Las represas se preparan para pasar el verano en crisis

Las grandes generadoras de Yacyretá y Salto Grande esperan una temporada ultraseca a raíz de la sequía imperante. Desde Cammesa se anticipó una programación con un menor aporte de la energía de los ríos.

Redacción

Por Redacción

La generación de las represas hidroeléctricas binacionales Yacyretá (que la Argentina comparte con Paraguay) y Salto Grande (junto a Uruguay) mantendrán aportes ultra bajos al sistema energético nacional durante los próximos meses. La previsión oficial es que atraviesen otro período ultra seco, aunque hasta fin de año crecerá el caudal.

Según el reporte de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), Yacyretá viene operando con 18 máquinas disponibles y un caudal entrante “levemente creciente”, en torno a los 8.000 metros cúbicos por segundo (m3/s). Este número treparía a los 8.700 m3/s para el 31 de diciembre, pero ya descendería en el inicio de 2022 para empezar otra temporada en la que la sequía haría estragos.

En tanto, Salto Grande funciona con 13 unidades disponibles y caudales del orden de 1.400 m3/s, “con tendencia decreciente”. La central hidroeléctrica está ubicada en Entre Ríos sobre el río Uruguay (una cuenca distinta que la del río Paraná, que fue la que tuvo problemas hidrológicos en los últimos dos años) y esta semana recibió la visita del secretario de Energía, Darío Martínez, junto al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, y el gobernador Gustavo Bordet.
Allí, las autoridades provinciales negociaron con los funcionarios nacionales un incremento del precio de generación junto a una mejora en las regalías.

En números

55%
son los pronósticos más optimistas sobre las posibilidades de una temporada húmeda.

El pronóstico de las autoridades no es para nada alentador. Las probabilidades de precipitaciones en el Noreste están entre 40% y 55% por debajo de lo normal y aunque por ahora no se prevén afectaciones extraordinarias en el río Paraná (más de las que ya hubo este año), una sequía peor que lo planeado podría llegar a impactar sobre la generación termoeléctrica de las centrales San Martín y Vuelta de Obligado.

La programación estacional de Cammesa para el período noviembre-abril muestra que el peso relativo de Yacyretá descendería del 30,2% sobre el total de toda la generación hidráulica del país al 28,6% este año.
Mientras entre noviembre de 2020 y enero de 2021 se despacharon en todo el país 2.885 megavatios (MW) medios de potencia. La previsión es que aún en el escenario más optimista el despacho caiga a 2777 MW; en el medio, a 2541 MW; mientras que en el escenario pesimista, bajaría a 2344 MW.

Las represas binacionales quedaron incluidas dentro del artículo 4° de la Resolución 1037/2021 de la secretaría de Energía, que habilitó la creación de la Cuenta de Exportaciones del Fondo de Estabilización del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), un fideicomiso que servirá para hacer obras de infraestructura en el sector y se financiará con las ventas de energía eléctrica a Brasil.

En números

2.344 MW
podría ser la generación que Yacyretá aporte este mes, un 18,75% menos que en 2020.

Gracias a ese apartado, Yacyretá y Salto Grande podrán mejorar hasta en un 10% su remuneración fijada por la Resolución 440/2021, que aumentó para este año un 29% los ingresos de las generadoras térmicas e hidroeléctricas sin contrato vigente con el MEM.

El menor aporte de la generación hidroeléctrica, no solo de las represas del norte del país, sino también del segundo polo productor de este tipo de energía como es el Comahue, arrastra largos años a raíz de la sequía que afecta a buena parte de las cuencas hídricas argentinas, en algunos casos desde hace doce años.

El balance general del sector, muestra una caída en la generación de hidroelectricidad del 17% por año. Yesto representa que los niveles de generación de este año ya se están ubicando un 40% por debajo de los de hace apenas tres años atrás.

De cara a este verano el menor aporte hidroeléctrico implicará que se quemará más gas en las centrales térmicas para dar respuesta al consumo de los aires acondicionados. Pero sin dudas el impacto más serio de estas sequías se sentirá en el invierno del año que viene, cuando el gas se haya destinado a los hogares y la falta de agua en los ríos obligue nuevamente a tener que importar más buques de gas natural licuado (GNL), y también de gasoil y fuel oil.


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