La historia oculta de “la primera ciudad”
“Oficialmente, Roca se convirtió en la primera ciudad del país en contar con un servicio de Transporte Público de Pasajeros concesionado a una Cooperativa de Trabajo que surge a partir de una empresa recuperada”.
Así presentó el gobierno municipal la noticia, después de que el Concejo refrendara el contrato con los nuevos responsables de trasladar a los roquenses entre los barrios y el centro.
Sin dudas, una jugada inteligente. Contar la historia empezando por el final siempre es una buena estrategia, máxime en tiempos donde sólo parece importar el aquí y ahora.
Pero en este caso, ese esfuerzo en la construcción del relato no alcanza para borrar las páginas iniciales.
Esos primeros capítulos, que el Ejecutivo elige pasar rápido, cuentan también que Roca fue “la primera ciudad”, pero en quedarse sin colectivos en medio de la pandemia.
Durante largos 70 días, con la crisis sanitaria calando los bolsillos de los trabajadores, en Roca fueron muchos los que gastaron fortunas en taxis, caminaron o pedalearon en pleno invierno porque desapareció el servicio urbano.
En su comunicado, el gobierno asegura que el final de la historia “demuestra la importancia de contar con un Estado presente, que en el caso del Municipio se involucró en la resolución del conflicto, algo muy diferente a lo que hizo el Estado Nacional durante el gobierno del ex-presidente Macri que le sacó los subsidios al transporte público, uno de los motivos que originó la quiebra de la empresa 18 de Mayo y muchas otras en todo el país”.
De ser posible una nota al pie, el texto oficial podría agregar que “el municipio resolvió un conflicto… creado dentro del mismo municipio”, porque fue precisamente el anterior gobierno local el que dejó correr el tiempo, para llamar a una licitación a último momento y generar el clima propicio para que la bomba estallara en manos de la nueva gestión, en diciembre del 2019.
Esa desidia, principalmente con los usuarios, puede comprobarse a partir de un dato concreto: Macri gobernaba también para los cipoleños, para los barilochenses, para los viedmenses… y la única ciudad que no pudo sortear los efectos de los recortes de subsidios fue Roca.
Esa tendencia de trasladar a terceros la responsabilidad sobre los problemas propios, colisiona con la naturaleza jurídica del sistema de transporte.
Aunque parece haber sido olvidado, se trata de un servicio público concesionado. Es decir que los prestadores tienen una responsabilidad importante, pero las directrices nunca dejan de estar en la órbita del Estado Municipal.
Por eso, hablar del gobierno nacional, de la empresa que quebró, pero no mencionar el escaso esfuerzo creativo y económico del municipio para evitar el colapso del año pasado significa contar la historia en forma sesgada.
Un párrafo aparte merece el esfuerzo de los trabajadores, que crearon una estructura para mantener sus fuentes laborales.
Lo que también es importante advertir es que siguen dependiendo, tanto como el año pasado, de los subsidios del Estado.
Esa fragilidad impone la necesidad de estrategias eficaces de administración, para evitar que un viento de frente desmorone sus ganas de crecer.
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