La Peña: El juego prohibido con las naranjas de la calle
Eran momentos de tensión, de mucha adrenalina y también de riesgos un poco innecesarios. El único factor positivo era lo divertido. Tal vez lo accesible del insumo ayudaba a elegir ese juego.
Exigía rapidez y capacidad para esconderse y no asomar la nariz hasta que el peligro hubiera pasado, pero eso era solo para los expertos.
Por lo general volvíamos a casa con la
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