La realidad de las pymes en Neuquén: propuestas
Rubén Fernández Seppi *
Para lograr cambios, es necesario salir de la zona de confort y “jugarnos” con nuestra participación activa y constructiva.
Cada vez son más las preguntas sobre ¿cómo podemos salir de esta angustiante situación actual?, donde las fuerzas productivas parecemos destinadas a desaparecer -si todavía estamos afuera de las 41.200 que en esta última pandemia murieron- , en donde se perdió capital de trabajo, en donde se vendieron bienes para pagar sueldos o impuestos, en donde algunos colaboradores, empleados y amigos debieron dejar su puesto de trabajo. Ni hablar de la declinante calidad educativa, la mala prestación de salud, la falta de seguridad, el 47 % de pobreza, el desempleo, la pérdida en general de las garantías constitucionales, y muchos etcéteras que ya todos conocemos.
Frente a esta “fotografía” de lo que nos pasa, urge que surja una intención pura de patriotismo, y que entre todos nos pongamos de acuerdo en qué país quremos, cómo debe ser la sociedad donde elegimos vivir. Y en esto seguramente coincidiremos que queremos un país pujante, con educación, salud y servicios de calidad, sin pobreza ni desocupación ni corrupción, un país donde todos podamos vivir felices y desarrollarnos.
Ahora bien, ¿qué tenemos que hacer para llegar a esta condición, qué modelo debemos adoptar? Sobre este punto podríamos “mirar” como lo hicieron muchos países en el mundo: qué modelos adoptaron, qué fue lo que los llevo a elevar sustancialmente su calidad de vida o por qué siguen en la pobreza total, con muchos slogans, pero sumergidos en la mediocridad.
Desde el Cluster Pymes Neuquinas hemos planteado -mediante notas al Presidente, al Gobernador, a legisladores y a miembros del Poder Judicial -entre otros – observaciones sobre lo que consideramos que está mal, y hemos elevado alternativas de solución a cada una de las temáticas abordadas. También desde el recientemente creado Foro para el Fortalecimiento de la República se está trabajando mucho en este sentido.
Sin dejar de reconocer la importancia de otras temáticas, pero a los fines de ser precisos, nos vamos a concentrar en algunos aspectos económicos, y en base a ello decimos:
1 – En Argentina existe una tremenda cantidad de trabajadores fuera del sistema, y otros potenciales que no ingresan por el miedo jurídico y sindical de los empleadores. Proponemos una reforma laboral con otro sistema de indemnización -tipo fondo de desempleo de la construcción- y sindicatos democráticos, consustanciados con la realidad.
2 – Argentina tiene una de las cargas impositivas mas grande del mundo, ¡con cerca de 170 impuestos! Proponemos un nuevo régimen tributario simplificado, de no más de 10 impuestos, que permita que emerjan más empresas y emprendimientos productivos que generen riqueza y empleo.
3 – Seguridad jurídica: cualquier inversor, sobre todo si es extranjero, exige reglas claras para traer su dinero al país. En este sentido tenemos una triste imagen en el exterior por las expropiaciones (caso YPF, Aerolíneas Argentinas, etc.) que los inversores tienen en cuenta a la hora de decidir dónde colocar su capital. Otro aspecto que analizan es el no poder disponer libremente de sus utilidades. En este sentido es de destacar que en estos días el índice MSCI -índice que califica a los países según variables económicas y financieras que le dan mayor o menor credibilidad- nos bajó de categoría ( es decir, somos menos confiables). Si lo comparáramos con el fútbol, sería como bajar de la B a la D. ¿Qué significa esta clasificación? Menos inversores vendrán, tendremos menos desarrollo, habrá menos trabajo. Proponemos un compromiso de leyes que garanticen la seguridad jurídica, con una consigna muy clara: el derecho a la propiedad privada.
4 – Bajar el gasto público: ya hemos expresado que el Estados nacional y provincial están sobredimensionados en sus plantas políticas y de personal, con gastos corrientes improductivos, lo que implica que la mayor cantidad de los egresos van a sueldos y/o a servicios y obras superfluas, sin invertir lo necesario en salud, educación u obras de infraestructura para el desarrollo. Parte de estos gastos se financian con el cobro de impuestos, por lo que se produce un círculo vicioso e improductivo. Proponemos: A) congelar el ingreso de personal al Estado, salvo casos de extrema necesidad. B) Buscar mecanismos de retiros voluntarios. Los privados que tomen empleados del Estado podrían tener un beneficio temporal. C) Jerarquizar las obras a ejecutar, tendientes a mejorar el desarrollo productivo, generando condiciones para nuevos emprendimientos o ayudando a los que todavía subsisten.
5 – Generar empatía con los emprendedores (colocarse en su posición) y tratar de hacer los trámites más rápidos y expeditivos, con menos trabas, con menos dificultades. Hoy en día se suprimió la posibilidad de crear empresas en forma rápida (las conocidas SAS), se pusieron miles de trabas a la importación (lo vemos no solo en las piezas especiales, también en los medicamentos y en insumos de alimentos), se restringió la exportación, entre otros aspectos.
6 – La educación: ¿en la era del conocimiento nos damos el “lujo” de mantener las escuelas cerradas, condenando a millones de chicos a no contar con las herramientas básicas para defenderse? Proponemos tener la templanza y firmeza necesarias para abrir las escuelas, revisando los contenidos, formando a nuestros jóvenes y mayores para afrontar los desafíos del mundo actual.
7 – Insistimos en la creación de una Mesa de Diálogo, donde se puedan debatir, analizar y sacar conclusiones a estas y otras temáticas.
Este artículo es a los fines de plantear algunos temas, que deberán ser enriquecidos con el aporte de todos.
Para lograr cambios, es necesario salir de la zona de confort y “jugarnos” con nuestra participación activa y constructiva. La Patria nos lo requiere.
* Ingeniero. Empresario neuquino
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