La guerrilla usa el secuestro contra aliados de EE. UU.

BAGDAD (AFP).- Una nueva táctica contra los aliados estadounidenses fue adoptada ayer por los milicianos chiítas que combaten a EE. UU. Tres japoneses, un canadiense, dos árabes israelíes y siete coreanos, estos últimos ya han sido liberados, fueron secuestrados en Irak por grupos radicales como medida de presión para que las tropas de la coalición internacional abandonen el país o para liberar a los iraquíes detenidos por éstas.

El grupo iraquí hasta ahora desconocido, las Brigadas de los Muyaheidines, amenazó ayer con «quemar vivos» a los tres rehenes nipones si Japón no retira las tropas de Irak, según la televisión de Qatar Al Jazeera.

La televisión qatarense difundió un video en el que muestra a los japoneses con los ojos vendados rodeados de hombres armados, y documentos de identidad japoneses.

Los rehenes han sido identificados en Tokio como dos cooperantes y un reportero gráfico. «Tres de sus hijos han caído en nuestras manos y tienen la elección: o retiran las tropas o les quemamos vivos», precisa el grupo en un comunicado que acompaña el documento audiovisual dirigido al «pueblo japonés amigo», que da un plazo «de tres días a partir de la difusión del documento filmado» para la ejecución de su amenaza.

Tokio hizo saber inmediatamente que no tiene la intención de retirar sus soldados de Irak. «Como nuestras Fuerzas de Autodefensa (FAD, el ejército japonés) aportan un apoyo a la reconstrucción para el pueblo iraquí, no tenemos ninguna razón para retirarnos», afirmó el portavoz Yasuo Fukuda.

El primer ministro Junichiro Koizumi ordenó que se realicen «todos los esfuerzos posibles para salvar a los rehenes» mientras que el ministro de Asuntos Exteriores Yoriko Kawaguchi exhortó a todos los civiles japoneses, incluidos los periodistas, para que abandonen Irak.

Unos 550 soldados del ejército de tierra nipón se encuentran desde marzo en Samawa (sur de Irak) para una misión consagrada a la reconstrucción y a operaciones humanitarias y logísticas.

Por su parte, el ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá informó del secuestro de un canadiense, en el sur de Irak. Se trata de Fadi Ihsan Fadel, que trabaja para una organización humanitaria estadounidense .

Por su parte, los medios de comunicación israelíes informaron del secuestro de un árabe israelí y de otro árabe de Jerusalén este por una organización radical en Irak. La televisión pública israelí divulgó las imágenes difundidas por la cadena de televisión iraní Al-Alam en las que se ve a dos hombres en cautividad y documentos de identidad israelíes que estaban en su posesión, según la televisión.

Estos fueron secuestrados en Irak por el grupo radical Ansar Al-Dine, según la misma fuente.

En las imágenes difundidas, los dos hombres, en respuesta a las preguntas de sus secuestradores, se identifican e indican que trabajan para organizaciones de ayuda humanitaria.

Los secuestradores exigen la liberación de todos los iraquíes detenidos por las fuerzas de la coalición para liberar a los rehenes, según la misma fuente. Ocho pastores surcoreanos también fueron capturados por insurgentes, pero uno pudo escapar y unas horas más tarde, los otros siete coreanos fueron liberados sanos y salvos.

El ministro del Interior iraquí, que tiene a su cargo la policía y las fuerzas de seguridad, renunció a petición del máximo administrador estadounidense del país, L. Paul Bremer.

Se dijo que el ministro había dimitido para mantener el equilibro entre las facciones sunita y chiíta del consejo de gobierno, pero hubo conjeturas de que la renuncia estaba vinculada con la incapacidad de la policía iraquí para enfrentar de manera efectiva a los insurgentes chiítas.

Milicianos, en su mayor parte del Ejército al-Mahdi creado por el clérigo chiíta Muqtada al-Sader, tenían pleno control de las ciudades sureñas de Kut, Kufa, y de la parte central de la ciudad sagrada de Nayaf.

 

Dudas sobre la futura policía

 

Los policías en esas ciudades abandonaron sus cuarteles o permanecieron de brazos cruzados mientras los combatientes merodeaban por las calles.

La actitud de los policías planteó interrogantes sobre una fuerza en que confiaban los ocupantes para mantener la seguridad en el futuro.

En Bagdad, fuerzas de Estados Unidos combatieron durante la noche con la milicia de al-Sader en su bastión de Bagdad, una urbanización marginal denominada Ciudad Sader. Un helicóptero estadounidense atacó las oficinas de al-Sader al amanecer del jueves, causando graves daños y una cifra no especificada de heridos.

El teniente general Ricardo Sánchez, jefe de las tropas estadounidenses en Irak, dijo que las fuerzas de coalición avanzarían pronto sobre las poblaciones capturadas por los chiítas para reconquistarlas.

Sánchez dijo que parecía haber vínculos al «más bajo nivel'' entre la milicia chiíta, que ha enfrentado a la coalición en varias ciudades del sur, y los insurgentes sunitas, que han combatido a las tropas norteamericanas en ciudades del centro del país como Fallujah y Ramadi.


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