Exclusivo Suscriptores
La gran tragedia migratoria
Hasta mediados del siglo pasado, era habitual suponer que un “refugiado político” sería un intelectual disidente, alguien como Aleksandr Solzhenitsyn que escapaba de un régimen totalitario, y que ayudarlo sería muy beneficioso para el país anfitrión. Puesto que había pocos, no era difícil para quienes simpatizaban con ellos hacer del asilo para las víctimas de tiranías un
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios