La lección más importante de los maestros de la pesca con mosca
Renato Ciruzzi, apasionado pescador que vive en Neuquén, recuerda aquí que le enseñaron a castear, a atar una mosca, a leer el río. Pero, en especial, a preservar esos maravillosos ambientes de la Patagonia para nuestros hijos y nietos.
Tenía los pies congelados, las piernas temblando, el agua de la lluvia se deslizaba sobre la capucha de la campera y el vaho de mi aliento empañaba el vidrio de mis anteojos. Todo esto mientras esperaba que se hundiera la línea en una de las aguas más gélidas de la Patagonia, las del lago Traful. El arroyo Catarata volcaba su frío caudal hacia las profundidades del lago trayendo consigo los insectos, larvas y demás cositas, esas de las que se alimentan los peces, cosas que éstos esperaban ansiosos patrullando las profundidades. Y por allí mezclada entre tantas tentaciones estaba también mi mosca, y yo caña en mano preguntándome qué hacía allí.
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