La voluntad divina en la literatura universal
La voluntad divina encorseta nuestras vidas, no hay hoja de ruta para elegir ya que el sendero es uno solo y no está trazado por nosotros. Esas son algunas analogías que se desprenden de esta primera idea que todos tenemos de destino. Para esta concepción la metáfora del juego de ajedrez de la columna anterior es muy precisa.
Para el héroe romántico el destino es una fatalidad (esta palabra y el término “hado” tienen el mismo origen latino: “fatum”). Así lo vemos en muchísimas obras, te comento una que rompe con lo establecido en el teatro. Se trata de “Don Álvaro o la fuerza del sino”, del duque de Rivas, escritor español del siglo XIX. Un encadenamiento trágico de muertes y desencuentros con la amada cruza toda la escena. Don Álvaro se resiste y lucha contra la fuerza de su destino; sin embargo nada de lo que hace da resultado y cae derrotado cuando comprende que es en vano luchar contra fuerzas divinas.
En esta obra del duque de Rivas se basa la ópera de G. Verdi, “La forza del destino”. El argumento es casi el mismo; pero lo curioso es que aquí el destino también actúa en el plano real porque esta ópera tenía fama de acarrear desgracias, esto hizo que no se la representara por mucho tiempo y se evitara nombrarla en el ambiente artístico, o bien se referían a ella como “la maldita”.
El tema del amor trágico que no puede evadir los designios del destino también está en algunas tragedias de Shakespeare. En el prólogo de “Romeo y Julieta” ya nos anticipa esa batalla perdida: “De las entrañas funestas de estos dos enemigos (Montescos y Capuletos), surge una pareja de amantes a la que se oponen las estrellas”. En “Macbeth” hay una lucha contra un destino incontrolable en la que el protagonista termina perdiéndolo todo por su ambición desmedida.
El destino juega con nosotros y como un tahúr nos reparte las cartas ya secretamente marcadas. Esa caracterización puede ser un buen resumen para quienes en la literatura o en la vida pregonan que no nos podemos liberar de los brazos del hado.
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