La muerte de dos hermanitos desnudó las carencias del barrio

El incendio ocurrió en la misma casa en que murió un joven hace seis años. El hecho indignó a vecinos del barrio Fiske Menuco, que esperan hace años la red de gas.

El dolor y la impotencia jugaron un mano a mano en la calle Suiza al 750 del barrio Fiske Menuco en Roca ayer. Vecinos, amigos y familiares de Alfredo (3) y Dylan Panguilef (9) no podían salir de la conmoción vivida en la mañana. Es que no alcanzaron los litros de agua que acarrearon en baldes, ni los machetazos con los cuales la fuerza de la desesperación intentó derribar la pared del baño. Tampoco el viejo reclamo para al fin contar con la red de gas. Un voraz incendio envolvió en llamas a la casa en donde dormían los dos hermanitos y a pesar de los esfuerzos, no pudieron evitar el trágico desenlace.

“No hubo más que hacer”, decían entre lágrimas decenas de testigos de la tragedia que azotó nuevamente a uno de los barrios roquenses con mayor cantidad de necesidades no resueltas desde el Estado.

“Encima estábamos con poca presión de agua, como siempre, pero lo intentamos. Salí cuando escuché la garrafa que explotó, salimos todos los vecinos, pero no fue suficiente”, expresó Yudith Contreras, dueña de la casa de enfrente, mientras enrollaba la manguera que había quedado tirada en la vereda tras el revuelo.

“El fuego llegaba hasta arriba, era imposible avanzar. Estaban solos, el (nene) más grande gritaba, pedía ayuda”, apuntó Eliana (22), que vive en la vivienda lindante con la de la tragedia. En su patio -al cual el pequeño Alfredo se asomaba desde la cúpula de una camioneta abandonada para saludarla todos los días- funcionó un banco de agua: los vecinos cargaron baldes y baldes de la reserva de sus dos tanques para intentar apagar las llamas.

Por lo que se pudo reconstruir ayer por los testimonios, al momento del hecho los niños se encontraban solos en la habitación de 4 por 4 metros en la cual vivía la familia. Una gran ventana con rejas impedía la salida. Su papá trabajaba a media cuadra en una obra y corrió, pero tampoco pudo entrar. La mamá estaba en el municipio, gestionando la beca estudiantil para Dylan.

El lugar del incendio

Incontenible

Cuando arribó la dotación de bomberos voluntarios el incendio “estaba generalizado”, es decir, las llamas cubrían por completo la edificación. Dos voluntarios se ocuparon de arrojo del agua, otros dos intentaron ingresar. Atrás arribó otra dotación. Los menores ya se encontraban sin vida, según informó Cristian Lescano, jefe del cuerpo, quien indicó que “el primer llamado se recibió 9:40”.

Los papás de los nenes, identificados como Elias Panguilef y Claudia Monasterio, se descompensaron y permanecieron en el hospital Francisco López Lima hasta la tarde.

“Por la posición en que se encontraban los cuerpos los niños estaban durmiendo en camas cuchetas”, informó el fiscal Luciano Garrido al salir del domicilio en donde personal de Criminalística desarrolló las pericias. “El origen ha sido un cortocircuito, no hay signos de violencia”, agregó.

“Los bomberos llegaron 40 minutos tarde. El primer llamado lo tengo a las 8:53”

Yudith Contreras, dueña de la casa de enfrente.

Consultorio uno, repleto

El cartel de Urgencias en el servicio de emergencias del hospital Francisco López Lima permaneció encendido hasta pasado el mediodía. Adentro, los padres de los nenes no salían del shock.

En la sala de espera se juntaron familiares, amigos y vecinos. Adentro los contenía un equipo interdisciplinario de profesionales. “Se hizo contención con Salud Mental, Servicio Social, Promoción Familiar”, informó Marina Aravena, jefa de la guardia.

Se indicó que si bien el padre presentaba excoriaciones, no sufrió quemaduras graves.

En el hecho un policía sufrió un corte con fractura en un dedo. El equipo entero de salud se conmovió por la magnitud del hecho.

Hacha y garrafa

La tragedia de ayer recordó los múltiples reclamos que se vienen realizando desde el barrio para la normalización del sector, sobre todo del viejo pedido por el gas natural.

“Una vez un chico le cortó el dedo a otro con un hacha. En esta ocasión reventó una garrafa por un cortocircuito. Ahora… Por qué tenemos en el barrio hachas y garrafas? Porque nunca nos quisieron instalar el gas”, se respondió David Morales, uno de los integrantes de Fiske Menuco, que junto a otros vecinos vienen reclamando desde hace años por la red de gas, tanto ante municipio como a provincia.

Morales agregó que la falta de normalización de tierras es otro punto que hay que sumar a las tragedias ocurridas en el barrio, ya que a pesar de los 14 años que tiene el sector, cuesta mucho que se den respuestas a las demandas de los servicios básicos. “La red eléctrica pocos la tienen normalizada porque cada vez que un vecino pide la bajada de luz, te exigen la nomenclatura catastral, algo que el municipio no termina de entregar porque en algunos casos ni siquiera hay mensura”, criticó Morales.

Hay que mencionar que en el caso del gas natural, la provincia inició el proceso de instalación con la apertura de sobres realizada hace un mes aproximadamente.

En cuanto a la energía eléctrica, algunos vecinos, los menos, han logrado tener el servicio conectado a la red, pero la mayoría aún sigue enganchada al tendido eléctrico en forma irregular, ya sea por falta de recursos, por el tiempo que llevan los trámites ante municipio y Edersa o porque quienes intentan hacer el trámite no son los mismos que obtuvieron la tenencia precaria original y la condición para el municipio es que al menos vivan dos años en el lote que ocupaban.

Antecedentes

En los 14 años que lleva la ex toma de las 250, hoy conformada en barrio Fiske Menuco, fueron varias las situaciones trágicas que se dieron con la muerte de niños. Algunos recordaron el caso del pequeño Alexander, hace unos diez años, cuando cayó a un pozo donde se quemaba la basura del vecindario. Las heridas internas hicieron que, a pesar de los esfuerzos hechos en Buenos Aires, el pequeño no lograra sobrevivir.

Otro pequeño murió en otra vivienda que se quemó por un cortocircuito en los primeros años del asentamiento, totalizando al menos cuatro pequeños con los dos que fallecieron ayer.

También hubo un hecho trágico en la misma casa que se incendió ayer. Algunos recordaron que el joven Víctor Vidal, que construyó la pieza donde hoy vive la actual familia, se subió a un árbol para colocar luces de navidad cuando recibió una descarga eléctrica en diciembre del 2011, perdiendo la vida en forma instantánea.

“Martín Soria, vení al barrio. Nos sentimos abandonados, se destruyó ésta familia, pero puede tocarnos a cualquiera de nosotros, todos tenemos garrafas adentro”.

Cecilia Vázquez, vecina que vive en calle Francia 789.

Galería de fotos

Datos

“Los bomberos llegaron 40 minutos tarde. El primer llamado lo tengo a las 8:53”
“Martín Soria, vení al barrio. Nos sentimos abandonados, se destruyó ésta familia, pero puede tocarnos a cualquiera de nosotros, todos tenemos garrafas adentro”.

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