La historia de Máximo, el perro antinarcóticos de Allen
Este pastor belga “trabaja” para la División de narcóticos de Allen y fue adiestrado desde que cumplió 45 días en la tarea que desempeña. Su entrenador, Fernando Soto, cuenta en qué consiste el proceso, derriba algunos mitos y enumera los logros de su “fiel compañero”.
Máximo es un pastor Belga Malinois. Pero además, es uno de los perros que integra la División de narcóticos de Allen. El Cabo 1° Fernándo Soto es el adiestrador de este famosos ejemplar, y le contó a RÍO NEGRO, no sólo la historia de Máximo, sino también cómo es su entrenamiento.
Máximo nació de una camada de nueve hermanos y desde muy pequeño demostraba en su comportamiento, una conducta que superaba al resto de los cachorros. Con 45 días, quedó a cargo de Fernando Soto, para recibir la enseñanza y aprender a desempeñarse laboralmente. Sin embargo, el vínculo entre el perro y el Cabo fue más allá y se convirtió en un integrante más de su familia y en su fiel compañero. “Máximo tiene una vida feliz. Pasa todo el día conmigo y me acompaña a todos lados”, cuenta Fernando.
Cuando se creó la unidad canes en Allen, Soto fue designado como entrenador. “Es un trabajo hermoso dentro de las fuerzas de seguridad, y poder brindar todo el cuidado necesario a los perros, para mí es una gran satisfacción”, dice.
Soto destaca del perro la conducta proactiva e inteligente, propia de su raza, además del carácter entusiasta y veloz.. Dice que es sociable, y que disfruta de los entrenamientos. “En cada oportunidad que se presenta viajamos juntos”, cuenta
.A Máximo le enseñó comandos de voces para movimientos, además de los más sencillos, como por ejemplo sentarse, echarse, saltar obstáculos. Luego, lo entrenó con la asociación de olores usando diferentes técnicas de aprendizaje, como el condicionamiento por el cual el perro, frente a un estímulo neutro, obtiene una respuesta positiva. Es decir, que cuando llega a ese aroma tiene de forma sorpresiva un premio. “Es aquí -aclara Soto- donde rompemos el “mito” de que a los perros detectores se les hace ingerir distintos tipos de estupefacientes o droga. Eso es sumamente perjudicial para su salud. No lo hacemos”, asegura Soto.
Una vez que logró entrenarlo en la detección de aromas, Soto comenzó a ensamblar los entrenamientos aprendidos previamente, en diferentes lugares, como terminales de ómnibus, puestos policiales, lugares públicos, entre otros. Así, el perro anuncia ladrando y alerta a sus tenedores policiales, el lugar del que proviene el aroma.
El cabo cuenta que “cuando se habla de razas no se trata de discriminar a los perros mestizos. Se nota en el tiempo del trabajo de adiestramiento y la durabilidad en la fuerza del animal. Con Máximo, cuenta la experiencia de su genética y se va a encontrar sano durante un período determinado”, explica.Para Soto, en el caso de utilizar perros mestizos, el inconveniente es que se desconoce su genética y esforzar a un cachorro a realizar algo que no puede cumplir, no es lo deseado ni es saludable para el animal. “Por eso elijo las razas y si puedo criarlos desde pequeños, mejor”, especificó. Y añade: “También sucede en perros mestizos que de cachorros tienen aptitudes para el trabajo, pero manifiestan miedos, como a los camiones o ruidos y trabajar en una ruta súper transitable sería una tortura para el animal. Eso no es lo que se busca”, explica Fernando.
Por estas razones, el experto hace hincapié en la importancia de la estimulación temprana de los canes.
Máximo convive con Fernando y realiza entrenamientos tres veces por semana, además de los operativos, los cuales son rotativos para todos los canes de la unidad.Generalmente, el perro realiza los operativos con su instructor, pero en caso de que éste no asista, se maneja muy bien con los demás compañeros de la División. “Después vuelve a dormir en su cama, pero a mi lado”, dice Fernando, de su fiel amigo y compañero que comparte el resto del tiempo, en los días de descanso y vacaciones junto a su familia.
Máximo en operativos
● Agosto del 2019 en conjunto con la delegación toxicomanía Cipolletti, se secuestraron 36 kilos de cocaína.
● Diciembre del 2019 logra detectar medio kilo de cocaína en un micro de larga distancia en Allen.
● Enero del 2020, en un operativo denominado “ruta blanca”, Máximo detectó 13 kilos de cocaína proveniente de Buenos Aires, en el puesto de Casa de Piedra.
● Marzo del 2020, en el operativo “Aceite verde” Máximo detectó en un camión un cargamento de 10 kilos de marihuana y 1 kilo y medio de cocaína.
* Septiembre del 2020, en conjunto con la delegación Cipolletti se logra detener la marcha de un vehículo de esta ciudad y Máximo marca un alerta: había 3 kilos de cocaína.
* Marzo del 2021 en conjunto con las delegaciones de toxicomanía de Bariloche y Roca, se logran incautar 25 kilos de cocaína en un campo en Cervantes.
● Abril 2021, en conjunto con la delegación de toxicomanía de Cipolletti detectó un cargamento de 50 kilos de marihuana en Fernández Oro.
● Abril 2021, Máximo detectó en una casa del Roca 23 kilos de cocaína y 10 kilos de marihuana
● Julio 2021, con la delegación de toxicomanía Allen en el puesto de “Casa de piedra”, Máximo detectó en un vehículo proveniente de Bs. As, 9 kilos y medio de cocaína de máxima pureza, que venían ocultos en un doble fondo del piso.
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