La resistencia que llegó al límite
Liderazgo y estabilidad económica se transformaron en la forma de legitimación del poder en el ecosistema político neuquino.
La nueva forma de protesta con bocinazos que utilizó Cambiemos, fuera del poder para manifestar sus posturas en contra de las decisiones como la intervención de la cerealera Vicentin y la reforma judicial, se impuso como la forma de sortear la valla de la cuarentena.
A seis meses de que se decretaran las medidas excepcionales en la provincia de Neuquén, el estado anímico de la sociedad que se presenta como una pugna con los sectores económicos que llegaron al límite de la resistencia, sin ingresos genuinos, planteó un escenario frágil para el poder político.
El poder político en la provincia de Neuquén en la historia se ha legitimado por la estabilidad económica. Cuando ésta se resquebraja por circunstancias propias y ajenas se abre paso a la fragmentación y el conflicto social. Entonces esa legitimación debe buscar otros mecanismos que, hasta ahora, han recalado en la vanguardia que plantean los dirigentes a los que se les reconoce liderazgo por sobre toda otra circunstancia.
El MPN se legitimó después de una lucha facciosa cuando se desgastó el crédito político, como ocurrió en 2007 con el recambio de Jorge Sobisch por Jorge Sapag. También pasó en 1999 con Felipe Sapag, quien intentó capear una crisis económica y social sin precedentes.
Actores de la economía provincial por fuera de la burguesía paraestatal hicieron ruido para impedir volver a una fase más restringida.
La oposición cumplió los mismos ritos como ocurre en Cutral Co con Ramón Rioseco, que se alimenta con fondos propios de las regalías del Mangrullo o la legitimación del liderazgo que logró en Zapala Raúl Podestá y, luego, Soledad Martínez. En la ciudad de Neuquén fue un equilibrio entre la figura de Horacio Quiroga y el derrame de la actividad económica.
La estabilidad económica (genuina o prestada a largo plazo) que transitaba la provincia de Neuquén tiene grietas por donde supura descontento y quienes deben ser y también parecer, en este caso los intendentes y el gobernador, son los blancos de las críticas. Si en otro momento político el conflicto fue protagonizado por gente enojada sin nada que perder, como fue en 1996, o los gremios que se plantaban en reclamar su lugar en el Estado de bienestar, ahora son los sectores económicos atomizados los que llenan de ruido la tranquilidad de la provincia de Neuquén. Los actores económicos concentrados tienen mecanismos más complejos (y efectivos) para quejarse y obtener lo que, dicen, les corresponde.
La tensión es evidente en Neuquén, Rincón de los Sauces y San Martín de los Andes. En estas dos últimas, los intendentes debieron vérselas con sus propios vecinos, tal vez otrora entusiastas de su hipotética gestión en época electoral. Fue la expresión genuina de dos sectores fuertemente afectados por el parate económico que, luego de seis meses, no encontraron respuestas en quienes tienen el mandato (legitimado en las urnas) de la vanguardia, los que deben decir hacia dónde se los conduce.
El turismo y el sector de los pequeños comercios mostraron los dientes ante un poder político que se centró en pintar de malo, muy malo, a un enemigo invisible, externo, lejano y cercano a la vez, traicionero y mendaz. Todos los calificativos contra el virus son veraces, pero el virus sigue siendo inasible y la legitimación de las primeras semanas ahora se desgasta porque se lo conoce cada vez más.
Entonces, si el contagio es por contacto estrecho en reuniones sociales, qué sentido tiene mantener restricciones. En Rincón, por ejemplo, ya se debe correr con el costo del traslado de mercadería perecedera cuyos distribuidores no pueden ingresar a la localidad. Para colmo, como un síntoma de adaptación fenomenal de la economía en contexto de encierro, las ventas por redes sociales hacen estragos al comercio “legal” que debe pagar impuestos y cumplir requisitos burocráticos.
El ruido puso coto a la intención de volver a mayores restricciones. Los actores por fuera de la burguesía paraestatal irrumpieron en el escenario.
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