La importancia de los gimnasios, a un mes del regreso en Roca
En Roca pasaron los primeros 30 días tras la vuelta de las actividades en espacios cerrados y tanto dueños como usuarios hacen su balance en términos de salud y economía.
Cuando la pandemia irrumpió en nuestras vidas, el concepto de actividades esenciales pareció quedar muy claro. Trabajadores de salud, fuerzas de seguridad y autoridades políticas fueron ubicados por encima del resto de los rubros.
Pero con el correr de las semanas la realidad fue cambiando. Lo que se afirmó en marzo o abril ya no tiene tanto asidero en la realidad, llegando a septiembre.
Los meses de encierro potenciaron la necesidad que teníamos o antes del coronavirus y es así que apenas se habilitaron los permisos para actividades físicas fueron muchos los que los aprovecharon. En primer término fueron los ciclistas, profesionales y amateurs, que pueden circular al aire libre, y hace un mes se habilitaron los entrenamientos individuales bajo techo por turno.
Es el caso de uno de los rubros del deporte que estuvo casi 150 días sin actividad y, por ende, sin ingresos. Los gimnasios cumplieron esta semana sus primeros 30 días tras la reapertura y tanto los dueños como los usuarios no quieren volver atrás.
‘‘La gente estaba desesperada por hacer actividad. En mi caso trabajo con una franja etaria desde los 16 a los 30 años. Los usuarios más grandes están con miedo todavía, pero se sumaron muchos nuevos’’, explica a Río Negro Felix Marín, dueño del gimnasio Nueva Roma.
‘‘Hubo buena recepción y adaptación a los protocolos, la gente está conforme. Las rutinas son de 50 minutos, está todo sectorizado y se respeta el distanciamiento social’’, agregó.
En este sentido, el profe Mauricio Siri, del gimnasio Tosoni Fitness, dijo que ‘‘en cuanto al protocolo, estamos aplicando el que terminó de ajustar la Dirección de Deportes del Municipio. Lo impulsamos nosotros con Pablo (Tosoni) en los primeros días de cuarentena, y después se fue ajustando’’.
El protocolo consiste en ingresar al gimnasio con barbijo e higienizarse las manos con alcohol en gel. Allí se van a su espacio de trabajo, que por pedido del Municipio es 2 metros y medio cuadrados por persona. Trabajan 9 usuarios y un profesor por turno. La gente puede sacarse el barbijo para entrenar pero no se mueve de su estación. Cada uno debe tener su rociador y un trapo para limpiar, que las personas pueden utilizar. Se desinfecta al final de cada clase, cuando los profesores repasan los elementos.
Maxi Martínez juega al handball en Trapem y contó cómo sintió el regreso: ‘‘La vuelta fue rara, porque es algo que a uno le gusta pero la situación genera incertidumbre en cuanto a las formas. Una vez que comenzamos se sintió muy bien. Esta nueva normalidad le saca la parte social al gimnasio, porque antes uno iba y pasaba quizás el mismo tiempo manteniendo un vínculo que entrenando. Ahora se toma más en serio la actividad física para aprovecha al máximo el tiempo’’.
En el mismo sentido opinó que ‘‘esto va a seguir mucho tiempo así, con protocolos. Así como hay que adaptarse en la rutina diaria, también ocurre en la actividad física’’, agregó Martínez.
Las realidades de cada lugar son distintas según los espacios, pero hay algunos puntos comunes en medio de la crisis.
‘‘Nos pusimos de acuerdo con otros dueños de gimnasios para los precios. Todavía estamos tapando deudas porque fueron muchos meses sin laburar. Los impuestos y alquileres siguen como si fuera un momento normal y en ese tiempo no se generaron los mismos ingresos. Durante el parate usamos las clases online y el alquiler de elementos para acortar gastos’’, comentó Marín.
El punto en el que ambos consultados coinciden es la dificultad que planteó el horario hasta la semana pasada, ya que durante la pandemia se extendió hasta las 18. ‘‘La franja de mayor concurrencia normalmente es de 6 a 9 de la noche, pero nos adaptamos y llegamos casi a 10 personas que concurren durante la semana’’, dice Félix. Siri agrega que ‘‘siempre la gente concurrió a los gimnasios cuando termina sus trabajos habituales. Cerrando a las 18, mucha gente no puede venir porque no le dan los tiempos’’. Como la última flexibilización les permite ir hasta las 20 horas, esto fue una muy buena noticia.
La variante del espacio es fundamental, ya que no están todos en las mismas condiciones pero las reglas son iguales. ‘‘Desde la aceptación de la gente tuvimos un muy buen inicio, pero desde las normativas todavía estamos limitados y perjudicados varios gimnasios de Roca’’. Siri subraya que la gente respondió bien a la reapertura del gimnasio, pero los límites de 9 personas por turno los perjudica.
‘‘Tenemos un espacio muy grande. Estamos trabajando a un tercio de nuestro potencial, eso nos permite apenas salvar los gastos. La dirección de Deportes debería contemplar los límites porque no es lo mismo pagar un gimnasio más grande que otro más pequeño. Es como exigirle lo mismo al almacén de barrio que a un supermercado grande. Estaría bueno que eso se ajuste’’, pidió.
Finalmente, el profe que también trabajó en Deportivo Roca resaltó la necesidad de mantener el rubro más allá de las modificaciones en las fases de aislamiento social: ‘‘Estamos dispuestos, como ya lo demostramos, a trabajar en este contexto, respetando los protocolos y respetando el espacio requerido’’.
No subestimemos la actividad física
Más allá de las contingencias, tanto los dueños, como los profes y usuarios coinciden en la importancia que tienen los gimnasios.
Además de resultar fuentes de trabajo para profesionales de la disciplina, el rol social de estos espacios cerrados es importante y cobra mayor relevancia en este contexto.
‘‘Es un espacio de esparcimiento y salud. Estamos luchando contra el covid, pero no tenemos que olvidarnos de las enfermedades producto del sedentarismo como la diabetes o la hipertensión arterial. Además del estrés, porque la gente está emocionalmente destruida y necesita distenderse’’, señaló Siri.
‘‘No somos médicos, pero somos esenciales porque también somos agentes de salud, aunque muchos no lo miran de esa manera’’, aseveró.
En el mismo sentido, Martínez destacó la importancia de mantener los.
‘‘La actividad física es esencial para estar bien desde lo físico y lo psicológico. Eleva la capacidad del sistema inmune y mejora el cuerpo. Hay varios aspectos que se han olvidado en la cuarentena. En este caso el gimnasio es salud desde todo punto de vista. Sobre todo en este contexto de locura, donde pensamos mucho en lo que puede llegar a pasar. Frenar eso es parte de hacer actividad física, descargar energía y desconectar de lo que apabulla la cabeza. Entrenar con un profe capacitado para llevar adelante una rutina es fundamental’’.
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