La protesta de la Planta de Agua Pesada de Arroyito se mudó al monumento
Los trabajadores de la PIAP se convocaron en Neuquén, reclamando que se reactive la fábrica que está paralizada desde mayo de 2017.
Que la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de Arroyito se encuentra en agonía no es novedad para nadie, y que sus trabajadores están en lucha para que esto no ocurra, tampoco. Luego de numerosas protestas en el cruce de las Rutas 22 y 237, decidieron trasladar su reclamo al monumento a San Martín, en la capital provincial, cerca del centro político.
La manifestación comenzó a las 9 bajo la consigna de que se ponga en marcha la PIAP, que está paralizada desde mayo de 2017. Para esto, reclaman la construcción de la cuarta central nuclear con uso de agua pesada (actualmente se utiliza una tecnología que no precisa de este insumo) y la fabricación de 400 toneladas de stock para las que centrales que están en funcionamiento.
Con estas medidas se garantizaría la continuidad laboral de los empleados que aun quedan en la planta y que suman más de 300, además del pago de salarios en tiempo y forma.
Durante la asamblea, que se extenderá hasta el medio día, los trabajadores advirtieron que desde la empresa las noticias no son buenas, porque la misma estaría a punto de quebrar debido a una deuda millonaria, y que solo con la venta de agua pesada que se hizo no alcanzaría.
Según el delegado de la Junta Interna Pablo Sosa “los sueldos están asegurados hasta marzo, por ahora estamos haciendo conservación de químicos, y si bien no estamos produciendo desde mayo de 2017 hay equipos que no se pueden dejar fuera de servicio”.
La Planta de Agua Pesada se extingue lentamente
Otras de las opciones que rondan a la PIAP es el anexo de una planta de fertilizantes, para lo que se requiere una inversión millonaria que no será financiada por el gobierno, según aclaró el subsecretario de Energía de la Nación, Julián Gadano. En cambio, explicó el funcionario, se buscarán interesados en el proyecto durante todo este año.
Pero para Sosa “en caso de conseguir el financiamiento, el tiempo de adaptación sería de al menos cuatro años”.
Mientras esta posibilidad aun sigue siendo una opción potencial y desde Nación afirman que no hay compradores del agua pesada, los trabajadores rechazan esta muerte que consideran prematura y reclaman la continuidad de la PIAP, como emblema de la «soberanía energética.»
“Algunos tenemos mas de 20 años de antigüedad. Y teníamos un horizonte de producción de 18 años, pero hoy, esa visión ya no existe” afirmó el delegado.
Los obreros aclararon que en la protesta de hoy no se prevé cortar la avenida Argentina, sino entregar volantes a los transeúntes para poder dar a conocer su situación.
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