La artista roquense que creó un tarot basado en los pueblos originarios y los llevó hasta Barcelona

Sandra Isabel Profumo es profesora de artes plásticas. Se nota en su casa, con detalles hechos por ella misma: los cuadros, ciertos arreglos, los colores. Pero lo que la tiene desvelada estos días son unos círculos, una especie de posavasos para los que no saben nada de la materia, que son su obra más reciente: un tarot de pueblos originarios.

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Sandra los creó como cierre de un curso de tarot que hizo el año pasado. Era el broche de oro para terminar la cursada. Y después de darles muchas vueltas y pensar cómo podía ponerle su sello a los Arcanos mayores, decidió hacer una unión con sus investigaciones sobre pueblos originarios. Buscó coincidencias, relaciones, parecidos e hizo los 22 círculos que “representan una abstracción imaginaria de los diferentes pueblos originarios de nuestra cultura”.

El Mago, por ejemplo, que es el arcano 1, es en su tarot el hechicero de la tribu, el encargado de comunicarse con los espíritus para corregir los errores de la comunidad a la que pertenece; la Papiza, el arcano 2, es la Machi, cuyo principal rol es la curación de las dolencias de los males físicos y espirituales, la intermediaria entre el mundo terrenal y el sobrenatural; la Emperatriz se transformó, en el tarot ideado por Sandra, en la Madre Tierra, el principio femenino y la diosa de la fertilidad; el emperador es el cacique, y el papa es el consejero, sólo por citar algunos ejemplos del trabajo que realizó Sandra para dar cierre a su curso.

“Los 22 arcanos simbolizan el camino del héroe desde la psicología profunda y arquetípica. Es un viaje evolutivo de uno mismo y no tiene fin. Simbólicamente, es nuestra propia historia ya que es una alegoría de los caminos individuales. Esto se manifiesta en cada una de nuestras vidas, es la historia del alma, y su propósito final es recordar el por qué estamos aquí y lo que logramos hacer, es decir que siempre volveremos a pasar por los mismos lugares pero con otros aprendizajes incorporados y nuevas enseñanzas en el camino”, explica Sandra sobre lo que aprendió en ese curso.

Lo que ocurrió después fue que ese trabajo, cuidadoso y artesanal, hecho exclusivamente para una clase, tuvo eco. Primero entre sus compañeros de cursada, luego entre otras personas interesadas en el tarot, y después -ahora más precisamente-, en Barcelona, donde ella estará en unos días para mostrar su creación, en un congreso que se realizará el 25 y 26 de este mes en la ciudad española.

El primero de sus tarots lo hizo sola, pero cuando los pedidos empezaron a sobrepasarla porque le compraron tarots desde otros puntos del país, le pidió ayuda a su pareja, que es el que la acompaña en la producción de estos círculos de fibrofacil, que están pintados a mano y que llegan presentados en una caja de cartón decorada.

¿Por qué los pueblos originarios? “Hacía mucho que estaba entrevistando e investigando sobre pueblos originarios. Y además, en esa búsqueda y mientras estudiaba tarot, vi que había muchas relaciones y coincidencias con los arcanos. La Torre del tarot, por ejemplo es la ruca. Si uno busca, en toda la historia de la humanidad, hay arquetipos. De todos modos, mi tarot no tiene tanto que ver con lo adivinatorio, sino con lo antropológico. Cada uno lo usa como quiere, por supuesto, pero mi sentido fue ese. Y hay que aclarar que no es necesariamente pueblos originarios de la región, sino de todo América latina. Hay cosas que tienen que ver con nuestra región, pero otras son más de nuestro norte o de más arriba en el continente”, dice Sandra, entusiasmada, mientras arma y desarma las cajitas que llevará de viaje a España, y que la ayudaron a cumplir el sueño de tener una creación propia, una “marca registrada”, como le gusta decir a ella.