La mitad de los chicos de la región tiene sobrepeso
Río Negro y Neuquén registraron los índices más altos de obesidad y sobrepeso. Afecta sobre todo a niños de 6 a 19 años, pero el problema lo arrastrarán de por vida si no se revierte.
En Río Negro y Neuquén la mitad de chicos de 6 a 19 años tiene problemas de sobrepeso y obesidad. Según los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición, realizada por el Ministerio de Salud de la Nación, las provincias patagónicas están al frente de una problemática que afecta a los chicos de todo el país.
La obesidad y el sobrepeso infantil fueron declarados epidemia en el país por la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación y la Organización Mundial de la Salud, porque 4 de cada 10 niños se encuentran en esta situación.
En las estadísticas, Río Negro es la segunda con los índice más altos, superada solo por Chubut. Según el informe, en menores de 2 años el 31,3% de los niños tienen exceso de peso. En menores de 2 a 5 años, el 37,3% tienen exceso de peso, para el rango de 6 a 9 años la mitad de los niños, el 50,8%, y en chicos de 10 a 19 años, el 49,5%.
En Neuquén, las cosas también andan mal. De los menores de 2 años el 29,2% tienen exceso de peso. De los 2 a 5 años el 36,8% tiene sobrepeso u obesidad, mientras que en niños de 6 a 9 años afecta al 50,1% y de 10 a los 19 años el 42,1% tienen sobrepeso u obesidad.
El problema no queda en la infancia, ya que tanto los niños obesos como con sobrepeso tienden a seguir siéndolo en edad adulta y tienen más probabilidades de padecer enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, enfermedades respiratorias crónicas, de los riñones, del hígado y algunos tipos de cáncer.
Si se rastrean los motivos hay varios factores, pero a la cabeza están el sedentarismo y la mala alimentación. Por otra parte, el aumento de precios de los alimentos también hace que el acceso a la comida sea cada vez más difícil, y cuando acceden lo hacen a alimentos más baratos y de peor calidad nutricional.
El referente de Nutrición del Ministerio de Salud de Neuquén, Samuel García indicó que “el entorno en que vivimos tiene características que hacen subir de peso. Cada vez comemos más y nos movemos menos”.
Otro factor es la falta de información que tienen los consumidores sobre las características de los alimentos. “El paquete dice light. Leen dietético y piensan que son sinónimos con light, cuando en realidad light es que tiene menos de algo y dietético es que tiene algo diferente al original”, dijo.
El referente recuperó el caso de Chile que presentaba niveles mayores de obesidad e implementaron un “sinceramiento” con un cartel de los ingredientes en los paquetes de comida, que alerta que es alto en azúcares o alto en grasas y sostuvo: “El modelo deja de inducir a la compra. Tiene un sello en octogonal que dice esto tiene azúcar. Hay una clara regulación de comercialización, de decirle la verdad a la gente. Hay que apelar al consumidor para que sepa qué está consumiendo y poder regular la publicidad” indicó Samuel García.
Por otra parte, debido por un lado a los ritmos acelerados de la vida y la falta de tiempo para cocinar y por el otro a las presentaciones de las comidas congeladas, cocinadas y rápidas, la gente cada vez come menos lo casero.
“No cocinamos, tenemos espacios donde calentamos la comida. La pizza la compramos congelada, entonces hay otras prioridades, hay otras necesidades, hay un cambio social. Por eso decimos que la alimentación es una construcción social”, dijo García.
Buscamos hablar en positivo advirtiendo que la mala alimentación es un factor de riesgo, pero es un problema de salud que no aparece en un día ni se soluciona en una semana».
Samuel García, referente de Nutrición del Ministerio de Salud de Neuquén.
Por su parte, el jefe del Departamento de enfermedades crónicas no transmisibles de Río Negro, Carlos Tassara, participó hace unas semanas de un encuentro organizado por Nación donde se presentaron los planes de prevención de obesidad en niños y adolescentes, diabetes e hipertensión.
Consultado sobre el tema entendió que “no pasa sólo por lo que come sino que la cuestión es multifactorial. La cuestión se ubica en la educación alimentaria, la actividad física disminuida, y el alimento que hoy comemos que está ultraprocesado y tiene lo que no tiene que tener”.
En esa línea, Salgado observó que “mucho tiene que ver con la selección de los alimentos. A veces, las familias compran un paquete de salchichas cuando el mismo dinero puede ser empleado en algo saludable o gastan en una gaseosa de tres litros”, dijo.
El peso de los números
- 50,8%
- de los niños de entre 6 y 9 años tiene sobrepeso en Río Negro. Es la segunda con índice más alto detrás de Chubut (51,8%).
- 50,1%
- de los niños entre 6 y 9 años tiene sobrepeso en Neuquén. Misiones (25,7%) tiene los valores más bajos.
Fomentar el consumo de agua y evitar las bebidas azucaradas, realizar actividad física desde la niñez, dar información y consumir frutas y verduras parece ser el camino. No hay que abordar solo a los chicos. Se debe intervenir con las familias, el Estado debe cumplir su rol a través de políticas públicas y la escuela educar en este sentido para que los hábitos malos se erradiquen de forma definitiva.
A las escuelas los chicos llegan con hambre
En los comedores escolares se intenta que los chicos tengan una dieta balanceada, pero la realidad de los hogares, está lejos de lo ideal. Mariana González es nutricionista en Valle Medio, trabaja confeccionando menús para los comedores escolares, da talleres y niños y sostiene “en las escuelas me dicen que los chicos llegan con hambre. Ante esto, quieren repetir, comer rápido, todas cosas que colaboran con el problema. Eso fomenta el sobrepeso porque se habitúan a comer mal. A su vez, los profesores me dicen que hay muchos chicos que no se pueden mover, porque se quedan sin aire. Eso también tratamos de trabajarlo”, dijo Mariana González.
Carlos Tolosa, director de la escuela 317 de General Roca, contó que las provisiones de alimentos están acordes a las necesidades y ellos intentan aportar novedades al menú, pero hay alumnos que no comen en las casas. “Culturalmente y en épocas de crisis, plantear comer verduras o alimentos que tienen costos elevados es difícil. La realidad política y económica tiene una incidencia en los alimentos y se vuelcan a lo más barato”.
La licenciada en nutrición detalló que lo ve entre los padres de la escuela y también del consultorio, que todavía hay muchos que no saben como comer las verduras, ni como incorporar las legumbres.
“En la escuela cuando hay verduras y frutas y no están acostumbrados cuesta incorporarlas. Este año se incorporamos a los menús diarios avena, más frutas y verduras, harinas integrales, leches descremadas. Se perdió lo casero. Lo económico tiene que ver pero también se perdieron las comidas de la abuela”.
Ante esto, el problema ya muestra su peor cara. “Tengo chicos con certificados médicos por problemas de hipertensión arterial, diabetes y sobrepeso”, dijo González.
Algunas de las causas de un gran problema
– Alimentación familiar: La comida casera se remplazó por la ingesta de platos hipercalóricos, como comidas rápidas, alimentos ultra procesados y golosinas.
– Sedentarismo: no realizar ningún tipo de actividad física y estar más del 50% del tiempo libre frente a una pantalla.
– Falta de información en el paquete sobre las características de los alimentos.
– Publicidad sobre alimentos poco saludables.
– Consumo de bebidas azucaradas. En Argentina se duplicó el consumo de gaseosas y jugos en polvo en los últimos 20 años.
– Consumo de sal y azúcar agregada. Utilización de los postres como premios.
– Iniciar con suplementos de alimentación -como papillas u otras comidas- antes de los 6 meses de edad. Durante ese período, se aconseja la lactancia materna exclusiva.
– Estrés: Algunos chicos comen de más para afrontar problemas, canalizar sus emociones o combatir el aburrimiento.
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