La Regata del Río Negro se pone en marcha con una edición histórica

La carga emotiva del canotaje nacional está en su punto máximo por estas horas. Hay ansiedad y expectativa en los rostros de quienes serán los protagonistas excluyentes a lo largo de esta semana, que tendrá al río, el sol y los botes como elementos primordiales.

Hay muchas historias detrás de quienes estuvieron esperando todo el año para estar otra vez frente a frente al desafío y la hora ha llegado. La Regata Internacional del Río Negro vuelve a latir en el agua y los corazones de los palistas lo saben.

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Esta tarde a partir de las 13 en la Isla Jordán, el clásico de todos los veranos en la región entrará en acción cuando 300 palistas divididos en 189 embarcaciones, le den vida a la 46 edición de la travesía de canotaje de maratón más larga del mundo.

Será la primera de las siete etapas que tendrá la competencia. En este primer parcial la llegada será como es habitual en el Náutico de Roca, 200 metros aguas abajo del Puente de Paso Córdoba, punto de partida de la segunda etapa que se correrá mañana.

La organización a cargo del Club Náutico La Ribera tiene motivos para festejar ya que el número de inscriptos es récord absoluto en la historia de la prueba. “Tener esta cantidad de palistas, con todos los problemas que viene ocasionando esta pandemia, es un lujo y nos pone muy contentos. Cuando esta comisión tomó la posta de la prueba, teníamos 95 botes en línea de largada. Cinco años después, sumamos cien botes en el agua. Es muchísimo. Estamos orgullosos de ello, sabemos que todavía hay muchas cosas para mejorar pero vamos por el camino correcto”, afirma Marcelo Carcasson, integrante de la organización de la prueba.

Ayer en el predio de los Camioneros en la Isla Jordán se realizaron las acreditaciones y el control de embarcaciones, donde quedó definido el número de embarcaciones. En dos turnos, de 9 a 13 y de 14 a 18, los competidores presentaron su certificado sanitario, que no debía superar las 48 horas de emisión y se le hizo entrega del kits de competencia.

Entre las novedades de la previa, la Regata no tendrá el privilegio de contar con el mejor K2 senior del mundo: los franceses Quentin Urban y Jeremy Candy, medallas de oro en el último mundial en Rumania. Urban dio positivo de coronavirus antes de viajar al país, por lo que Candy se quedó sin su compañero. Es por eso que se sumará al numeroso lote de los K1 senior (25 embarcaciones), una de las categorías que prometen una interesante lucha en el agua.

En K2 senior, Damián Pinta y Facundo Lucero defenderán el cetro, y tendrán como principales rivales a Martín y Javier Mozzicafreddo, a los hermanos Caffa y al bote conformado por Julián Algañaras y Sebastián Vergauven.

Una cuestión de peso y flotabilidad

En toda la jornada de ayer, el trabajo de la organzación estuvo enfocado en la fiscalización y el control de cada una de las 189 embarcaciones que tomarán parte de la travesía que finalizará el sábado 15 en Viedma.
Una regla sobre la gramilla del club de Camioneros, controla el largo y el ancho de los botes, que difieren según la categoría, lo mismo que el peso.

“Un travesía doble, con el nuevo reglamento, deben tener un peso mínimo de 25 kilos, antes eran 30”, afirma Hugo Cabrera, uno de los jueces de la Federación Argentina de Canoas que tendrá la Regata.

“El K1 olímpico deben tener 8 kilos, 12 para el K2, lo mismo que el “520”, completa Cabrera quien por cuarta vez consecutiva está en la Regata.
En cuanto a las medidas, el ancho para los olímpicos k2 es libre y el largo 6,60 metros; en K1 el largo es 5,20 metros, y para los travesías 59 cm de ancho y 6,60 mts.de largo.
Para mayor flotabilidad, vital para la seguridad del palista, se recomiendan bolsas inflables o estancos rígidos de telgopor.

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