, son como instantáneas de los momentos de estas tres historias, hay partes que faltan, hay escenas que faltan en la historia y eso es como que lo termina de armar el espectador”.
“Me parece que es una interesante manera de contar los 70. Desde historias muy individuales, que a su vez es un pantallazo de lo que nos pasó”,
sostuvo Gustavo Lioy, director y encargado de la puesta en escena.
¿Cuales son las historias?, sus protagonistas se las contaron a este medio.
“En la historia nuestra somos tres personajes y es la historia de Laura, Miguel y Carlos y estamos en un centro clandestino de detención. Cuenta más o menos la historia ahí dentro cómo nos relacionamos, cómo vivimos. Es la relación de Laura con sus secuestradores, torturadores y todo el tiempo está en juego la pulsión de la vida en nuestra historia”, contó Alejandra Kasjan sobre la parte que le toca.
Nahuel Hernández, uno de sus dos compañeros, agregó: “La verdad es que los personajes son bastante complejos justamente por la particularidad de cada historia. Los personajes tienen una pasión que se ve en toda la obra y que es como una espiral. Empezás intenso de entrada y cada vez se va cargando de un montón de cosas que también te aportan las escenas de tus otros compañeros. Porque a pesar de que son historias totalmente distintas y hasta temporalmente situadas en otro momento, hablan de lo mismo”.
“A mi particularmente lo que más me moviliza son las contradicciones de los propios personajes en la misma escena. Estos dos costados, a nivel personal y a nivel actoral, moviliza muchísimo y es lo que a mi más me marca en la obra”, destacó Juan Fontana, el tercero del equipo.
“En mi caso yo estoy acompañada en mi relato con Ariel Azcurra y represento a una escritura que fue secuestrada en la época del proceso y que zafó. Confronta con un muchacho, un joven que quiere saber sobre su padre. Es un planteo mucho más contemporáneo que tienen que ver con los que no estuvieron en esas época, pero que han vivido obviamente las consecuencias de esa época y también con la resilencia de personas que han estado en esa etapa y que de alguna manera después ‘encaminan’ su vida”, señaló Silvia Ayzenzzteyn sobre su micro historia dentro de “Esa extraña forma de pasión”.
Por último, Lioy contó que “la tercera es una pareja de compañeros militantes, Montoneros ambos, que se están escapando a fines de los 70. Están esperando el pase al exterior para seguir huyendo y están encerrados en un hotel alojamiento. Entonces empieza a fluir entre los dos una cuestión de tensión sexual y una contradicción desde los ideales al mismo tiempo. Me parece que es una obra que puede llegar a generar polémica desde esta concepción de los ‘blancos’ y los ‘negros’, me parece que está bueno que así sea, que surja polémica, porque es una polémica que también está en la sociedad, no todos tenemos la misma ideología, entonces que el teatro pueda mostrar eso es muy interesante. Sobre todo en este momento que el tema de la memoria no está todavía resuelto, cicatrizado”.
“Creo que son voces que están en el escenario y son voces de nuestra historia que se van interrelacionando. Si bien cada uno tiene su historia, todos forman parte de la misma historia, que es la nuestra”,
resumió sobre la pieza su director, Gustavo Lioy.
Datos
- “Me parece que es una interesante manera de contar los 70. Desde historias muy individuales, que a su vez es un pantallazo de lo que nos pasó”,
- “Creo que son voces que están en el escenario y son voces de nuestra historia que se van interrelacionando. Si bien cada uno tiene su historia, todos forman parte de la misma historia, que es la nuestra”,
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