Las historias detrás de las tomas: 6.000 familias esperan lotes en Bariloche

Son las anotadas en los registros de la municipalidad, aunque en el Instituto de Tierras creen que ese padrón precisa ser depurado. Las ocupaciones son el síntoma de un problema profundo.

Yamila López aseguró desde el primer día que se instaló en el zanjón -como le dicen los vecinos- del barrio Omega, que la necesidad la movilizaba a ocupar ese predio. Es una de las tantas historias de la gente que en las últimas semanas en Bariloche multiplicó las ocupaciones y hoy son unas 6.000 familias registradas oficialmente que esperan una respuesta por una fracción de tierra para construir.

Yamila afirmó que su esposo trabaja ocasionalmente porque su problema de salud le complica el acceso a un trabajo formal. “Hace changuitas de lo que salga”, explicó. Ella está desocupada y el único ingreso fijo que tiene su familia es la asignación universal de su hijo.

Dijo que vivía hasta hace poco en el terreno de su suegra, en el barrio Arrayanes, pero había tres casas en un lote pequeño. La convivencia era complicada.

“Un alquiler más barato que habíamos visto era de 7.500 pesos pero era una habitación, una cocinita y una especie de baño, que no era baño”, explicó la joven.

«Por necesidad» es la frase que repiten los ocupantes de terrenos. El municipio acudió a la Justicia. Foto: Marcelo Martinez

Una casita mejor no baja de 10 mil pesos. Comentó que el problema es que piden el mes de depósito y algunos hasta otro mes de garantía. Imposible para su familia.

“Vinimos acá por necesidad”, insistió. En la toma del zanjón del barrio Omega dijo que había hasta el fin de semana 35 familias.

Avi estuvo en la toma del barrio San Francisco IV, pero resolvió retirarse. Su embarazo de alto riesgo fue el motivo principal por el cual se marchó de la ocupación de un lote municipal, ubicado en cercanías de la calle La Habana.

Relató que con su pareja están alquilando, pero le subieron a 20.000 pesos por mes y es una suma muy difícil de pagar. El departamento está ubicado en la zona de la calle 9 de Julio al 1000. “Mi pareja trabaja haciendo changas de albañilería y puede llegar a hacer alguna semana entre 5.000 o 10.000 pesos”, sostuvo.

Los fiscales escucharon a los ocupantes en una de las ocupaciones del último mes. Foto: Alfredo Leiva

Es el primer bebé de la pareja. “Estuvimos averiguando por un terreno y para comprarlo piden 30 mil dólares en el barrio El Frutillar”, contó. Dijo que por otro lote en cercanías del gimnasio municipal 3 en el San Francisco I le pedían 800 mil pesos. No tiene ni los dólares ni esos miles de pesos.

Fui a la toma porque supuse que podíamos tener una respuesta”, explicó.
La irrupción de varias tomas en algunos sectores de la ciudad es la punta del iceberg de una crisis habitacional que enfrentan miles de familias.

El gobierno municipal optó por enfrentar el problema con mano dura. Esperó que el Ministerio Público Fiscal interviniera y que el reclamo se canalizara por la vía legal.

El presidente del Instituto Municipal de Tierra y Vivienda para el Hábitat Social, José Mella, dijo a algunos medios de prensa que no avalan las tomas como forma de reclamo. Aclaró que para dialogar tienen que levantar las ocupaciones ilegales. El gobierno del intendente Gustavo Gennuso quiere evitar el efecto contagio.

Familias con niños se instalan en los terrenos con la intención de quedarse. Foto: Alfredo Leiva

Determinar la cantidad de familias que hay anotadas en el registro de demanda de ese organismo municipal no es tan sencillo. Mella dijo en algunas entrevistas que había alrededor de 6.000 personas inscritas, aunque desde el organismo explicaron que hay que depurar ese padrón porque hay familias que ya resolvieron su problema habitacional o se fueron de Bariloche.

Un informe que RÍO NEGRO publicó a finales de 2015 reflejaba que vivían más de 4 mil personas en 14 tomas de distinta antigüedad asentadas sobre tierras públicas o privadas.

A la falta de tierras del municipio, se suma el alto valor inmobiliario que tienen los terrenos, sobre todo tras la devaluación en el gobierno de Mauricio Macri.

La mayor parte de los lotes que se ofrecen en las inmobiliarias de la ciudad o en avisos clasificados están cotizados en miles de dólares. Así, el escenario es demasiado complicado para una familia que no tiene trabajo permanente con una remuneración que supere la línea de la pobreza.

Las tomas de terrenos es un asunto histórico en Bariloche. Barrios enteros se formaron de esa manera y fueron regularizados años después. El caso del barrio Nahuel Hue es emblemático o el 29 de Septiembre donde viven unas 300 familias que están en proceso de convertirse en un barrio y acceder a los boletos de compraventa. En esa tarea trabajan las familias y el Instituto Municipal de Tierra y Vivienda.

La construcción de viviendas tampoco creció a tono con la demanda habitacional. Pocos planes se materializaron en los años últimos en la ciudad. El barrio 645 viviendas en la zona sur fue el más importante de los años últimos y se entregó por etapas. El exgobernador Alberto Weretilneck estuvo en los cortes de cinta.

Las viviendas que se debían construir con recursos del programa Techo Digno no se ejecutaron como se habían anunciado. Eran supuestamente 800 viviendas. Algunas se ejecutaron, pero la mayor parte de esas casas quedaron solo en los papeles, porque los fondos se desviaron a otros fines en la gestión de la exintendenta María Eugenia Martini. Hay una investigación penal en curso por ese caso. Y en la gestión de Macri no se inauguraron viviendas construidas por Nación en Bariloche.

El fiscal Gerardo Miranda informó en la audiencia de formulación de cargos, que se hizo el viernes contra una mujer a la que le atribuyeron el delito de instigar a tomar terrenos, que en lo que va de enero y febrero hubo 7 tomas en la ciudad. La mayoría se desactivaron.

El juez Sergio Pichetto dio cuatro meses para investigar y aceptó los cargos contra una mujer por instigación al delito. Foto: Alfredo Leiva

“Nos metieron a todos en la misma bolsa”


“Ellos están confundidos. Nos re-mezclaron a todos”, lamentó Yamila López, de la toma del barrio Omega.

“Buscan a las personas equivocadas”, sostuvo. Y desmintió que haya cabecillas involucrados en una organización delictiva para tomar terrenos como sostuvo el viernes el fiscal adjunto Gerardo Miranda.

“Cuántos narcos hay en la ciudad y no se ponen a hacer lo que nos hacen a nosotros”, planteó la joven. Contó que allanaron el domicilio de su suegra y de su madre para secuestrar unos celulares. “Mi mamá trabaja. Es una persona de bien”, afirmó.

“Están re-equivocados y nos metieron a todos en la misma bolsa”, sostuvo. “Ni siquiera conocemos a las personas de las otras tomas. No tenemos nada que ver con esas personas”, aseguró.

Dijo que el pedido es poder acceder a un lote social “que podamos pagar en cuotas”. “Ellos (por el municipio) dicen que no podemos quedarnos acá porque tienen que poner mucha plata”, comentó. Es por las obras de infraestructura que la municipalidad tendría que ejecutar para urbanizar ese predio.

“Nosotros estamos dispuestos a trabajar para poner en condiciones el terreno. Solo pedimos que nos digan que nos podemos quedar”, explicó Yamila. “Queremos organizar ventas de empanadas, rifas para reunir fondos”, contó.

Entre el jueves por la tarde y el viernes a la mañana, el Ministerio Público Fiscal hizo allanamientos en varios puntos de la ciudad, con la Policía. En uno de esos procedimientos detuvo a una mujer que quedó imputada. La acusada recuperó el viernes por la tarde la libertad, pero enfrentará una investigación durante 4 meses. La teoría de la fiscalía es que la imputada instigó desde una cuenta de Facebook a tomar terrenos.

Avi dijo que había ido la semana pasada a la toma del San Francisco IV con la expectativa de que el municipio atendiera el pedido de las familias y les diera la posibilidad de acceder a un lote social urbanizando ese predio. “Los vecinos nos decían que era un espacio verde pero hace como diez años que nadie hace nada”, manifestó.

Ella tiene 19 años y su pareja 24. “Nuestra ilusión es tener un terreno para hacer nuestra casa y poder pagarlo”, aclaró. “En lugar de pagar veinte mil pesos en alquiler, la idea era pagar cuotas de un lote”, sostuvo. Al final, ella desistió y se marchó. Otras familias quedaron en la toma.


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