Le cedió la derecha

DE DOMINGO A DOMINGO

Para empezar a sincerar las tarifas de los servicios públicos, el gobierno nacional le cedió la derecha a la administración de la ciudad de Buenos Aires, que está en su antípoda. Así, mientras Cristina Fernández de Kirchner era operada exitosamente de un tumor en la tiroides, Mauricio Macri hizo “el esfuercito” solicitado por la primera mandataria antes de su internación y, tras hacerse cargo del servicio, dispuso un aumento del 127% en el pasaje del subterráneo (de 1,10 se irá a 2,50). La prueba piloto, con la temporada turística veraniega a pleno, le servirá al kirchnerismo, pese a las voces críticas imprudentes que levantaron algunos de sus exponentes, como prueba piloto para evaluar, a la vez, un incremento de tarifas en trenes y colectivos, aunque atemperadas y contemplando alternativas para las personas más necesitadas. “Se hará de manera muy gradual y no metiendo a todos en la misma bolsa”, aclaró el secretario de Transporte, Juan Manuel Schiavi. El camino de transparencia –que ya ha provocado coletazos con distintos grados de virulencia en estamentos públicos de Río Negro, Santa Cruz y Córdoba– fue acordado hasta el mínimo detalle por gente de Mauricio Macri con el ministro de Planificación, Julio De Vido. En el paquete del acuerdo se contempla, por caso, que si los metros delegados más combativos quieren sacar al conflicto de madre, la cartera laboral de Carlos Tomada y Noemí Rial dispondrá la conciliación obligatoria. Una señal que se procura distender la relación entre la presidenta y Mauricio la dieron los propios legisladores porteños del Frente para la Victoria, que rechazaron un recurso de amparo de opositores al macrismo, que consideraron “ilegal” el tarifazo. “No estamos de acuerdo con judicializar este tema. Ya vivimos la experiencia del grupo A en la Cámara de Diputados, que obstruía todo y así le fue. Esto no lo resuelve un juez, sino la política”, declaró a “Río Negro” Juan Carlos Dante Gullo, quien integra el bloque que comanda el joven Juan Cabandié, de “La Cámpora”. A diferencia de la generalización masiva del alza para los subtes resuelta por el macrismo, el kirchnerismo buscará mantener una “tarifa popular”, por más que ello signifique un trámite engorroso y de difícil aplicación. Ése es el desafío. El día en que se hizo el anuncio del traspaso de las líneas subterráneas, Amado Boudou, actualmente a cargo del Ejecutivo, hizo referencia a un convenio “simple y concreto, sin chicanas”, que ponía fin a “12 años de idas y vueltas”. En tal sentido, hizo saber la satisfacción de ambos gobiernos en términos de “mejorar el federalismo y la distribución del ingreso”. Por un lado, Cristina logró transmitir sensación de tranquilidad durante su intervención quirúrgica y posterior convalecencia. Sin embargo, hubo episodios que conmovieron al mundillo partidario. Trágica fue la desaparición del gobernador peronista Carlos Soria, a quien en Río Negro sucedió un ex militante del Partido Intransigente y actual vicepresidente del Frente Grande, Alberto Weretilneck, con la luz verde presidencial y el apoyo del PJ local. Más farandulesco fue la tenida futbolística entre los naranjas de “Villa La Ñata”, de Daniel Scioli, y Boca de Mauricio Macri. El que más arriesgó fue el gobernador de Buenos Aires, con Cristina internada y los aumentos en el subte en vías de ejecución. La confraternidad, y las buenas migas que en la platea hicieron Karina Rabollini y Juliana Awada, no fueron mieles para el kirchnerismo. Se interpretó como una señal de Daniel Scioli para desmarcarse de la fuerte presión cristinista, que en territorio bonaerense ejerce el vice Gabriel Mariotto. “Volvieron a los 90. A nosotros, ni fu, ni fa. Scioli y Macri podrían ir juntos al programa de Mirtha Legrand, mostrarse felices y comer perdices”, ironizó un funcionario K, tratando de minimizar el acercamiento entre dos potenciales presidenciables para el 2015.

Arnaldo Paganetti arnaldopaganetti@rionegro.com.ar