Los 5 platos de mi vida: Gustavo Dousdebes, director creativo

Los 5 platos de mi vida: Gustavo Dousdebes, director creativo

Con amplia y reconocida trayectoria en el mundo de la publicidad nacional e internacional, este roquense director creativo freelance comparte sus comidas favoritas que lo remiten a momentos puntuales de su vida.

1- Asado

Pero no cualquier asado. El asado es con leña, el carbón es mala palabra. Me gusta comerlo a punto, ni muy jugoso ni muy cocido. Prefiero la costilla, si es cortada larga mejor, pero también disfruto de un vacío bien hecho.

2- Cordero patagónico al asador

Me encanta el cordero de acá, el que tiene el sabor del pasto de la línea sur, ese que solo le tenés que poner sal y nada más. Y me gusta hecho al asador, bien lento. Un cordero bien hecho al asador, promedio te lleva 3 horitas, no más.

3- Guiso de lentejas

Para mi el invierno no empieza el 21 de junio, empieza el día que como el primer guiso de lentejas que hace mi mujer. No es un guiso, es un elixir de calorías. Es completito, chorizo colorado, panceta, cebolla, carne, lentejas, y mucho condimento. Lo describo y me da hambre.

4- Provoletas a la plancheta

Soy fanático de las provoletas, pero me gustan en un punto particular. Crocantes por fuera y derretidas por dentro. Y con un pequeño rocío de orégano al final.

Probé hacerlas de mil maneras, hasta que encontré la plancheta, que es un plancha de acero que se puede poner al fuego o en la hornalla, que toma una temperatura muy fuerte que hace que antes de derretirse el queso se selle, y quede crocante por fuera y derretida por dentro. Un dato no menor. La provoleta tiene que ser con cascara, si no se desarma.

5- Pulpo a la gallega

No me gustaban prácticamente los mariscos, hasta que fui a España. Después de ese momento como todos. Pero mi preferido es el pulpo a la gallega. Cortado grande. Con granos de sal gruesa y pimentón por encima. Había un lugar cerca de plaza mayor que se llamaba La Toja que los hacía de maravilla. Creo que ya no está más, de todos modos en cualquier sucucho de Madrid pedís un plato de pulpo y no le errás.