Lecturas: “El jugador”, de Fedor Dostoievski
En esta oportunidad, la licenciada Cecilia Boggio nos recomienda una novela escrita en plena madurez literaria del célebre autor ruso Dostoievski. Personajes introspectivos, un análisis del juego de azar y una historia imperdible; algunos de los condimentos.
En alguna de las columnas anteriores me referí a cómo las obras de cada época nos convierten en lectores. Hoy les quiero comentar una novela escrita en el siglo XIX, más precisamente en 1866: se trata de “El jugador” de Fedor Dostoievski.
El martes 27 de octubre analizamos esta novela en la reunión virtual del taller “Leyendo a…”. Los participantes coincidimos en cómo nos costó, para poder adentrarnos en trama, leer el primer capítulo. La aparición de nombres y sobrenombres rusos y la descripción del ambiente nos demoraban el avance.
Los capítulos siguientes se abrieron sin dificultad y comenzamos a descubrir y saborear nuevamente la obra del gran escritor ruso, maestro de generaciones de escritores y lectores. Fue una experiencia muy positiva y los invito a vivirla.
“El jugador” es una novela corta escrita en veintiséis días, del 4 al 29 de octubre de 1866. Según un contrato firmado con el editor debía ser entregada el 1 de noviembre, o Dostoiesvki perdería los derechos de autor de sus futuras obras. Como vivía de la escritura, conocedor de sus posibilidades y necesidades creativas, contrató a una taquígrafa (que luego se convertiría en su segunda esposa) a la que dicta el texto.
Esta obra está basada en un hecho que el autor vivió tres años atrás en Wiesbaden, Alemania, centro termal célebre por su casino. Allí había estado dos veces con su amante Polina Suslova: en la primera ganan una fortuna, pero en la siguiente pierden todo el dinero que poseían y ella lo abandona.
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La novela es narrada por su protagonista, Alexis Ivánovich, el preceptor de los hijos del Gral. Sagoriansski. Es un ruso culto, pobre, enamorado de la hijastra del General, la bella, difícil y conflictiva Polina.
Él nos va narrando en su cuaderno de notas los encargos que le hace el General, la evolución de su pasión por Polina y los hechos que se generan en Ruletenburgo, una ciudad ficticia donde los baños termales y paisajes mitigan la verdadera atracción: el Casino.
La familia rusa y su acreedor, el marqués francés De Grillet, esperan con impaciencia la muerte de una anciana tía que en su patria posee una fortuna, pero la inesperada llegada de esta tía, que está saludable y lúcida, genera un cataclismo que de alguna manera Alexis podría evitar. Ella confía en él para que le haga conocer la ciudad y le pide que la lleve al casino y le explique cómo jugar.
No sigo con el argumento que prosigue con los hechos que cambian totalmente la vida del narrador y los demás personajes. Solo decirles que allí también Alexis se convierte en jugador. Le recomiendo leer con atención el capítulo 14, en el que describe qué produce la adicción por el juego.
En los relativamente breves 17 capítulos se nos va a presentar los distintos tipos de personas que se encuentran en los casinos: la cortesana parisiense Madame Blanche, prototipo de la aventurera de gran estilo de la cual el General está enamorado, los polacos, los prestamistas judíos, los que juegan con cálculo, los que lo hacen compulsivamente, los metódicos y varios tipos más.
Hay en la obra una caracterización del espíritu del hombre ruso en el exterior, de la forma de ser del francés, sinuoso, galante y amanerado, de los alemanes, serviciales e interesados, los ingleses en la persona de Mister Asthy, flemático, enigmático, realista y amigo.
Por otro lado Dostoievski nos muestra, en una brillante descripción, lugares, estilos arquitectónicos y mobiliarios, la forma de vida de esa clase alta, generalmente noble que vivió en la época, lo hace sin emitir ningún juicio de valor sobre las conductas, hasta a veces casi las justifica. Además asistiremos a la profunda introspección de sentimientos y pasiones que vive constantemente el protagonista, precursora del psicoanálisis.
“El Jugador” es una novela de su madurez literaria donde aparecen las constantes de su obra y nos abre las puertas a las fundamentales obras que le siguen.
Y para finalizar, un comentario con algo más liviano para los no jugadores: aprenderán cómo se juega a la ruleta y al “trenta et quarante”.
El autor, entre la violencia y la escritura
Dostoievski nació en Moscú el 30 de octubre de 1821 y murió en San Petersburgo el 28 de enero de 1881. Hijo de un médico militar, violento y alcoholizado, vivió una infancia y adolescencia triste, y su refugio fue la lectura. Su primera novela, “Pobre Gente” fue publicada en 1846.
Por haber concurrido a un encuentro de intelectuales del incipiente socialismo ruso fue encarcelado en una redada, primero condenado a muerte por la policía del zar Nicolás I, pena conmutada por cuatro años de trabajo forzado en Siberia. Este hecho marca un antes y un después en su obra.
Se lo considera uno de los más grandes de los escritores de Occidente cuya influencia sigue vigente en todo el ámbito de la cultura
En alguna de las columnas anteriores me referí a cómo las obras de cada época nos convierten en lectores. Hoy les quiero comentar una novela escrita en el siglo XIX, más precisamente en 1866: se trata de “El jugador” de Fedor Dostoievski.
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