Las 100.000 muertes: Carreras hace su balance y cuenta qué medida no volvería a tomar

La mandataria de Río Negro analizó el rol del gobierno provincial durante la pandemia. Reconoció que las decisiones tienen un 50% de aprobación y un 50% de rechazo.

Los 15 meses de gestión de la pandemia tienen “un balance positivo” para Arabela Carreras. “Lo fundo en que cuando me toca asumir ya teníamos un sistema de salud muy fortalecido a lo largo de años de inversión. Tenemos una red de 36 hospitales, más todas las salas periféricas en zonas rurales y urbanas, y esa red venía con una fuerte inversión y crecimiento; entonces a mí no me toca enfrentar la pandemia con un sistema débil, muy por el contrario”, argumentó la gobernadora de Río Negro.

La mandataria reconoció que “no estábamos preparados para un contexto de pandemia, le pasó al país y al mundo, y no fuimos la excepción” pero “logramos rápidamente empezar un proceso de transformación del sistema, que consistió en inversiones edilicias, hubo que transformar todas las salas de terapia y hoy estamos en tres o cuatro veces la cantidad de camas de terapia en todo el sistema, también contando los privados”.

Agregó que “ese rápido proceso nos permitió sumar camas y personal, cerca de 2.000 agentes en lo que va de la pandemia”.

En ese sentido sostuvo que “ahora está llegando un gran volumen de vacunas y seguramente vamos a tener que revisar y ajustar la forma de colocación”.

Carreras aclaró que “el balance es positivo como sistema, pero desde la perspectiva de la sociedad ha sido un período muy duro, un tiempo de sufrimiento, donde la sociedad sufrió mucho. Nosotros -cada uno en su rol- lo pasamos. Cuesta sobrellevar las pérdidas y otros aspectos como el miedo, la incertidumbre, el encierro, la soledad y los desafíos desconocidos para todos”.

A partir de la experiencia acumulada, reconoció que se pudieron realizar cosas de una manera diferente.

“Tal vez la administración del aislamiento podría haberse hecho distinto, mirado desde un momento muy posterior, aunque no estamos seguros si el resultado hubiera sido mejor”, evaluó.

Dijo al respecto que “me hubiera gustado hacer aperturas y cierres entendiendo que la pandemia iba a tener ciclos, movimientos, curvas. Hoy miramos esas curvas de contagios y tal vez se podría haber administrado distinto, pero sí tengo en claro que los aislamientos que produjimos siguiendo los lineamientos nacionales nos permitieron fortalecer el sistema, poner oxígeno en todas las camas, la inversión llevó tiempo y ese tiempo nos lo dio el aislamiento”.

Durante todo este tiempo, el gobierno tuvo que llegar a distintos acuerdos con los actores económicos, a partir de las medidas tomadas en un contexto sanitario que varía según las diferentes regiones y eso “fue complejo y lo sigue siendo, porque cualquier medida es imperfecta, produce un beneficio en un sentido y un perjuicio en otro”.

“Si generamos una gran apertura para que ingrese el turismo sabemos que puede generar presión sobre el sistema de salud, pueden aumentar los contagios, pero si cierro impido que la actividad económica se desarrolle y también genero riesgos en la población como la falta de alimentación, la zozobra”, evaluó.

Carreras remarcó que “ninguna medida satisface a la totalidad de la población y, en general, la mayoría de las medidas tienen el apoyo del 50% de la población y el otro 50 en contra. Por eso es difícil lograr los acuerdos necesarios y liderar esos consensos es fundamental para que las medidas se cumplan; eso también fue un desafío”.

Hay que reconocer, por un lado al personal y por otro a las conducciones de los distintos hospitales y desde los distintos lugares del Ministerio (Salud), tanto para combatir la pandemia como para llevar adelante un plan de vacunación que está resultando muy bien.

Arabela Carreras, gobernadora de Río Negro


ANÁLISIS


Información clara y más integración, temas pendientes

La subjetividad prevalece en el análisis sobre lo que ocurrió entre la muerte 1 y la 100.000 en la región y en el país.

El relato de las autoridades nacionales, provinciales y locales está cruzado por los intereses personales y sectoriales. Y probablemente, el debate sobre las responsabilidades propias y ajenas se torne inagotable.

Pero esa realidad no impide delinear expectativas sobre el futuro. Sobre la base de la experiencia, trazar un camino más sencillo de transitar para quienes dependen de esos hombres y mujeres.

Rionegrinos y neuquinos tienen demandas compartidas en ese terreno.

Una de ellas es la claridad y la previsibilidad en la información pública.

Estadísticas inconsistentes, datos relevantes que desaparecieron sin mayores explicaciones de los reportes oficiales, registros incongruentes entre Nación y Provincia… algunos ejemplos sobre las situaciones que se repitieron en el manejo de la comunicación de novedades sobre la pandemia.

Informar con rigurosidad o contribuir a la desinformación no puede ser opción para un Estado.

Por otra parte, es necesario un paso adelante en la conexión entre los dos gobiernos provinciales.

La zona comprendida entre Chichinales y Senillosa conforma un “mini AMBA”, pero las reglas para moverse dentro esa región no siempre fueron las mismas.

Alejarse de la mirada celosa y hasta competitiva sobre lo que pasa de uno y otro lado de los puentes seguramente ayudaría a dejar atrás los dilemas cotidianos que padecieron miles de personas durante el último año.


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