La tediosa espera de diabéticos por los parches que prometió el Ipross

La obra social estatal anunció en noviembre que incorporaría el "FreeStyle", pero todavía no cumple. Se trata de un dispositivo que evita los pinchazos diarios para medir la glucosa.

El “FreeStyle”, una imprescindible y diminuta herramienta digital que ayuda a la gestión y tratamiento de insulinodependientes, es ansiosamente esperada por los pacientes afiliados al Instituto Provincial del Seguro de Salud (Ipross).

Su incorporación a la obra social fue anunciada el 14 de noviembre pasado, durante un acto por el Día Mundial de la Diabetes, pero se desconocen las razones por las cuales las partidas no fueron entregadas.

La inquietud surgió de entre quienes concurren a las distintas actividades que desarrolla la Asociación Viedmense Amigos del Diabético (Aviadi), una entidad que en los últimos 20 años se dedica a concientizar a la comunidad y educar a pacientes y familiares sobre esa enfermedad.

El parche es un dispositivo que se aplica y su duración se extiende por 14 días, y permite a los afectados evitar los pinchazos de una aguja en los dedos al momento de controlar la glucosa. Superado ese lapso debe remplazarse.

“Mi hija suele sufrir callos porque tiene que pincharse hasta seis veces por días para saber qué cantidad de insulina debe aplicarse”, cuenta a Río Negro, Marisa, una madre afiliada a la obra social que desconoce el motivo de la falta de distribución y requiere del aparato.

En la actualidad, quienes apelan a ese dispositivo por propia voluntad deben echar mano al bolsillo para adquirir el pequeño sistema “flash” de medición de glucosa. Cada uno de ellos cuesta $ 3.300 incluyendo gastos de envío ya que debe adquirirse en grandes centros comerciales.

Aun cuando hay demora, el Ipross ya emitió un protocolo de actuación destinado a afiliados de entre cuatro y 21 años que estén empadronados dentro del Plan Diabetes del Tipo 1.

Existe, entre los pacientes, cierta desazón ya que en la obra social no hay explicaciones certeras del corte etáreo y, en consecuencia, los mayores de esa edad tendrían que seguir adquiriendo por sus propios medios, a cambio de reintegros que “también se demoran”, dice los más exaltados.

El instructivo contempla una serie de pasos engorrosos antes de que en algún momento reciban el kit de inicio que incluye un lector y dos sensores que se entregan por única vez al afiliado empadronados. Luego, accederían a un kit de continuidad conteniendo dos sensores por mes.

Fuentes de la obra social indicaron que posiblemente “en los próximos días se pueda hacer la distribución”, sin aclarar el motivo de la demora de este programa por el que se invirtieron 3 millones en la compra. No obstante, se destacó el esfuerzo oficial en decidir este beneficio para un importante grupo poblacional que tiene esta patología.


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