El noble acto de pescar y preservar: atrapó un tiburón en peligro de extinción y lo devolvió

Ocurrió en Puerto San Julián, Santa Cruz. La alegría desbordó al pescador y su familia, quienes realizaron la devolución del animal de 30 kilos, como indican las normas. Un guardaparques habló del rol de los pescadores en la investigación.

El cazón es una especie en peligro crítico. Lo pescaron y lo devolvieron al mar.

Para las poblaciones del Mar Argentino, se considera que el cazón está en peligro crítico porque disminuyeron en un porcentaje estimado del 80% en las últimas tres generaciones. Actualmente no hay un estudio que de cuenta la cantidad de cazones aún habitan el mar, sin embargo, una familia de pescadores se llevó la grata sorpresa de encontrar uno.

La pesca de este cazón de unos 30 kilos de peso ocurrió la tercera semana de enero en las costas del Parque Interjurisdiccional Marino Makenke, precisamente en la playa Médanos, en mar abierto. Un día de intenso viento en la costa y buen pique según los pescadores, que permanecieron varias horas aguantando las ráfagas.

Una familia completa con hermanos, tíos y sobrinos se apostó en la costa. Con carnada fresca lograron capturar el cazón, inesperadamente. La alegría inundó a los cuatro niños que fueron testigos del memorable momento.

El pez de gran porte y de la familia de los tiburones salió a la costa arrastrado por la caña y luego de sacarle el anzuelo fue devuelto al mar, mediante técnicas para estabilizarlo y que pueda continuar su nado mar adentro.

Al grito de: «Pescamos un cazón, pescamos un cazón», entre abrazos y cánticos, los más pequeños celebraron el evento, mientras los adultos garantizaban la devolución del animal en la solitaria playa, ya en horas de la tarde.

Por su carne, sus aletas y su hígado, que tienen alto contenido en vitamina A, los cazones han sido intensamente capturados, lo que llevó al declive de sus poblaciones.

Poblaciones vulnerables e investigación


El guardaparque Nicolás Manterola dialogó con Diario RIO NEGRO y explicó que las tres principales especies de tiburones que se encuentran en esta zona son Gatopardo, Cazón y Gatuzo.

“Se permite la pesca de con devolución, pero la pesca para alimentación propiamente dicha está prohibida. Una cuestión de que son animales que se encuentran en estado vulnerable y en peligro de extinción. Además, hoy en día aún se siguen investigando y haciendo bastante hincapié para saber cómo está el nivel poblacional de estas especies”, aseguró Manterola. Explicó que en la costa argentina es difícil la investigación por ser un animal que vive bajo el agua y los sistemas son muy costosos. 

El guardaparque comentó que tienen reportes de pescadores que no respetan las reglas y se llevan para comer la carne. Se sabe que estas actitudes negligentes están a la orden del día, pero cree que va en aumento la cantidad de personas que pescan a conciencia.

En San Julián se formó un grupo de pescadores que genera una importante cadena de información y concientización que ayuda en esta noble tarea de preservación.

Los días 19 y 20 de enero, en la localidad santacruceña se llevó adelante un Encuentro de Pescadores en el que trabajaron sobre la pesca deportiva y los mismos pescadores contribuyeron a la investigación. 

“El pescador en sí, sobre todo en argentino, es un gran generador de información”; comentó el guardaparques y por eso se les dio etiquetas para que cada vez que pesquen un tiburón lo marquen, liberen y avisen. De esta manera se conoce el tamaño y el lugar donde fue pescado. A su vez se les dio un nuevo sistema de anzuelos que otorga facilidad a la hora de devolver el animal. 

El marcado consiste en la colocación de un palillo en la aleta dorsal, que tiene un número de serie, un teléfono y a quién pertenece. Eso se carga en un sistema de datos que ayuda al investigador. En el caso de que ese mismo tiburón sea pescado en otra localidad se podrá saber sus movimientos. 

“Los pescadores estaban felices. Cada marca tiene su nombre, entonces está registrado el nombre de cada uno”, agregó Manterola. “Eso ayuda a que los pescadores se involucren más en el tema de la conservación, y sobre todo cuando uno habla con ellos, te reconocen que antes sacaban tiburones muy grandes”, concluyó. 

“Es la técnica más factible para reconocer una especie que no tiene peculiaridades únicas como pueden ser los delfines. Entonces de esa forma ayudan a saber si un ejemplar vuelve al lugar, si se mueve, si ha ido a otro lugar. Hasta ahora es la forma más sencilla y barata que se usa», concluyó.


El Parque Marino Makenke


El Parque Interjurisdiccional Marino (PIM) «Makenke» está ubicado en la provincia de Santa Cruz y tiene una extensión de 72.673 hectáreas. Fue creado en 2012 por Ley y significa “los nuevos”, en lengua tehuelche.

Protege ciclos ecológicos y especies que habitan y se desarrollan en esta franja costera del Mar Argentino, así como en sus aguas y el lecho marino donde habitan delfines, toninas, orcas, pingüinos de Magallanes, elefantes marinos del sur y una enorme cantidad de aves, donde el Cormorán es el rey.

La bahía de San Julián tiene dos islas, la Isla Cormorán que alberga una colonia de 130.000 ejemplares de pingüino patagónico y la Isla Justicia, donde se asientan colonias de cormoranes imperiales y roqueros.

En el mar se extienden bosques de cachiyuyo, un alga gigante cuyas láminas alcanzan longitudes cercanas a los 40 metros. En estos bosques acuáticos encuentran refugio y alimentos una gran cantidad de animales marinos; entre ellos peces como el abadejo, la merluza y el róbalo.


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