La palta todo lo puede: va bien con dulce y salado
¿La has probado alguna vez en un postre de chocolate o en un café helado?
La palta todo lo puede: va bien con dulce y salado
¿La has probado alguna vez en un postre de chocolate o en un café helado?
La palta es fantástica en platos y recetas inesperados… aunque también existen buenas razones para no exagerar en su consumo. ¿Por qué? Se lo contamos a continuación.
Primero, mencionemos los puntos a favor: la palta suele ser degustada con un pan o en ensaladas, pero también hay quienes lo preparan en sopas o tostado al horno.
Todos sabemos que son muy sanos. El motivo: su aporte de ácidos grasos no saturados que el organismo humano no puede producir. A eso se suman varios minerales como el magnesio y el potasio, hierro, vitamina B, E y K y provitamina A. ¡No es poco!
Martina Kittler, que publicó un libro de recetas, aprecia particularmente la palta. “Ofrece combinaciones maravillosas, sean dulces o saladas”, explica. Si te gustan los sabores clásicos podés saborearlos con tomates, cebollas y ajo. Con mozzarella y camarones nunca quedarán mal.
¿Pero por qué no probar con un poco de picante? “Los ajíes quedan perfectos con la palta”, dice Kittler, que también las combina con zapallo crudo, manzanas y cilantro, añadiéndole a la mezcla semillas previamente tostadas con miel y rebosadas en semillas del ají picante.
Además, no dejés de probar la palta al horno. La bloguera Ulrike Göbl la prepara así: parte la palta por la mitad, le retira un poco de la carne con una cuchara y coloca un huevo en ese lugar, dentro de la cáscara. Luego mete todo al horno y lo deja a temperatura media hasta que el huevo alcance el punto que a uno le gusta. A continuación, lo único que falta es condimentar con sal y pimienta.
Por su parte, los ecologistas dicen que la palta requiere demasiada agua para poder crecer en territorios en los que el agua potable es más bien escasa. Además, depende de dónde venga la fruta. Si la comés fuera de estación, el recorrido que debe hacer hasta llegar a su supermercado no es menor y eso tampoco resulta muy ecológico.
Göbl lo utiliza además para preparar postres. La toma por ejemplo como base para una mousse de chocolate. La mezcla con cacao en polvo sin endulzar y con almíbar. En realidad la mousse finalmente no tiene sabor a palta porque queda tapado por los demás ingredientes, pero le da a la receta una consistencia muy particular, cremosa y especial.
Otra combinación poco frecuente es la que mencionábamos con café helado. Allí el punto positivo es que uno no consume sólo cafeína sino también una buena dosis de vitaminas y grasas saludables. Vendría a ser algo así como un desayuno ideal. Göbl no hace grandes malabares para prepararlo: coloca una taza de café frío, media taza de leche y media palta pisada. Listo. La energía perfecta para salir por la mañana.
En tostadas, cortadas en rodajas, son toda una tentación para un brunch potente.
DPA
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios