La OEA refleja división de América en bloques

WASHINGTON (AFP).- El fracaso de la OEA en elegir un nuevo secretario general agudizó la polarización de las Américas sobre la influencia que debe tener Estados Unidos en la región y puso en duda la viabilidad de la propia organización, dijeron ayer varios analistas.

En las cinco votaciones consecutivas empatadas 17 a 17, la mayoría de Sudamérica y el Caribe apoyó al ministro del Interior chileno, José Miguel Insulza, mientras Estados Unidos, Canadá, Centroamérica y un puñado de sudamericanos votaron por el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez. «Hay una división profunda en el hemisferio y lo que pasó en la OEA es un síntoma de eso», estimó Michael Shifter, vicepresidente del centro de análisis independiente Diálogo Interamericano.

«Los gobiernos de América del Sur, con la notable excepción de Colombia, están buscando una mayor autonomía e independencia de Estados Unidos, y creo que Venezuela aprovechó eso para profundizar la brecha, utilizando recursos económicos y una agresiva campaña de enfrentamiento» a Washington, añadió.

El gobierno venezolano de Chávez apoyó activamente la candidatura de Insulza. El vicepresidente José Vicente Rangel afirmó ayer que el empate «demostró que la OEA no está controlada por los EE. UU» y que el continente está «liberado de ataduras antiguas, anacrónicas».

En un momento de tensión el lunes, un alto funcionario de la Cancillería chilena, Carlos Portales, pasó frente al embajador estadounidense ante la OEA, John Maisto, y le espetó que estaba cometiendo «un grave error» por no apoyar a Insulza, informaron diversos diarios.

El ex canciller brasileño Luiz Felipe Lampreia coincidió en que el compás de espera de la OEA refleja «una división entre un bloque liderado por Estados Unidos y un bloque sudamericano» y debilita a la entidad hemisférica por su fra

caso en hallar un consenso.

El empate rompió el hilo de la historia de casi 60 años de la OEA, financiada en un 60% por Washington, ya que hasta ahora todos los candidatos a secretario general apoyados por Estados Unidos habían triunfado. Insulza incluso denunció «enormes presiones» para que quienes le apoyaban cambiaran su voto, aunque no acusó a nadie en particular.

El gobierno de Bush apoyó en un principio al ex presidente salvadoreño Francisco Flores, cuyo país es el único de Latinoamérica que mantiene tropas en Irak. Pero Flores debió retirar su candidatura a raíz de falta de apoyo de gran parte de la región, que lo consideraba demasiado pro-estadounidense para su gusto, y Washington transfirió entonces su apoyo a Derbez.

Según Shifter, los interminables empates en la Organización de Estados Americanos (OEA) evidenciaron la creciente debilidad de Estados Unidos de influir al sur del Río Bravo «porque ha descuidado la región».

Stephen Johnson, experto en la región de la Fundación Heritage, allegada a los republicanos, coincidió en que la elección mostró «una creciente diferencia de opinión entre los bloques Norte y Sur». «No creo que tenga mucho que ver con ideologías», sino con «diferencias entre grupos de países que se unen para apoyarse unos a otros», estimó.

Johnson sostuvo que si bien Insulza es socialista, pertenece a un país con una democracia próspera, que defiende el libre mercado y la inversión privada, y es el único país de la región, junto a México, con quien Washington tiene un acuerdo de libre comercio. Lo que suceda el 2 de mayo, cuando se realicen nuevas elecciones para secretario general, «será una prueba para la viabilidad de la OEA», afirmó Shifter. «Surge la pregunta de si realmente es posible tener una organización regional política viable, dados los problemas que representa tener una superpotencia en el hemisferio y la desconfianza que eso despierta», concluyó el analista.