Las mujeres presas que aprenden a ganarle horas a la lógica carcelaria
Una conocida activista trans que les dicta peluquería y derechos humanos con perspectiva de género destaca el enorme esfuerzo de superación que hacen.
«Si salís afuera y no tenés nada, el segundo de lucidez se te va enseguida», explicó una de las mujeres que lleva más años detenida en la Unidad 16. Así de corta. El tiempo en la cárcel tiene un aspecto espeso, parece estancado. Pero lo que más inquieta a quienes viven en contexto de encierro es cómo será el tiempo de la libertad. Si habrá posibilidades de construir futuro sin atajos.
Es jueves. Se palpita la final de hockey masculino en los Juegos Olímpicos Río 2016, la banda de sonido de este mes que copa las pantallas. En breve el seleccionado argentino se colgará la medalla dorada. En la única cárcel de mujeres de la provincia, ubicada a 8,7 kilómetros del monumento a San Martín y a 3 minutos del aeropuerto de la capital, hay entrega de diplomas. Una decena de internas finalizaron el taller de “técnicas de peluquería y derechos humanos con perspectiva de género”.
Se trata de una propuesta articulada entre la subsecretaría de las Mujeres de la provincia, el programa de políticas territoriales de la secretaría de Extensión de la Universidad Nacional del Comahue y la dirección de Unidades de Detención. A la improvisada ceremonia asisten el ministro de Ciudadanía, Gustavo Alcaraz, y la subsecretaria Patricia Maistegui.
“Sé que hacen mucho esfuerzo”, les dijo Victoria Arriagada, reconocida activista trans y peluquera, a su grupo. Ella describió la experiencia como “muy gratificante” y también agotadora: “salgo y parece que hubiera tenido cincuenta orgasmos.”
La visita del ministro hizo que surgieran otros planteos. “Necesitamos generar un rédito económico para ayudar a nuestras familias, para no ser una carga. Y hay que ocupar la cabeza, afuera es un trance difícil de sobrellevar”, sostuvo una de las detenidas, y mostró algunos de los trabajos que realiza para cotillón. No quieren propuestas sólo de “costura o cocina”. Señalaron que la oferta de talleres en otras unidades, como la 11, es más amplia.
-¿Por qué los varones sí, y las mujeres no? El año pasado hicimos uno de electricidad, recordó una de las internas.
-¿Quién te va a contratar como electricista mujer?, le contestó una compañera por lo bajo.
Otra de las detenidas manifestó la necesidad de contar con un psicólogo para “poder sacar todo lo que tenés adentro, y no tener que estar medicada.”
Roberto Samar, coordinador del taller, comentó: “Hay una relación de afecto y afinidad con Victoria. Es un espacio de mucha relajación. Charlan, escuchan música. El taller es más que el taller de las técnicas de peluquería, es un espacio de encuentro.”
Agregó: “Alguna vez un amigo que trabajaba en cultura en cárceles me decía que el objetivo tiene que ser ganarle horas a la lógica carcelaria. La lógica carcelaria como esa idea de disciplinamiento, de permanente sometimiento a la otra persona. Poder romper con eso. El único derecho que perdió la persona detenida es el de la libertad de circulación. Que entren otras áreas colabora porque eso genera porosidad en el sistema. Lo que hay que pensar es la inclusión, más que la resocialización.”
Victoria Arriagada: “Estas mujeres reman en dulce de leche”
P- ¿Hace cuánto que dictás el taller en la cárcel?
R- Hace dos años.
P- ¿En qué sentís que te cambió?
R- Me puso más sensible. Yo vengo militando hace muchos años con los derechos humanos, me da la sensación de que nosotras estamos remando en dulce de leche. Esas mujeres también reman en dulce de leche, ya está el estigma.
P- ¿Vos ves puntos de encuentro entre la lucha por los derechos de las trans y la de las mujeres en contexto de encierro?
R- Es un lucha continúa de las mujeres en todos los aspectos. Afuera las mujeres ocupamos segundos lugares en puestos de trabajo, hay muchas cosas que nos faltan. Si las cárceles no están preparadas para las mujeres, menos van a estar preparadas para mujeres trans.
Datos
- 16
- son las internas que están actualmente en la Unidad de Detención 16, diez están condenadas.
- 46
- son los efectivos que prestan servicio en la prisión.
- 414
- son las personas privadas de la libertad que hay en toda la provincia.
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