La saga de la deuda vuelve a golpear a Neuquén y Río Negro

La administración de Omar Gutiérrez se encuentra más comprometida. El salto registrado en los pasivos fue, en gran parte, para sostener el alto nivel de gasto público.

El gobernador Gutiérrez busca apoyo para reperfilar la deuda neuquina.

Si bien todas las miradas están puestas en la propuesta que realizará en marzo el gobierno nacional a los acreedores internacionales por la reestructuración de la deuda pública, los pasivos de las provincias protagonizan un capítulo aparte.

Desde la eliminación de los controles de cambio en diciembre de 2015 muchos gobernadores apelaron a la emisión de deuda en moneda extranjera para financiarse. Pasados algo más de cuatro años crecieron en volumen y en dólares. Según datos suministrados por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) cerca del 73% del stock de deudas provinciales está actualmente nominado en moneda extranjera. Un problema, sus ingresos se recaudan en pesos y deben pagar sus obligaciones en dólares. Pero esto no queda aquí. A la coyuntura mencionada hay que sumarle que, por efecto de la recesión, las arcas provinciales esperan una caída en los niveles de recaudación para este 2020 que recién comienza.

Las administraciones regionales no quedan fuera de esta lógica. El stock de deuda pública neuquina para el cierre del año pasado se proyecta por encima de los 70.000 millones de pesos. Un valor realmente elevado cuando se la compara con los números que presenta Río Negro, que se ubica en los 33.000 millones de pesos.

Pero lo llamativo no solo es el tamaño de la deuda que tienen que soportar los neuquinos, sino también la evolución que ha tenido en estos últimos años. Hace tan solo diez años los pasivos provinciales alcanzaban 2.871 millones de pesos, unos 900 millones de pesos menos de la cifra convalidada por Río Negro en 2010.

– Fuente: RÍO NEGRO –

Hoy esa relación cambió drásticamente. La deuda que tiene sobre sus hombros Omar Gutiérrez se multiplicó por 25 y duplica actualmente a la que maneja Arabela Carreras.

El primer gran salto de los pasivos neuquinos se da en 2015 al pasar de los 7.500 millones de pesos en 2014 a los más de 13.000 millones al año siguiente (ver infograma adjunto). Luego, como el resto de las provincias del país, siguió la lógica nacional saliendo a buscar fondos en el mercado voluntario de deuda.

Datos clave

2.871
son los millones de pesos de deuda pública consolidada que tenía Neuquén hacia fines del 2010.
87%
del total de los pasivos que tiene hoy la provincia de Neuquén están tomados en moneda dura.

Datos del Ministerio de Economía de la Nación señalan que Neuquén se encuentra entre las cuatro provincias que más deuda tiene colocada en moneda extranjera, acumulando algo más de 1.000 millones en esta denominación, detrás de Buenos Aires (US$ 9.800 millones), Córdoba (US$ 2.590 millones) y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (US$ 1.660 millones).

En relación a la recaudación propia y coparticipación (sin computar regalías), un reciente estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) señala que la deuda de Neuquén se ubica en el segundo lugar del ranking nacional con una relación de 1,3 puntos; el peor índice, solo superado por Chubut cuyo indicador se los ubica en 1,8 puntos.

El escenario es complicado, teniendo en cuenta el ajuste que se espera sobre todo el sector de no convencionales que llegará de la mano de la nueva ley de Hidrocarburos o de un régimen de promoción de inversiones, impulsadas ambas iniciativas por el gobierno nacional. (Ver recuadro)

– Fuente: RÍO NEGRO –

Tasas elevadas

Otro de los puntos débiles que muestra el perfil de deuda neuquina son las tasas que convalidaron en su momento con el afán de buscar fondos frescos para poder sostener el gasto público.

Según detalla el informe de CEPA, que analiza las emisiones de títulos desde el 2016 hasta los primeros días de 2018, por la colocación en el mercado –en busca de 235 millones de dólares– la administración neuquina convalidó en mayo de 2016 una tasa del 8,625% que sumando los gastos de gestión y financieros se acercó a los dos dígitos. Una tasa a la que pocos inversores se podían resistir teniendo en cuenta que en ese momento el bono del Tesoro de los Estados Unidos –tasa de referencia internacional– estaba pagando menos del 1% anual.

Cabe destacar que la mayor parte de los títulos neuquinos están garantizados en el mercado a través de las regalías y la coparticipación que percibe la provincia. Es decir, tienen un bajo riesgo de cobro. Pese a ello la tasa convalidada es alta.

Río Negro por su parte, colocó en diciembre de 2017 un título por 300 millones de dólares –destinados a la ejecución de obra pública– a una tasa del 7,75% anual. Un valor igualmente alto teniendo en cuenta que Paraguay, en esa misma época, colocó un bono a 30 años por 530 millones de dólares a una tasa del 5,15% anual.

Fuentes del gobierno neuquino no descartan que parte de los vencimientos de deuda de los próximos cuatro puedan reperfilarse con las mismas condiciones que hoy está solicitando la Nación a sus acreedores.

Esta sería una salida para ganar tiempo, pero no para sortear el problema estructural que tiene la provincia con su deuda.

– Fuente: RÍO NEGRO –

Complejo escenario producto de la caída en los ingresos


Los números oficiales muestran a las claras que Río Negro supo administrar mejor que Neuquén su deuda pública en estos últimos diez años.

Pese a ello, el escenario de corto y mediano plazo es complejo para ambos distritos. Distintos estudios reflejan que las tasas de crecimiento de los recursos provinciales tienden a desacelerarse producto de una economía que tarda en reaccionar. Como contrapartida, las erogaciones crecen en forma importante por los vencimientos de la deuda pública.

A este contexto hay que sumarle los problemas para atraer inversiones en Vaca Muerta, que anticipan menores ingresos –en términos reales– por regalías.

Con el retrato de esta compleja foto, la pregunta que queda dando vueltas es: ¿en que se gastaron los 70.000 millones de pesos de deuda pública que acumula Neuquén? Semejante cifra de dinero, que no se ve reflejada en obras públicas ni en las tan necesarias inversiones en infraestructura que necesita la Provincia, hoy comienza a ser un verdadero problema para los números que proyecta la administración Gutiérrez en sus próximos cuatro años. El escenario no puede ser más complicado.

El impulso de Vaca Muerta se frenó con el congelamiento del precio de las naftas.

Los datos al cierre del tercer trimestre del año pasado –último registro oficial existente– detallan que la Provincia destinó 2.800 millones de pesos hacia la partida Construcciones, en su mayoría fondos para obra pública. La cifra es ínfima cuando se la compra con el nivel de gasto para este mismo período: unos 100.000 millones de pesos.

Volviendo a las odiosas comparaciones, Río Negro al cierre del tercer trimestre del año pasado había destinado 3.500 millones para esta misma partida sobre un total del gato presupuestario que se ubicó en los 51.000 millones de pesos.

– Fuente: RÍO NEGRO –

Es decir que mientras que en la administración Gutiérrez la partida Construcciones representó el 2,8% del total de las erogaciones presupuestarias, durante la gestión Weretilneck se ubicó cerca al 7% de la suma global del gasto provincial. No hay mucho más que agregar.


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