¡Que no te falte la radio!: los mensajes para el poblador rural siguen conectando distancia
La labor de un fotógrafo y un periodista permitió dejar registro de lo que se vive comúnmente entre parajes y pueblos: aplicar el ingenio para comunicar lo necesario.
“En la Línea Sur se esperan vientos superiores a los 90 km/hr, con probables lluvias y mucho frío para el fin de semana”, dijo en estos días el alerta. Sin embargo, la empresa que lo difundió, avisó más abajo que los canales para solicitar asistencia por cualquier complicación eran una línea 0800 o un reclamo en su sitio web. ¿Cómo hacen los vecinos que no cuentan con internet o teléfono fijo, ni hablar de señal para celular?
A la hora de los avisos se paraliza todo
Lejos de condenar a la firma que sirve de ejemplo, este mínimo detalle deja a la vista el contraste de realidades dentro de la misma provincia y que no es tenido en cuenta. No todos vivimos con las mismas condiciones en Río Negro, por eso, la radio se mantiene como la única solución accesible ante la distancia, la falta de otros servicios y las diferentes actividades de los pobladores. La puede escuchar un taxista en el centro de Roca, un enfermero en El Cuy o un criancero que se llevó la ‘portátil’ a pila en su salida a caballo, mientras su compañera espera las novedades amasando pan junto a la cocina a leña.
¡Cuánto ingenio necesitan para resolver cuestiones cotidianas! Conocer el mapa como nadie, prever horarios y el estado del tiempo, los caminos, si tal familia está en el ‘pueblo’ o si partieron con sus animales al ‘campo’… algo que en el Valle se reduce a un What’s App, y que aún así no elimina los riesgos del malentendido o el desencuentro.
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Para hablar sobre este sistema, dos profesionales se reunieron el pasado miércoles en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNCo. Ambos se dedican a comunicar y a pensar la comunicación, cada uno desde lo suyo: Jorge Piccini, fotógrafo y editor, por un lado; y por el otro, Juan Cruz García, periodista que elaboró su tesis sobre la temática, hoy a cargo de prensa institucional. El primero, que eligió Bariloche para dejar su Entre Ríos natal y el segundo, un hijo de Jacobacci que hoy ejerce en Cipolletti. Mucha fibra ligada a la tierra, haciendo visible lo que de otra manera se perdería.
Piccini convirtió en libro la admiración que le generan los mensajes al poblador rural, que constituyen un ciclo de radio en sí mismo y que se repiten varias veces en el día por Radio Nacional, en territorios donde no llegan las FM, entre Neuquén y Tierra del Fuego. Y García aplicó la teoría y la investigación, sumado a lo que recordaba de la infancia en casa de su abuela, para analizar el rol de las emisoras en un contexto de crisis, como fueron la erupción del volcán Puyehue, en junio de 2011, y la pandemia por Covid – 19, desde marzo del 2020. Gracias a sus exposiciones, quedó a la vista el entramado que funciona para que un pedido, una novedad o un saludo lleguen a destino, contra viento y polvareda.
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Historia
La experiencia argentina del ‘Mensajero’ comenzó en Comodoro Rivadavia (LU4) y Río Gallegos (LU2) en la década del ‘30, similar a lo que ya se hacía en Chile (Radio Austral Punta Arenas), y que después se replicó también en distintos lugares del país. Comenzó con el típico ‘papelito’ escrito a mano que llegaba a la mesa del conductor del programa, para sumar con los años, la llamada telefónica, los SMS y hoy en día, el What’s App. Pudo haber cambiado la forma de enviar las palabras, pero el receptor sigue siendo el mismo, alguien que espera ansioso, del otro lado del parlante.
“No hay acuse de recibo, la posibilidad de que el mensaje le llegue depende de que escuche sistemáticamente las emisiones programadas”,
dijo el ingeniero Roberto Escardó en el libro de Piccini. Un ejercicio de la paciencia que la ciudad perdió hace rato.
En tantos años de tradición, hasta que se propagó la radio compacta a pila, hicieron falta equipos y energía eléctrica que cortaran el aislamiento del campo. Frente a esa necesidad, usaban equipos sencillos a bajo costo, alimentados por una batería de auto de 6 voltios. “Las relaciones solidarias entre vecinos facilitaban su recarga”, completó Escardó. Todo para que el paisano se entere que “ha nacido su hijo”, como en la canción de Hugo Giménez Agüero. Más acá en el tiempo, desde Chubut, Gabriela Carel, también le cantó al “correo radial”: cuando “empiezan a decir las novedades, hasta los perros saben que no deben ladrar”.
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El arraigo no eclipsa la dificultad
LU18, desde General Roca, cumple ese servicio, necesario para el hospital de El Cuy y los parajes que dependen de su jurisdicción, por ejemplo. Y para completar lo que queda afuera, apelan a la radio de Sierra Colorada, señaló en diálogo con Diario RÍO NEGRO, Nancy Morales, titular de ese centro de salud. Esos espacios, junto con las escuelas, son muchas veces el único punto de referencia. Nelson Rodríguez, enfermero en ese lugar, apuntó que no queda otra, porque para alternativas como internet, deben lidiar entre la mala calidad de conexión, la opción satelital, los enlaces que llegan desde pueblos más grandes, la caída de torres y hasta algún robo.
Tal como surgió en la ronda de preguntas que cerró la charla de Piccini y García en la Fadecs, tanto amor a la tierra no eclipsa lo difícil que es vivir en la zona rural. Por eso el éxodo de los jóvenes y sus consecuencias en la comunidad. Pero como el público se renueva y las historias de trabajo, salud, amor y familia también, seguro el “mensajero rural” tendrá tema para rato. Lo único que necesitan es que no los dejen solos.
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