La patria camionera
Al debilitarse el poder del marido de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ha aumentado llamativamente aquel del jefe de la CGT, Hugo Moyano. En los días que siguieron a las elecciones legislativas, el camionero logró ubicar a hombres suyos en la gerencia de Aerolíneas Argentinas, la perdidosa empresa reestatizada que está costando a los contribuyentes 6,6 millones de pesos diarios, y recuperar el control de la repartición del Ministerio de Salud que maneja anualmente más de 900 millones de pesos en concepto de fondos para obras sociales. Aunque el flamante titular de Salud, Juan Manzur, había nombrado a Mario Koltan para desempeñar esta función clave, Moyano se las arregló para obligarlo a presentar su renuncia 48 horas después. Según se informa, le fue suficiente a Moyano insinuar que, a menos que continuara desempeñando dicho papel Hugo Sola, un representante de la obra social de los camioneros, negociaría un acuerdo con el caudillo bonaerense Eduardo Duhalde quien, como es notorio, está resuelto a vengarse de los Kirchner por haberlo privado de su célebre "aparato político". Así las cosas, puede entenderse que, en opinión de los interesados en la cambiadiza actualidad política, Moyano haya conseguido aprovechar la confusión poselectoral para erigirse en el hombre más poderoso del país con la eventual excepción del ex presidente Néstor Kirchner, el que a pesar de la derrota humillante que sufrió en la provincia de Buenos Aires aún está en condiciones de renovar a su medida el gabinete de su esposa.
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