Por qué Ana Viola es una de las 50 mujeres más influyentes en la industria mundial del vino

El premio fue diseñado para reconocer, conectar y honrar a las mujeres que han dado forma significativa al sector del vino y las bebidas espirituosas. Otra historia patagónica inspiradora.

Ana Viola es CEO de la Bodega Malma y presidenta de la Cámara de Bodegas Exportadoras de la Patagonia. Hace unos días fue elegida entre las 50 mujeres más influyentes que trabajan actualmente en la industria bodeguera a nivel mundial. El premio fue diseñado para reconocer, conectar y honrar a las mujeres que han dado forma significativa al sector del vino y las bebidas espirituosas.

Es cipoleña, de profesión médica, magíster en gestión de empresas agroalimentarias, también madre de dos adolescentes y estudiante de agronomía. Entre esos roles y funciones se desarrollan los días y la vida de Ana Viola. Comprometida con cada uno de sus puestos asumidos, Ana agradece y se siente muy honrada de estar entre las 50 mujeres más influyentes en la Industria del Vino 2023.

Cómo hacer para defender el viñedo de la helada, para tener mejor uva, para generar trabajo de calidad, para estandarizar prácticas que apunten a la sustentabilidad ambiental, son las motivaciones y desvelos de Ana.

De los inicios en la actividad

Siendo estudiante de medicina, Ana Viola repartía las primeras producciones de vino en el baúl de un auto. La inmediata aceptación de la bebida la llevó a pensar una identidad para el vino. Hoy se encuentra involucrada en el 100% de todo el circuito productivo.

“Fue empezar a buscar el nombre, las etiquetas y las cajas para los vinos y comenzar a comunicarlos. Así que también salí a venderlos puerta a puerta. Cargaba el auto con vinos y salíamos con mi marido y con mi hermano a venderlos por todos lados. Primero empezamos en la zona cordillerana y después seguimos en Buenos Aires y la zona del Alto Valle. Así que ese fue mi primer vínculo con el vino desde el punto de vista profesional”, recuerda la CEO de Malma.

Hoy se encuentra trabajando arduamente en la bodega familiar. Disfruta de cada periodo del año en la viña. Cada ciclo despierta una diversidad de sensaciones y reconocimiento al arduo trabajo de las labores culturales que implica la actividad.

“Cada momento tiene su encanto. El invierno, que es el momento más difícil de entender de que pueda tener encanto, es un momento de reposo. Creo que no apreciaría tanto la primavera si no estuviera el invierno. La vendimia es una época especial, pero también es una época de mucho estrés y mucha actividad. El otoño es el momento tal vez de mayor disfrute, el viñedo se pone divino. En la bodega en una fase un poco más calma, no tan intensa como la vendimia. Cada momento productivo tiene su encanto”, comparte Ana Viola.

Certificaciones y premiaciones

Al recibir el Premio Women in Wine & Spirits, y como presidenta de la Cámara de Bodegas Exportadoras de la Patagonia, Ana aprovecha la oportunidad para seguir defendiendo el trabajo de las familias productoras de toda la Patagonia.

“Hoy por hoy tenemos una amenaza muy grande, que es que dos empresas internacionales, una empresa chilena, Concha y Toro, y una empresa americana, Patagonia Inc., están registrando en forma sistemática, en todos los lugares donde pueden, la marca Patagonia en la clase 33, la clase de vinos. La finalidad es usarla como marca, no como indicación de origen. Esto significa hacer vino en cualquier lugar y de forma engañosa para el consumidor hacerles creer que es producido en Patagonia, sabiendo perfectamente que Patagonia es una región de Argentina y que es un lugar donde se producen vinos”, explica la empresaria sobre la situación de litigio con empresas extranjeras.

Con relación a las técnicas de producción, la bodega se entrega por mejorar las condiciones de trabajo y las del ambiente. Seguir prácticas de sustentabilidad donde se le aporte más a la tierra de lo que se le saca, es otro de los objetivos. En este sentido, la empresa obtuvo la certificación de protocolo de sustentabilidad.

“En la bodega tenemos distintos tipos de certificaciones, las relacionadas a sustentabilidad ambiental. Son las que tienen que ver con la medición de la huella de carbono. La certificación del protocolo de sustentabilidad de bodega argentina, la certificación orgánica para una parte del viñedo. También tenemos un vino certificado orgánico y la certificación vegana. El vino es jugo de uva fermentado, o sea que no tendría por qué haber que aclarar que el vino es vegano. Pero en el proceso de elaboración a veces se usan productos que son derivados de animales, por ejemplo, clara de huevo. Nuestros vinos están libres de cualquier producto de origen animal y por eso tienen la certificación vegana”, especifica Ana Viola.

La participación de las mujeres en el universo vitivinícola es ascendente en el último tiempo. Cada vez son más las enóloga, agrónomas, gerentas y puestos de trabajo ocupados por mujeres en la industria del vino. Si bien en la bodega Malma, las decisiones y estrategias que se llevan adelante son responsabilidad de toda la familia, el trabajo de Ana Viola consiste, ni más ni menos, en concretar esos planes. Se trata de llevar adelante todo lo planificado, además de representar a las familias productoras de toda la Patagonia. Felicitaciones a Ana.

Fotos de esta entrevista: gentileza


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