Las presas políticas de la dictadura piden memoria
Buscan que se preserve la cárcel de Buenos Aires que correría el riesgo de ser un negocio inmobiliario, similar al de la U9 en Neuquén. En Devoto hubo reclusas de la región y de todo el país durante la dictadura.
“Van a salir de acá muertas o locas nos decía el inspector Galíndez, ése era su plan de exterminio en Devoto”, dijo Gladis Sepúlveda ex detenida política durante la dictadura militar. Y agregó que “nuestro orgullo o alegría al reencontrarnos las ex presas es que salimos y muchas son escritoras, médicas o científicas que nos integramos a la sociedad, seguimos caminando”, definió.
Las presas políticas de la dictadura que sobrevivieron a los años de cárcel en Devoto y a la dictadura lideran una campaña a nivel nacional para evitar la demolición. Buscan que se preserve el lugar como Sitio de Memoria, según fue declarado por ley.
La dictadura recluyó a mujeres de todo el país que eran perseguidas políticas de Neuquén, Río Negro y también de Comodoro Rivadavia, Corrientes, Tierra del Fuego, Ushuaia o Catamarca, entre otros lugares.
La cárcel federal forma parte de un plan de traspaso de la Agencia de Administración de Bienes del Estado a la CABA (como ocurrió en Neuquén con la ex U9), con un plan de posible demolición con fines inmobiliarios.
1.200 cautivas
“El proyecto de la dictadura fue concentrar allí a todas las presas políticas para decir que eran derechos y humanos. Entre octubre y noviembre de 1976 nos trasladaron a todas desde todas las cárceles del país”, recordó Nora Maggi, quien hasta fines de 1982 permaneció recluida en el lugar. Fue detenida cuando tenía 23 años y le permitieron salidas “vigiladas” siete años después.
En Devoto hubo más de 1.200 cautivas “a disposición del Estado Nacional” de entre 14 y 70 años, y cada “celular” (alas) albergaba a unas 80 mujeres que antes habían pasado por la tortura en los centros clandestinos. “Primero estuve en los buzones, luego estuve en pabellones –segundo piso– y en celulares del tercer piso con mujeres de Salta a Ushuaia, riojanas, correntinas puntanas, y hasta uruguayas y chilenas que fueron detenidas huyendo de las dictaduras también”, recordó Gladis.
De Neuquén y Río Negro estuvieron –entre otras– en Devoto Susana Vega, Elida Sifuentes, Alicia Luna, Irene Bucco, Adriana Marino, Susana Barco, María Emilia Salto, Ana Romero, Gladis y Nora.
Hasta febrero se habían colectado más de 1.250 firmas y en marzo el conteo llegaba a las 1.800 entre personas que adhirieron al planteo y organizaciones gremiales, universitarias, centros científicos, artísticos, movimientos feministas, diputados nacionales y provinciales, senadores y organizaciones humanitarias y gubernamentales.
Ya hicimos dos presentaciones en la dirección de Sitios de Memoria, lo fundamental son las adhesiones que se suman también desde Italia, España, Francia, Paraguay, Israel o Suiza”
Destacó Berta Falicoff, una de las organizadoras de la campaña nacional para que se preserve Devoto como Sitio de Memoria
En la ex U9 de Neuquén, algunas de las pocas aberturas que no fueron arrancadas de los muros son las del ala de “lesa humanidad” en el que fueron detenidos los responsables de las desapariciones forzadas en la región.
“Hermosas ventanas comparadas con las de Devoto, que eran unas banderolas altísimas en las que (por años) sólo veíamos un pedacito de cielo. Para poder mirar hacia afuera nos subíamos a una cucheta. Y estaba prohibido; a riesgo de que el guardia nos viera: una subía para mirar un poco el cielo y otra compañera tapaba la mirilla. Por mirar hacia afuera un día, fui a dar a los buzones de castigo”, recordó Gladis Sepúlveda.
Devoto
Aún alberga a unos 2.000 internos, con graves problemas de hacinamiento. La Procuración Penitenciaria presentó en estos dias un habeas corpus para evitar que el gimnasio de la institución se transforme en lo que se denomina “pabellón 53”, porque se trasladó allí -hace unos 20 días- a más de un centenar de hombres con prisión preventiva de la unidad 28, con una grave problemática de hacinamiento.
Según explicó el procurador interino Ariel Cejas Meliare, hay un dictamen -apelado por el Servicio Peninenciario Federal- para que el lugar vuelva a ser un gimnasio para el uso de los internos de Devoto, que tiene una población carcelaria de más de 2.000 personas, aunque no podría tener más de 1.695 internos.
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