Llegó bailando
la peña
jorge vergara jvergara@rionegro.com.ar
Vivito y coleando. Así se lo puede ver en la tele, en las calles de su Santiago del Estero y en cuanto ruido a folclore haya en este país. Claro, sin exagerar, como él dice y sin correr maratones. Es que llegó a los 90 años y sigue. Compositor, cantor, bombisto, humorista, como los de antes, que sabían hacer de todo sobre el escenario. Así es Víctor Manuel Ábalos, “Vitillo”, el único de los hermanos Ábalos que sigue en pie y que celebró su cumple número 90. Lo mejor es que sigue bailando, cantando, tocando el bombo y haciendo del folclore su carta de presentación, como lo hizo siempre, como lo hizo toda su vida por el mundo entero, al punto que él mismo contó que una recorrida por todo el mundo lo llevó a salir por el Atlántico y volver por el Pacífico. Su cumple fue una verdadera fiesta popular, porque su música y su grupo fueron eso y son eso, porque fueron sus amigos, gente famosa y no tanto, pero fue además el pueblo entero, que se siente parte de estos 90 años cargados de música. Vitillo Ábalos es un verdadero embajador no sólo de su Santiago del Estero, lo es del país y del género musical que lleva en su sangre. Vitillo es hermano de Machingo, Adolfo, Roberto y Machaco Ábalos con quienes, a lo largo de 60 años, hicieron del folclore su sello y su carta de presentación. Según publicó el diario El Liberal de Santiago del Estero, nació el 30 de abril de 1922 y fue anotado el 8 de mayo de ese año. Como él lo dice, desde el vientre de su madre respiró el amor por la música y por la danza. El día de su cumple, a la hora del folclore lo acompañaron jóvenes músicos, en su noche memorable en el coliseo provincial, cantó clásicos que hoy recobran vigencia con voces nuevas y estilos nuevos. Cuentan que cantó desde Agitando pañuelos y Nostalgias santiagueños hasta muchos otros temas, bailó la zamba mejor que nadie; eso sí, acompañado por su esposa Elvira, según el mismo diario. Vitillo contó el día de su fiesta la historia de su vida. Entre anécdotas y anécdotas, siempre estuvo presente el humor, algo que lo distingue. Según “El Liberal”, todo fue fiesta. Desde el comienzo hasta el fin. Tanto los músicos y bailarines presentes como el propio homenajeado, dieron todo de sí para celebrar los noventa, parte de los cuales, junto a sus hermanos, incluye haberle cantado a dos Papa, en el Vaticano y haber llegado a Japón con su música. Vitillo, es el cuarto hijo varón, de cinco en total, y lleva uno de los apellidos sinónimo de danza, canto y folclore. Contó al medio santiagueño que “mi madre esperaba la mujer, y salimos cinco changos”. Fue alumno de Andrés Chazarreta cuando tenía 13 años. Él iba a su casa y le decía a su madre “préstamelo para que lo incorpore al conjunto de danzas nativas”, y allí comenzó. Estuvo dos años y cuenta que más que memorizar y aprender danzas le enseñó a amar la alforja criolla, a tener conciencia de la belleza del patrimonio folclórico, sobre todo del santiagueño. Los Hermanos Ábalos actuaron por primera vez en 1939 y dejaron de hacerlo en 1997, aunque algunos siguieron por su cuenta unos años más. Vitillo sigue hasta el presente haciendo gala de sus impecables 90 años y de su calidad intacta para el canto y la música. Vitillo Ábalos es el hombre que hoy representa la vieja guardia del folclore, pero que se anima al desafío de cantar temas nuevos, con exponentes de hoy y sin desafinar. Merecido homenaje para Vitillo, que como pocos, llegó a los 90 y cantando, bailando, haciendo lo que hizo a lo largo de toda su vida, con sus hermanos y sin ellos, llegó a los 90 haciendo folclore.
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