“La transición energética obliga a valorizar Vaca Muerta lo antes posible”
La ventana para desarrollar los recursos no convencionales a nivel masivo es acotada. Está en juego la oportunidad de generar US$ 37.500 millones en exportaciones en tres décadas.
Con la discusión del potencial de Vaca Muerta ya saldada, el nuevo desafío al que se enfrenta la formación no convencional es del alcanzar un nivel de desarrollo masivo en una ventana de oportunidades que se ve fuertemente condicionada por la transición energética. Lo que está en juego es -nada más y nada menos- que la oportunidad de generar unos 37.500 millones de dólares adicionales de exportaciones durante las próximas tres décadas.
Este fue uno de los ejes principales que abordó el exvicepresidente de Finanzas de YPF, y actual director de la consultora Economía y Energía, Nicolás Arceo en su disertación en el seminario sobre Recursos Naturales y Desarrollo Sostenible organizado por Fundar.
“Vaca Muerta es una oportunidad única que tiene la República Argentina para alcanzar un crecimiento significativo en su volumen exportable a lo largo de los próximos años. Claramente el aumento en las exportaciones no garantiza per se el inicio de una fase virtuosa de desarrollo económico, pero de todas formas sí implica la posibilidad de revertir la restricción externa que es una condición necesaria, aunque no suficiente, para revertir casi medio siglo de estancamiento económico”, señaló Arceo.
Entre los datos que presentó el economista en su presentación, destacó que Argentina es la cuarta reserva mundial de recursos de shale oil y la segunda en términos de shale gas, lo que representan unos 16.000 millones de barriles y unos 308 TCF de gas natural. Solo teniendo en cuenta a Vaca Muerta, en términos de petróleo esto garantiza un abastecimiento interno por 94 años en el caso del petróleo y de 193 años en el caso del gas.
“Si Argentina logra desarrollar la mitad de estos recursos, implicaría unos 37.500 millones de dólares adicionales de exportaciones durante las próximas tres décadas.
Esto en definitiva lo que permitiría es incrementar las exportaciones en un 70% durante las próximas tres décadas o equivale a aproximadamente 66 años de exportación del complejo oleaginoso argentino”, precisó Arceo.
Aquí es donde la transición energética a la que se encaminaron los principales países del mundo acorta las posibilidades de alcanzar los ambiciosos objetivos que propone Vaca Muerta, principalmente en el petróleo. Si dudas que el desarrollo masivo de los recursos de shale está atado al ingreso a un mercado que cada vez piensa más en las energías renovables.
“La transición implica la necesidad de valorizar los recursos no convencionales lo más rápido posible, ya que hay una ventana de oportunidad para la comercialización de esos recursos que claramente a lo largo del próximo siglo se va a cerrar. La transición energética le pone fecha de caducidad a un aprovechamiento pleno de esos recursos, aunque todavía no podemos poner una fecha exacta”, concluyó Arceo.
Con la discusión del potencial de Vaca Muerta ya saldada, el nuevo desafío al que se enfrenta la formación no convencional es del alcanzar un nivel de desarrollo masivo en una ventana de oportunidades que se ve fuertemente condicionada por la transición energética. Lo que está en juego es -nada más y nada menos- que la oportunidad de generar unos 37.500 millones de dólares adicionales de exportaciones durante las próximas tres décadas.
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