La selección, el sentido de pertenencia y la importancia de disfrutar

Tras cortar una racha 28 años sin títulos, el equipo nacional todavía no tocó su techo y tiene más para dar.

Un abrazo de todos. Con Acuña (8) en el festejo, los jugadores argentinos celebran el segundo gol de la selección.

La obtención de la Copa América le sacó peso a la selección argentina. Tanto puertas adentro como en los hinchas, el triunfo descomprimió y ahora la celeste y blanca es motivo de alegría para los futbolistas y también para los fanáticos.

Pero no es una cuestión solo de ganar o perder, porque el momento actual del equipo nacional se construye desde aquella eliminación en Rusia 2018 y cuenta con una gestión acorde desde el cuerpo técnico, encabezado por Lionel Scaloni, y un plantel identificado con la causa.

En ese contexto, Argentina volvió a jugar por Eliminatorias y anoche fue claramente superior a Venezuela, al que derrotó 3 a 1 en la fecha 9 del camino al Mundial de Qatar.

El gesto de los futbolistas, que decidieron viajar a Sudamérica para jugar con la selección pese a las advertencias de sanciones por parte de las ligas europeas, es uno de los hechos que evidencia la identificación de un equipo que, además, sigue creciendo en su volumen de juego y cada vez es más constante.

Desde lo futbolístico, la ‘Scaloneta’ disimula sus defectos y potencia sus virtudes. Si en algún momento no domina los partidos, no tiene problemas en ponerse el ‘overol’ y luchar para aguantar la ventaja que generalmente logra.

Sería un error relativizar el valor de la victoria de anoche. Más allá del mal momento del equipo que dirige Leonardo González, que quedó en el fondo de la tabla, las últimas dos veces que la selección había visitado aquel país no había podido ganar, con una derrota camino a Brasil 2014 y una igualdad antes de Rusia.

La filosofía de Scaloni, que implica darles oportunidades a todos, encaja perfecto para el momento del equipo. Salvo Messi, todos saben que pueden ganarse el puesto y perderlo con la misma facilidad, pero no sufren la competencia interna, sino que disfrutan de formar parte del representativo nacional. Eso se deja ver incluso a través de las redes sociales, donde los players muestran una camaradería que no siempre se vio.

Lo que resulta más significativo es que todavía se trata de un equipo en construcción. Por un lado, eso destaca el trabajo de los futbolistas y de quienes conducen al grupo, teniendo en cuenta que todavía quedan aspectos para seguir mejorando, pero además hay perspectivas muy positivas de cara al futuro. Si mientras el proceso se desarrolla ya se obtuvo un gran logro como la Copa América, ¿cómo no pensar en grande para lo que viene?

El próximo fin de semana el rival será Brasil, en un duelo que inevitablemente retrotrae la memoria futbolera a lo que pasó hace cincuenta días en el Maracaná. Pero el del domingo será otro partido, con tres puntos en juego que suman para la clasificatoria.


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