Las cuentas municipales de Bariloche, con respirador artificial
Semanas atrás se autorizó el pedido de unos 90 millones de pesos de anticipo de coparticipación.
El cuadro de situación que enfrenta el Municipio en lo económico no deja de ofrecer señales preocupantes, con una caída de recaudación que se mantiene desde hace ya varios meses, sin signos de repunte, y la necesidad de apelar a una batería de herramientas financieras que van desde el uso de descubierto bancario hasta los adelantos de coparticipación provincial.
El apremio se traduce en un número que fue reconocido varias veces por el intendente Gustavo Gennuso y que se mantiene inalterable desde abril pasado: la recaudación propia sufrió una baja del 50% debido a la retracción de la actividad económica (en especial del turismo) y si el Municipio no cayó en un pozo mayor fue por los ingresos de coparticipación, que estuvieron más cerca de las metas.
El resultado en la merma de recursos obligó a agotar reservas acumuladas en tiempos de mayor holgura y también derivó en un mayor incumplimiento con los proveedores. El gobierno priorizó los salarios y el medio aguinaldo de julio, que fueron pagados en término. La deuda con proveedores, a agosto pasado, rondaba los 300 millones de pesos y hoy ya estaría bastante por encima de esa cifra.
En números
- 300
- millones de pesos era la deuda con proveedores al mes de agosto, que seguramente creció hasta hoy.
- 16,6
- millones de pesos quedaron al descubierto en las cuentas municipales al pagar los salarios de agosto.
Los ingresos municipales al cabo del tercer trimestre deberían acumular en promedio el 75% de lo estimado para el año, aunque en condiciones normales sería incluso algo más, por el pago adelantado de la tasa de servicios y por la tasa comercial que refleja el movimiento invernal, el más alto del año.
Pero en 2020, pandemia mediante, todos los números están por debajo de esa proporción. Los ingresos “de jurisdicción municipal” en el global solo alcanzaron 992 millones de pesos, es decir el 44,6% de la meta anual. La tasa de Inspección, Seguridad e Higiene recaudó hasta el 30 de septiembre apenas el 56% de la meta y por habilitaciones comerciales el ingreso fue del 48% del estimado 2020.
El impuesto a los Inmuebles Libres de Mejores recaudó el 66,3% de lo planificado, la tasa al turista apenas el 28% y hasta el canon del cerro Catedral, que a esta altura debería haber ingresado el total de los 26 millones presupuestados, solo registra pagos por 11 millones.
La excepción son la tasa de Servicios, que lleva recaudados el 83,1% de la meta anual, y los ingresos de jurisdicción provincial (coparticipación y regalías) con 1.151 millones, que representan el 82,9% del presupuesto total.
Otro parámetro útil surge de comparar la recaudación de este año con la de 2019 y ahí también el resultado es lapidario. La tasa comercial había aportado a septiembre del año pasado el 78,9% (este año apenas el 56,1%) y el total de ingresos de jurisdicción municipal este año está un 8% por debajo del año anterior en valores nominales. Una brecha que es mucho mayor si se ajusta por inflación.
Los datos enumerados corresponden al informe de ejecución presupuestaria que publica el Municipio en su página oficial. Los intentos por obtener mayores precisiones de parte del intendente Gustavo Gennuso y del secretario de Hacienda, Diego Quintana, resultaron infructuosos.
El concejal del Frente de Todos y vicepresidente de la comisión de Economía, Marcelo Casas, evaluó que la situación de la economía es “crítica” debido a la caída de ingresos. A pesar de lo cual valoró el manejo de las finanzas realizado por el gobierno para “llevar tranquilidad” con el pago de salarios y la cobertura de los “servicios mínimos”.
Dijo que el funcionamiento del Municipio no era tan apretado hasta marzo pasado y por eso pudo “acumular un fondo de reserva” que le sirvió para cubrir los agujeros, pero que ya está agotado. Lo advertido por Casas se confirma por ejemplo en la cuenta “intereses por colocaciones financieras”.
El año pasado el Municipio obtuvo rendimientos por un total de 180 millones de pesos. Este año se puso una meta similar, pero solo ingresaron 65 millones.
Por la misma razón el Municipio debió recurrir una vez más al descubierto bancario, un salvavidas que fue habitual en otro tiempo y había quedado desechado hace más de dos años. Al momento de pagar los salarios de agosto la gestión Gennuso no tuvo otra forma de financiarse que con un rojo de 16,6 millones en su cuenta corriente.
Casas dijo que la deuda exigible de proveedores no baja de los 300 millones de pesos y que los principales acreedores son las firmas locales que le venden al Municipio combustibles, alimentos, materiales e insumos de oficina.
La caída de ingresos obligó también a subejecutar algunas partidas de gastos. Siempre con cierre al 30 de septiembre (cuando debería estar aplicado alrededor del 75% del plan presupuestario) en “unidad ejecutora de obras públicas” el Municipio gastó solo el 62% de lo previsto y en “mejoras de seguridad en edificios municipales” alcanzó el 59%.
Algo parecido ocurrió con “mantenimiento vial”, donde la inversión fue del 55,3% de la previsión anual y en “mantenimiento de la flota municipal”, con un 48,7%. Hubo otros recortes que estuvieron justificados. Por ejemplo el subsidio al transporte, encuadrado como una compensación por la gratuidad del boleto escolar. La suspensión de clases eximió al Municipio de aportar todo el monto previsto y de la partida de 80 millones de pesos solo ejecutó 43,5 millones y se ahorró el resto.
En cambio hubo refuerzos en los programas “despensas comunitarias” y “refuerzo alimentario”, que ya agotaron más del 90% de su partida anual.
Medidas para sortear la crisis de la pandemia
Desde el comienzo de la crisis por el coronavirus el Municipio buscó cubrirse con medidas excepcionales como la declaración de emergencia económica (renovada ya dos veces), planes de recupero de deudas tributarias e instrumentos financieros.
Aunque por un lado el Concejo aprobó quitas y exenciones para los contribuyentes comerciales afectados en sus ingresos, dispuso también una moratoria orientada a captar más fondos y una nueva operatoria de pago adelantado anual de la tasa de servicios, como la que había instrumentado a comienzos de año y venció el 28 de febrero.
La moratoria concede beneficios amplios para el pago de deudas de tasas y contribuciones, que según lo calculado sumarían una acreencia en favor del municipio superior a los 2.000 millones de pesos. Según dijo en julio el intendente Gennuso, la aspiración era obtener recursos extra por “entre 200 y 300 millones de pesos”. Hasta hoy no hay información oficial sobre el resultado de ese plan, pero el concejal Casas aseguró que “está por debajo de lo esperado”.
El municipio también tomó un crédito blando con Nación por 49,8 millones de pesos, que en realidad es parte de uno mayor concedido a la provincia, que decidió coparticipar el 10% entre los municipios.
Además la Municipalidad accedió el mes pasado a un ATN de 20 millones de pesos y a un adelanto de coparticipación de 90 millones de pesos.
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