Le provocó 40 heridas a su pareja, pero fue acusado de lesiones leves en Neuquén

La denunciante tiene 17 años. Recibió golpes e incluso cortes con un cuchillo. El magistrado consideró que no pusieron en riesgo su vida. El fiscal omitió deliberadamente el contexto de violencia de género.

Una adolescente de 17 años escapó con su hijo de cuatro meses de la casa en la que vivía, descalza, de madrugada, en el barrio Valentina Norte Rural de la ciudad de Neuquén. Su pareja la había golpeado: en el cuero cabelludo, en su cara, brazos, muslos y piernas. La fiscalía dijo que la forense que la examinó acreditó 40 lesiones en su cuerpo. Pidió que se le formulen cargos por homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa, sin contemplar la violencia de género. El juez de Garantías evaluó que no estuvo en riesgo su vida, y optó por acusar al hombre de un delito considerablemente menor: lesiones leves, agravadas por el vínculo y el contexto de violencia de género.

El hecho ocurrió el 6 de enero, a las 3 de la mañana. Según planteó el fiscal Andrés Azar el imputado agredió físicamente a sus dos sobrinos de 13 y 8 años de edad. Intervino su pareja y su cuñada, la mamá de ambos, para que dejara de maltratarlos.

A los pocos minutos la chica intentó mensajearse con su mamá. Fue entonces que él le recriminó que se escribía con otros hombres. Se levantó, le sacó el celular, lo tiró al piso, lo rompió y la arrojó sobre el colchón. La golpeó en la cabeza, en la cara, incluso con un palo de escoba. Ella intentaba pararse para irse y no podía. En determinado momento tomó un cuchillo con el que comenzó a agredirla en ambas piernas, ocasionándole múltiples cortes. La adolescente logró sacárselo y ahí fue que él agarró un destornillador y continuó lastimándola en las piernas.

Su cuñada ingresó y dio aviso a la policía. El imputado tomó al bebé y lo arrojó al colchón. Siguió pegándole mientras ella protegía al niño, que de inmediato comenzó a llorar. Él gritó: “hacé callar al nene, hija de puta». La víctima seguía siendo atacada mientras intentaba calmar a su hijo. Logró escaparse y salir corriendo, se metió incluso en la casa de un vecino para pedir ayuda porque «la iban a matar». Finalmente llegó un patrullero y personal del SIEN. La chica fue trasladada al hospital Heller.

Radicó la denuncia su mamá en la comisaría 18 e intervino un juez de Familia que ordenó la prohibición de acercamiento a través de cualquier medio, a 200 metros por 60 días, y fijó una consigna policial permanente por 48 horas en el domicilio. Vencido ese plazo dispuso rondines por 60 días.

La forense que revisó a la víctima constató las heridas, el 8 de enero. Tenían una data de 48 horas, es decir, coincidían con el día en que se produjeron.

En todo el relato de los hechos el fiscal nunca se refirió ni profundizó en el contexto de violencia de género evidente en el que se cometió la agresión, e incluso no valoró el maltrato ejercido contra los niños y las niñas que se encontraban en el lugar. La calificación que propuso Azar fue tentativa de homicidio agravada por el vínculo.

El que llamativamente mencionó que «efectivamente esto es una cuestión de género» fue el defensor oficial adjunto, Carlos Ferreyra, pero propuso que sea calificado como lesiones leves, porque el período de curación era menor a 30 días. Esta fue la posición que adoptó el juez de Garantías, Mauricio Zabala.

Dijo el magistrado que «objetivamente las lesiones que se informan no son compatibles para poner en riesgo el bien jurídico vida. Sí la integridad física y está claro, hay una profusa cantidad de lesiones, que no se pueden soslayar, ni tampoco la situación de violencia de género, ni el contexto en que se dan respecto de la persona con la cual tiene un vínculo de pareja».

Lo cual es meramente enunciativo, porque a continuación remarcó: «no advierto a partir del tipo de lesiones, la ubicación y las extensiones y los períodos de curación que esa materialidad de la conducta exteriorice una intencionalidad de dar muerte a una persona.»

Azar fracasó al ubicar el caso en las coordenadas de la violencia de género recién cuando intentó pedir tres meses de prisión preventiva para el acusado. Argumentó que el imputado había intentado comunicarse con la mamá de la denunciante, algo que tenía prohibido por orden del juez de Familia. Tampoco prosperó: Zabala dispuso que permanezca 48 horas detenido hasta que se pueda precisar si está en condiciones de irse a la casa de su padre, en La Pampa, donde viviría hasta que se desarrolle la investigación.

Mañana habrá una audiencia para definir si esta es la medida que se dispondrá. El fiscal solicitó la revisión.


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