La increíble fauna de Islote Lobos, que pronto pasaría a ser Parque Nacional
Se trata de un área natural de Río Negro. El Senado de la Nación ya le dio media sanción a un proyecto de ley que obligará a darle una mejor protección al ecosistema al ser declarado Parque nacional. Podría ser un polo turístico con desarrollo sustentable
En el área natural viven lobos marinos de un pelo, pingüinos y otras especies. Foto: Guillermo Svendsen
La provincia Río Negro tendría pronto su segundo Parque Nacional si se le da luz verde a una norma que ya recibió la media sanción en el Senado de la Nación. Se llamará Parque Nacional Islote Lobos. Desde 1977, la zona está considerada como reserva provincial. Allí habita una colonia de lobos marinos de un pelo, especies de aves únicas y un ecosistema de humedal que tendrán mejor protección una vez que se formalice la categoría de “Parque nacional” para el área natural.
El futuro parque está ubicado sobre el golfo San Matías, en la costa atlántica de la provincia de Río Negro, a unos 50 kilómetros de la localidad de Sierra Grande, inmediatamente al norte del balneario Playas Doradas, departamento San Antonio.
En Islote Lobos, viven colonias de pingüinos de Magallanes, gaviotas, garzas, ostreros, lobos marinos y cetáceos como la ballena franca. Esas especies y muchas más conforman parte de su abundante variedad faunística.
Con el foco puesto en su rica biodiversidad, está a un paso de convertirse por ley en el segundo Parque Nacional emplazado sobre territorio rionegrino. Hasta el momento el único de ellos, y el primero a nivel nacional, fue el Nahuel Huapi que se encuentra ubicado entre Bariloche y Villa La Angostura.
“Espero que la Cámara de Diputados pueda estar tratando pronto este importante tema”, comentó a RÍO NEGRO la senadora nacional, Silvina García Larraburu, que impulsó el proyecto de ley. Ya se obtuvo la media sanción del Senado el 28 de octubre y debería haber sido tratado por la Cámara de Diputados antes de fin de año. Contó con el apoyo de los otros tres legisladores que representan a la provincia, Claudio Martín Doñate y Alberto Weretilneck. También desde el Ejecutivo y el Legislativo provincial dieron el visto bueno.
El área recibe su nombre a partir de la formación de pequeñas islas durante los períodos de mareas altas. Este fenómeno que se repite varias veces en el día es el que favorece un cierto resguardo natural de las especies que lo habitan.
Está conformado por un total de seis peñascos rocosos, que reciben el nombre de Lobos, La Pastosa, Ortiz Norte, Ortiz Sur, Redondo y De los Pájaros. La mayoría de esos sectores tienen una flora bastante escasa por la salinidad reinante, algo que se compensa con la gran variedad de animales que viven allí.
“La mayoría de las provincias tienen al menos dos parques. Los rionegrinos fuimos marginados de esta política de preservación y es hora de reconocer que una provincia continental como la nuestra, que va de Cordillera a Mar, debe tener más de uno”, argumentó la senadora.
Otras provincias patagónicas tienen más áreas protegidas en la categoría de “parques nacionales”. Neuquén tiene a Laguna Blanca, Lanín, Los Arrayanes y comparte el Nahuel Huapi con Río Negro. Chubut posee dos parques: Los Alerces y Lago Puelo. La provincia de Santa Cruz tiene cinco parques: Bosque Petrificado, Monte León, Perito Moreno, Los Glaciares y Patagonia.
El proyecto actual contempla la concesión de cerca de 3.486 hectáreas por parte del Estado rionegrino a Nación, un territorio que comprende tanto sectores marinos como intermareales. Es decir, son lugares que se encuentran sometidos al ritmo diario de las mareas.
Previamente se requirió que la Legislatura provincial aprobara el traspaso del territorio y se concretó por la ley N° 5476 del 19 de noviembre del año pasado.
El artículo 5 de la mencionada normativa, que fue votada en unanimidad y presentada por la gobernación, estipula que el Estado Nacional tiene un plazo de dos años para sancionar la ley federal que formalice la categoría. Pasado ese tiempo la concesión quedará sin efecto. En la actualidad, y a partir de la ley de transferencia provincial, la custodia y resguardo de la integridad del sitio pasó a manos de autoridades federales. Las obliga a realizar las acciones necesarias para “conservar el patrimonio cultural, arqueológico, paleontológico, evitando la pérdida y su deterioro”.
“Cuando la Ley del Congreso se apruebe y reglamente estaremos avanzando en los objetivos que nos propusimos como humanidad cuando en 2015 aprobamos en la ONU la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, señaló Larraburu.
Si bien la zona ya cuenta con la categoría de Área Natural Protegida desde 1977 por medio del decreto Nº 1402/77, esta nueva denominación resguardará fehacientemente a la región de cualquier tipo de explotación, enajenación, caza y/o instalación de viviendas e industrias.
El Parque Nacional Islote Lobos será un nuevo polo turístico, y se procura dejar estipulado un sello de compromiso ambiental en miras al futuro.
El ecosistema de Islote Lobos es estudiado por numerosas instituciones generadoras de conocimiento científico. Una de ellas la Escuela Superior de Ciencias Marinas de San Antonio Oeste, que antes se llamaba “Instituto de Biología Marina y Pesquera”. Ese organismo es dependiente de la Universidad Nacional del Comahue (UNCOma). “De parte de Parques Nacionales hemos tenido varias consultas últimamente, aunque ya tenemos muchos informes publicados con antecedentes relacionados a las características ambientales”, comentó Raúl González, docente e investigador de UNCOma.
Están en marcha estudios científicos sobre el potencial impacto de los seres humanos en la colonia de pingüinos, ya que una parte de su hábitat estará abierto a los turistas.
“La idea es trabajar sobre el diseño de senderos de visita, aunque sabemos que es una especie con capacidad de aguante importante. Igualmente hay sectores que van a permanecer de manera intangible, incluso como investigadores actuaremos de formas muy precautoria”, precisó González.En la actualidad la zona es de difícil acceso y carece de infraestructura para hacer paseos guiados.
Las estrellas de un ecosistema con humedad
Lobos marinos y pingüinos de Magallanes son los especímenes estrella del futuro Parque Nacional Islote Lobos. El área natural es un gran humedal costero que carece de grandes especies vegetales. Aunque se pueden encontrar las especies vidriera y espartillo, alternadas en algunas zonas por molle, llaollín, zampa, jume, jarilla y flechilla blanca. Todas ellas variedades arbustivas son resistentes a la salinidad y características de la geografía patagónica cercana al mar.
“Uno de los islotes presenta una colonia importante de pingüinos de Magallanes, que es la colonia reproductiva ubicada más al norte. Ese es uno de los rasgos más importantes”, comentó a RIO NEGRO Guillermo Svendsen, investigador asistente de Conicet e integrante de la Escuela Superior de Ciencias Marinas.
Svendsen se sumergió en el área desde que comenzaron sus investigaciones sobre los lobos marinos en 2007. Los trabajos han permitido evidenciar la convivencia de dos clases, los conocidos como “de un pelo” y más habituales en las playas sudamericanas. Y los “de dos pelos”, que son nativos de la región Antártica. Estos últimos paran transitoriamente en la temporada invernal. “En un periodo de 10 años disminuyó la cantidad, pero no significa que estén desapareciendo. Aparentemente ambas poblaciones están en aumento en el Mar Argentino en las últimas décadas”, afirmó.
Los primeros reportes fueron en 2006, cuando se vieron cerca de 1.500 ejemplares: fue el número máximo registrado hasta el momento. Anteriormente hubo algunos relevamientos durante los 90’, aunque sin tantas especificaciones y con menor continuidad dado la falta de personal y recursos.
Se sabe que anterior a la declaración del área natural como reserva provincial de Río Negro en 1977 hubo una importante explotación comercial y pesquera en la zona, lo que afectó considerablemente a la población.
En el área de Islote Lobos también se incluye un sitio de cría del gaviotín real y alberga una importante colonia de gaviota cocinera. También nidifican en la zona especies de ambiente húmedo como biguás, y las garzas brujas, las moras, y las blancas.
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