Las etapas de fractura grafican el mal año de Vaca Muerta
La cantidad de punciones para poner en producción nuevos pozos se desplomaron por la pandemia y podrían cerrar el año por debajo del nivel de 2017. Junto al freno en la actividad se destaca la escasa cantidad de empresas activas.
La crisis generada por la pandemia del coronavirus y por la extensa cuarentena dictada en Argentina impactaron en la industria petrolera y Vaca Muerta no fue una isla. La formación no convencional sintió los embates de los bajos precios y la caída de la demanda y la evolución de las etapas de fractura en sus pozos no solo graficó ese proceso que anticipa que este 2020 por primera vez cortará la racha de crecimiento que hubo año a año.
Repuntaron las etapas de fractura en Vaca Muerta
De hecho, los niveles de actividad que se registraron hasta septiembre dan cuenta de una caída interanual de casi el 70%, con la que la formación se encamina a cerrar el año por debajo del nivel que incluso se tuvo en 2017.
El seguimiento de las etapas de fractura es la mejor forma de analizar el avance de la actividad en Vaca Muerta desde hace ya unos cuantos años, dado que métricas como la cantidad de equipos de perforación se ven alteradas por el trabajo no solo de equipos de muy diferentes potencias, sino también de torres spuders, que solo perforan la parte inicial de un pozo.
El cálculo que en otras cuentas permite analizar el desempeño de las empresas es la cantidad de nuevos pozos conectados, pero en Vaca Muerta esta métrica también es engañosa dado que no es correcto comparar como iguales a pozos verticales, con pozos horizontales, y dentro de estos últimos a un pozo de 2000 metros de rama lateral y 28 etapas de fractura, a uno de 2500 metros y 63 etapas de fractura u otro de 3890 metros y 64 etapas de fractura.
Es por esto que la métrica de las etapas de fractura permite equiparar esas diferencias y ser un termómetro del movimiento de Vaca Muerta, un sensor que en este año ha graficado la peor crisis que el shale argentino ha atravesado en su década de actividad.
En los primeros nueve meses de este año se dieron 1545 etapas de fractura, un 69,64% menos que las que se habían alcanzado el año pasado para el mismo período. Y de acuerdo a las proyecciones de las empresas se espera que el año cierre por debajo de las 2500 etapas de fractura, un 61% menos que las 6.405 que se alcanzaron el año pasado.
Este nivel esperado marca que será el más bajo desde 2017, cuando en la cuenca shale hubo 2970 etapas de fractura en todo el año. Y que cortará la racha positiva que tenía la formación que año a año crecía a tasas de más de un 60%.
El año pasado, el nivel de actividad marcó que el promedio mensual de fracturas fue de 533, un valor que ahora representa un tercio del total de fracturas que se sumaron en 9 meses, entre los cuales se contabilizan los 50 días en los que no se realizaron punciones por los alcances de la cuarentena obligatoria.
En números
- 1545
- son las etapas de fractura que se realizaron en los primeros 9 meses de este año. Un 69% menos que el año pasado.
Pero más allá de la caída general de las etapas de fractura, las métricas del año que elabora el country manager de NCS Multistage, Luciano Fucello, dan cuenta de un desplome en la cantidad de empresas activas.
En 2017 fueron 9 las empresas que realizaron fracturas en sus pozos. En 2018 ese nivel bajó a 8 pero con más actividad, y el año pasado trepó a las 11 empresas. Pero en lo que va de este 2020 solo 6 empresas realizaron trabajos de fracturas en sus pozos, es decir casi la mitad de las que operaron el año pasado.
A su vez, dentro de la actividad que cada empresa ha realizado en el segmento se ve la misma línea de crisis, ya que por ejemplo YPF pasó de realizar 1719 etapas en 2017, 1965 en 2018, 3034 el año pasado y en los primeros nueve meses de este año sumó apenas 667.
Pan American Energy (PAE) es otra de las empresas que también bajó el ritmo, ya que pasó de realizar 391 en 2017, 526 en 2018 y 518 etapas el año pasado, a las 146 que completó hasta septiembre.
Total Austral también disminuyó su ritmo considerablemente y paso de realizar 443 punciones en 2018, 499 en 2019 a las 83 que completaron en los primeros 9 meses de este año.
Dos empresas disminuyeron muy levemente sus trabajos e incluso podrían cerrar el año en un volumen estable. Se trata de ExxonMobil que pasó de 286 etapas el año pasado a 198 en lo que va de este año. Y Shell que lleva sumadas 359 etapas cuando el año pasado realizó 433.
El dato
- 2500
- etapas de fractura se estima que en total se podrían sumar en este año según las proyecciones de las firmas.
El caso paradigmático y que da pautas de que pese a la crisis, las inversiones petroleras son de largo plazo, es el de Chevron. La gigante norteamericana perforó por primera vez este año un grupo de pozos propios, en el bloque El Trapial, sumando sus primeras 92 fracturas justo después de la cuarentena obligatoria.
Pese a esa paulatina reactivación que este año se vio luego del parate total que imprimió la cuarentena obligatoria, el alicaído nivel de consumo mantiene aún bajo el nivel de actividad en Vaca Muerta.
Como parte de esta crisis, en el último año salieron de país bombas de fractura por unos 74.000 hp, marcando la desarticulación de dos sets de fractura, a los cuales se suma la falta de personal para otros tres a cuatro sets, dejando así solo 5 sets de fractura activos en el país.
En una reciente presentación ante el Club del Petróleo, Fucello planteó que “cada set de fractura necesita realizar 100 etapas por mes para que las empresas de servicio sobrevivan”. Un volumen que con los cinco sets operativos implica que por mes deberían realizarse 500 etapas de fractura.
“Esa es la cantidad que se necesitan para tener una economía sustentable en Vaca Muerta” indicó Fucello quien advirtió que de lo contrario el riesgo que se corre es que la tecnología existente se vaya degradando por falta de inversión y la buscada eficiencia de los trabajos vaya quedando cada vez más lejos.
El ranking de las operadoras que más fracturas han realizado
Si bien el diseño de los pozos en Vaca Muerta y la forma y cantidad de fracturas en cada pozo fueron variando a lo largo de los años, un puñado concentra el grueso de las etapas de fractura realizadas en la formación.
El ranking de las empresas que más punciones han realizados en sus pozos está encabezado, y por varios cuerpos de ventaja, por YPF. La petrolera de mayoría estatal realizó hasta el mes pasado un total de 8.927 etapas de fractura, casi la mitad de las 17.459 que acumula Vaca Muerta.
El segundo puesto del podio corresponde a Tecpetrol, la petrolera del Grupo Techint, que marcó la cancha con Fortín de Piedra. La firma acumula 2.538 etapas de fractura en la formación y en este mes retomó las tareas luego de una pausa de casi once meses.
Pan American Energy (PAE) es la tercera empresa que más ha trabajado en la realización de fracturas en Vaca Muerta. La compañía lleva un acumulado de 1.657 etapas realizadas.
El cuarto puesto corresponde a Shell, una compañía que aceleró sus trabajos en 2018 con el paso a desarrollo masivo de tres bloques, y que suma en total 1.171 etapas de fractura realizadas.
Total Austral se quedó con el quinto puesto entre las firmas que más etapas de fractura han realizado en Vaca Muerta, con 1.168 punciones, la mayoría de ellas realizadas entre 2018 y 2019 a partir del desarrollo de Aguada Pichana Este (APE).
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