La violencia de género, factor crucial para una absolución
Tras conocerse el fallo que liberó de culpas a una mujer de Catriel, su abogado afirmó que “ella fue la víctima”.
CATRIEL (ACA).- El domingo se conoció el fallo de la Cámara Segunda del Crimen de Cipolletti, que absolvió a Yanina Pagán y Marcos Olave. Ambos son de Catriel y estaban imputados por el crimen de Ariel Guerrero, ocurrido en 2008. Tras difundirse el fallo, Edgar Lucero, abogado de Pagán, destacó que el lamentable hecho fue “un caso más en el contexto del maltrato familiar y que tiene que ver con la violencia de género, donde las partes no pudieron resolverlo, pero las diferentes instancias del Estado tampoco, porque la Policía y la Justicia llegaron tarde”. La víctima murió a raíz de un disparo que ejecutara Olave al presenciar la agresión de Guerrero hacia su ex pareja, Yanina, de 30 años. Durante los dos años que duró aquella relación, la mujer fue víctima de constantes amenazas y ataques por los que llegó a radicar más de 15 denuncias. Según expresó la mujer durante el juicio “a Guerrero no lo podía parar la Policía, ni la justicia, ni su papá, ni nadie”. El hombre murió el 22 de agosto de 2008 en el domicilio de la calle México de Catriel donde vivía Yanina, la madre de su hijo de apenas 4 meses. Según consta en la sentencia, la relación había estado signada por una historia de violencia hacia la joven y se probó que la mujer había radicado denuncias en la comisaría y en la fiscalía dando cuenta del maltrato. Yanina vivía sola con su hijo, y en su declaración manifestó que temía por su vida, ya que Guerrero la había amenazado varias veces. Por eso –afirmó– le pidió un arma a su padre y la guardó en un mueble “para protegerse”. La joven aseguró no sabía que el arma estaba cargada y que ni ella ni Olave la sabían usar, pero que el hecho de tenerla a mano la hacía “sentir más segura”. Aún cuando resultó absuelta, Pagán “fue y sigue siendo una víctima”, afirmó Lucero. “El tratamiento psicológico indica que no puede seguir viviendo en esa casa; se está yendo a vivir a otro lado”, agregó. Según las declaraciones de Yanina, muchas personas fueron testigos de “cachetadas, mordidas, tiradas del pelo, zamarreos, piñas, y una vez me sacó un diente, hizo violación de domicilio… Yo pedía ayuda, me tenía dos horas contra un paredón, y decía: ‘Estás queriéndote escapar de mí’ y era peor”. Ahora, Pagán “intenta abrir una puerta que le permita vivir y seguir criando a su hijo con tranquilidad, después de tanto tormento”.
El juicio a Pagán se desarrolló en Catriel. La joven fue absuelta por legítima defensa.
CATRIEL (ACA).- El domingo se conoció el fallo de la Cámara Segunda del Crimen de Cipolletti, que absolvió a Yanina Pagán y Marcos Olave. Ambos son de Catriel y estaban imputados por el crimen de Ariel Guerrero, ocurrido en 2008. Tras difundirse el fallo, Edgar Lucero, abogado de Pagán, destacó que el lamentable hecho fue “un caso más en el contexto del maltrato familiar y que tiene que ver con la violencia de género, donde las partes no pudieron resolverlo, pero las diferentes instancias del Estado tampoco, porque la Policía y la Justicia llegaron tarde”. La víctima murió a raíz de un disparo que ejecutara Olave al presenciar la agresión de Guerrero hacia su ex pareja, Yanina, de 30 años. Durante los dos años que duró aquella relación, la mujer fue víctima de constantes amenazas y ataques por los que llegó a radicar más de 15 denuncias. Según expresó la mujer durante el juicio “a Guerrero no lo podía parar la Policía, ni la justicia, ni su papá, ni nadie”. El hombre murió el 22 de agosto de 2008 en el domicilio de la calle México de Catriel donde vivía Yanina, la madre de su hijo de apenas 4 meses. Según consta en la sentencia, la relación había estado signada por una historia de violencia hacia la joven y se probó que la mujer había radicado denuncias en la comisaría y en la fiscalía dando cuenta del maltrato. Yanina vivía sola con su hijo, y en su declaración manifestó que temía por su vida, ya que Guerrero la había amenazado varias veces. Por eso –afirmó– le pidió un arma a su padre y la guardó en un mueble “para protegerse”. La joven aseguró no sabía que el arma estaba cargada y que ni ella ni Olave la sabían usar, pero que el hecho de tenerla a mano la hacía “sentir más segura”. Aún cuando resultó absuelta, Pagán “fue y sigue siendo una víctima”, afirmó Lucero. “El tratamiento psicológico indica que no puede seguir viviendo en esa casa; se está yendo a vivir a otro lado”, agregó. Según las declaraciones de Yanina, muchas personas fueron testigos de “cachetadas, mordidas, tiradas del pelo, zamarreos, piñas, y una vez me sacó un diente, hizo violación de domicilio... Yo pedía ayuda, me tenía dos horas contra un paredón, y decía: ‘Estás queriéndote escapar de mí’ y era peor”. Ahora, Pagán “intenta abrir una puerta que le permita vivir y seguir criando a su hijo con tranquilidad, después de tanto tormento”.
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