La receta de la división que dio los resultados a favor del MPN en la elección de Neuquén
Hace cuatro años el oficialismo municipal que administraba Horacio Quiroga había logrado un cómodo triunfo con una receta que ahora imita, con matices, el MPN: juntar la propia tropa, no atomizar y dividir a los opositores.
La elección de este domingo en la ciudad de Neuquén confirmó un axioma. Los oficialismos logran unidad (y se imponen) y los opositores se dividen (y se debilitan). Hace cuatro años ocurrió más o menos lo mismo con un detalle: el oficialismo era lo que ahora fue la oposición.
“En política no siempre uno más uno es igual a dos”, es una de las frases de cabecera del presidente del MPN, Omar Gutiérrez, cuando intenta explicar las razones por las cuales prefiere una interna en el poder antes que una unidad fingida.
A sabiendas de eso, se puede colegir que los opositores, que otrora eran alimentados en el feed lot de Pechi Quiroga, suman más votos en conjunto, un 32,2%, en comparación con el 28,6% que obtuvo el MPN con Claudio Dominguez.
Obviamente, nadie saber qué hubiese pasado si iban todos juntos y tampoco se puede tener certezas respecto a cuánta fue la influencia en las divisiones que le cupo al oficialismo. Un hecho incontrastable es que, una parte de quienes estaban en el corral quiroguista ahora están, con nombre propio y todo Confluencia con Vos, con Gaido. Este sello fue una lista espejo del MPN y obtuvo un 8,24% del total de votos.
El conglomerado exquiroguistas ponía en juego cuatro bancas y renovó tres. Es que en 2017, cuando se votó la mitad del Concejo, el otrora oficialismo obtuvo más del 30% de los votos. El MPN se había debilitado por el internismo para gobernador.
Con el triunfo de ayer, el intendente Mariano Gaido se posó en la grieta que separó a Gutiérrez con Rolando Figueroa. Había experimentado una innovación en las últimas elecciones con un corral de engorde de listas colectoras pero olfateó que ahora le convenía una apuesta unificada frente al panorama atomizado de quienes habían abrevado en el quiroguismo.
La apuesta a la enmienda y no reforma para que los concejales elegidos ayer duren 2 años y que se empiece a votar cada cuatro fue riesgosa. Se ganó adversarios internos en el MPN que, conocedor de las mañas de los mayores, es probable que salga con una ambulancia a curar los heridos.
En el entorno del ascendente intendente se indicó que era ahora o nunca porque, de esperar, se podría correr aún más riesgo cuando la gestión esté promediando y se ponga en discusión la reelección. En el balance autocrítico se pondrá en marcha una sutil forma de premios y castigos para las estrategias que podrían haber fracasado.
Comentarios