La importancia de la poda en verde
Llegó la temporada para iniciar la poda estival y por eso mismo, el Ingeniero Agrónomo Gustavo Manzor, desde Choele Choel, nos explica cómo y cuándo debemos realizarla. Ventajas y desventajas de los distintos tipos de poda.
Muchas son las especies de árboles de diferentes variedades -frutales y cítricos-, como plantas arbustivas y florales, que debido a su gran desarrollo y crecimiento excesivo dependen de la necesidad de una poda extra en época estival.
La poda de verano, también conocida como “poda en verde”, tiene como objetivo principal la eliminación de los brotes secundarios que no le aportan beneficios a las plantas. Al mismo tiempo, esto colabora con que los nutrientes y la savia de la planta se concentren, de forma que puedan proporcionar mejores frutos y flores; o formas en el caso de los arbustos ornamentales.
De esta manera se logrará controlar la aparición de brotes nuevos que surgen desde la primavera, que no aportan ninguna utilidad a la planta. En líneas generales, la poda se trata de una labor que consiste en eliminar algunas partes del árbol con propósitos determinados.
En el arbolado urbano, por ejemplo, se realiza una poda que consiste en eliminar las ramas que puedan interrumpir el paso de los peatones o vehículos, tapar carteles indicativos, interceptar los cables de luz y la proyección de luces de las farolas del alumbrado público.
El Ingeniero Agrónomo Gustavo Manzor (MN: 16721), de Choele Choel, explica que por lo general esta práctica se hace en invierno porque la savia de las plantas está casi inmóvil. Esta situación produce una buena cicatrización en los cortes, sobre todo entrada la primavera. “Pero también existe la poda en verde, que se hace en la época estival y especialmente en árboles frutales, ayudando a mejorar el tamaño y forma del fruto”, aclara. Además, agrega que esta poda es más utilizada en producciones chicas o familiares, ya que realizar dos podas al año, en montes frutales de producción extensiva, es un costo muy alto.
Entonces ¿por qué podar en verano? Según el experto, “porque las ramitas que hay que cortar aún son verdes y tiernas, por lo que las heridas que le haremos a los árboles serán mínimas.
De esta manera, aclara Manzor, los árboles “no tendrán que desperdiciar energía en engordar y mantener todas esas ramitas que, de no ser podadas ahora, lo serán en el invierno”.
Según el Ingeniero, la poda de invierno favorece la fuerte brotación del árbol. En cambio, la poda en verde favorece la producción de flores y frutos. Si tenemos árboles vigorosos o que brotan demasiado, es mejor explotar los beneficios de la poda en verde. Así, “conseguiremos un mayor equilibrio estructural y funcional”, aseguró el profesional. Al mismo tiempo, agregó que “podemos darle poco a poco la forma y el tamaño que se adapte a nuestras necesidades y espacios. Nuestro trabajo se reduce mucho, ya que no es lo mismo eliminar ramitas tiernas de unos milímetros de grosor, que ramas ya leñosas. Los frutales de carozo son los más beneficiados con este tipo de poda”.
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Pero, ¿cómo se realiza la poda en verde? Para Manzor, se realiza de a dos veces. La primera intervención tiene lugar cuando los árboles se llenan de la brotación nueva.
Allí se eliminan los brotes que crecen a partir de las raíces o en la base del tronco, indica el profesional, y “los renuevos o brotes nuevos, excesivos o mal situados, que se cruzan o que crecen hacia dentro del árbol tapando la entrada de luz a la copa”. A ellos se suman los que nacen en la parte de atrás de las ramas y en el extremo terminal, compitiendo con el extremo o ápice de la propia rama. “También elimino los chupones: son los brotes que crecen verticales y muy fuertes, con mucho vigor, y le roban fuerza y sabia al árbol”, señaló.
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Algunos expertos practican el anillado en chupones, según acota Manzor. Este consiste en retirar en la base del chupón una vuelta completa de corteza de unos dos centímetros de ancho, transformándose en rama fructífera. “Hay que prestar mucha atención a este último, el chupón, que se da en la mayoría de los frutales como los nogales, almendros, frutales de carozo, pepita y cítricos. Quitando sabia a la planta puede crecer mucho en una semana, e imagínense en una temporada, explicó.
Según el profesional, en octubre se pueden eliminar brotes excesivamente numerosos, mientras que en febrero, se pueden despuntar ramas de más de 30 centímetros, con el fin de favorecer yemas de flor. Luego de cosechada la fruta, se realizan cortes de achique en los árboles que necesitan contener el tamaño, y si esta operación se deja para el invierno, se provoca una explosión de chupones que luego habría que eliminar, con la consiguiente pérdida de energía para el árbol. “Es clave podar al ras las ramas del año y otras mal orientadas hacia abajo o hacia adentro de la copa”, indicó.
En manzanos y perales, Manzor asegura que se podan cortas las ramas del año, para que acumulen reservas en la base y generen yemas engrosadas, que son las que van a dar fruta.
En rosales, según el experto, se debe eliminar chupones lo más cerca del nacimiento y cortar las flores que empiezan a marchitarse, así comienzan a crecer las otras.
En lavandas, aconseja realizar una poda de primavera, en donde se empareja la forma de la planta; y otra en verano, cortando las flores que ya comienzan a secarse.
La poda del geranio es recomendable realizarla a comienzos de primavera, y luego en verano cada vez que comienza a secarse la flor.
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“Los cortes que realicemos deberán estar hechos con tijeras podadoras adecuadas, y deben ser limpios, en diagonal, justo por encima de una yema bien situada. Si son algo grandes, los cubriremos con productos selladores adecuados”, indicó.
No obstante, el profesional afirma que la tarea de poda es un trabajo delicado y las plantas son seres vivos y gracias a ellas, de forma directa o indirecta, vivimos todos los demás seres vivos del planeta. Por eso mismo, merecen toda nuestra consideración y respeto. “Es por ello que una operación como la poda nunca ha de convertirse en una agresión, sino en un instrumento que beneficie a la planta y nos beneficie a nosotros, como sus cuidadores”, enfatizó Manzor, y cerró con que “un árbol bien podado nunca dará la sensación de estar amputado, su aspecto tiene que ser equilibrado y hermoso. Si no es así, es que no se ha hecho bien el trabajo”.
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