La higuera de Paso Córdoba que se resiste a morir

Está ubicada a metros del cañadón de ingreso a lo que se conoce como el laberinto, en la zona del náutico. Los memoriosos dicen que tiene más de 100 años.

Debe haber visto pasar miles de caminantes, de pescadores, de paisanos cabalgando. También infinidad de motoqueros o ciclistas. Seguramente ofreció su sombra desinteresada a los que alguna vez buscaron cobijo del implacable sol que castiga fuerte sobre la costa del río.

La higuera de Paso Córdoba resiste el paso del tiempo y se reinventa cada primavera. Cuando los que la conocen ya la dan por muerta, ella irrumpe con nuevos brotes y frutos, mientras se dispone a transitar un nuevo verano junto a la barda.

Está ubicada a escasos metros del cañadón de ingreso a lo que se conoce como el laberinto, en la zona del club náutico sobre la margen sur del río Negro.

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Claramente no es una planta que debiera estar ahí, compitiendo con alpatacos, jarillas, chañares y tamariscos, pero soporta como la mejor el paso del tiempo y del maltrato. Y que no sea su habitat natural parece no importarle demasiado.

Algunos memoriosos estiman que ya superó o anda muy cerca de los cien años de edad. Un dato difícil de certificar, pero a juzgar por su “piel” ajada y sus troncos viejos, curtidos y resecos no le deben errar por mucho.

Contaban antiguos pescadores que la higuera ya estaba en el lugar desde la época en que el río se cruzaba en la balsa.

Varios de esos pescadores ya no están presentes, pero en su momento divulgaron que en sus años mozos recorrían ese sitio, y esa planta en particular ya estaba crecidita.

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Es más, en algún momento fueron dos las higueras presentes en el lugar, pero una de ellas marchó río abajo en alguna creciente que fue más fuerte que sus raíces.

La higuera que quedó en pie está muy maltratada. Está vieja, le han hecho fuego en la base, la atacan las hormigas, y ella sigue ahí, resistiendo.

En algún momento cumplió una función sanitaria, lo que la llevó a experimentar un castigo más grande del que ya traía de antemano.

Esto fue así porque existe la creencia que las higueras curan la hernia, y esta planta puede dar fe de intentos en ese sentido. Según esta creencia, si se tatúa el molde del pie del afectado de hernia sobre la corteza de la higuera y luego se retira el material vegetal, a medida que la planta va cerrando su herida también lo hace la de la persona afectada.

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En la higuera de Paso Córdoba aún se pueden apreciar los faltantes de corteza con forma de pie sobre sus troncos maltrechos, prueba fiel de que aportó lo suyo en salud.

Pero tampoco esta práctica fue suficiente para extinguirla.

Hoy este longevo árbol frutal da sobradas muestras, una vez más, de que está dispuesto a seguir entre nosotros por varias temporadas más.

Existe la creencia popular de que las higueras curan la hernia, y esta planta puede dar fe de intentos en ese sentido.

Datos

Existe la creencia popular de que las higueras curan la hernia, y esta planta puede dar fe de intentos en ese sentido.

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