La fiscalía intentará probar que hubo «intención» de atropellar y matar a Facundo en Cipolletti
Mañana está prevista la audiencia de formulación de cargos. El abogado de Ramiro Gutiérrez, que se entregó hoy, aseguró que fue un "accidente".
Esta mañana fue el velorio de Facundo Castillo, muchos lo conocían como Burrito, como dice el cartel. (Yamil Regules)
Algunos segundos fueron suficientes para que la defensa de Ramiro Gutiérrez, sospechoso de atropellar y matar a Facundo Castillo, mostrara sus cartas. “Fue un accidente”, “hubo una riña”, “no fue doloso como dicen los medios”, fueron algunas de las frases que repitió, en varias oportunidades, Julio Romero, abogado defensor del joven de 24 años que será acusado mañana por homicidio simple en Cipolletti.
Gutiérrez, alias el Gitano, se entregó a la justicia en la madrugada de hoy más de 40 horas después del siniestro fatal que aconteció a la salida de una fiesta en la Finca La Nonina que terminó con la vida de Facundo. Hoy fue despedido por sus seres queridos.
Será la estrategia del letrado para intentar que la causa penal se encarrile sobre el delito de homicidio culposo que prevé penas leves, aunque en su mayoría de cumplimiento efectivo.
En el otro rincón, el fiscal Martín Pezzetta y el querellante Gabriel Contreras tienen todo listo para acusar por homicidio y pedir una prisión preventiva de ocho meses. Con el antecedente de la fuga, todo indica que será otorgado por la jueza de Garantías que dirigirá la audiencia de formulación de cargos.
El dolo (intención), que es lo que intentará probar la parte acusadora, es clave para definir este proceso penal. Es que el culposo, con el agravante de la fuga, prevé penas de 3 a 6 años de prisión. Para que sea de cumplimiento efectivo debe ser superior a tres. En tanto, el simple fija una escala de 8 a 25 años de prisión.
Luego de la entrega, que se hizo en la Comisaría Cuarta, Romero y aseguró que el siniestro fatal se trató de un accidente. “No es como lo dicen los medios, hubo una pelea, una riña. Los chicos bajaron, eran 30 personas contra 15. Dieron reversa, marcha atrás y sin querer atropellan. Estamos hablando de un homicidio culposo por negligencia, con imprudencia, no doloso como está caratulado provisoriamente”; señaló.
El defensor insistió que las pruebas, testigos, pericia del vehículo y autopsia, demostraran que “no es como dicen los medios” y que se trató de un accidente.
Agregó que Gutiérrez tiene una fractura de mandíbula que fue operado por esa razón no se puso a disposición de la justicia antes. Mencionó que la familia de Gutiérrez está preocupada por la muerte del joven de Neuquén que tenía 29 años. Fue la argumentación tácita de porqué no se entregó antes.
Por la gravedad del hecho y las repercusiones del caso, se esperaba que la formulación de cargos se concretara hoy. Sin embargo, los acusadores dedicaron gran parte del día a relevar testimonios. Pezzetta tomó varias declaraciones durante la jornada de hoy para terminar de darle forma a la presentación que hará para acusar a Ramiro Gutiérrez por homicidio por la muerte de Facundo Castillo.
Tras la entrega del hombre sospechoso de conducir la BMW X1 que atropelló al joven neuquino en la madrugada del domingo en Cipolletti, Pezzetta se dedicó casi exclusivamente a escuchar a los testigos presenciales de fatal incidente que se originó a la salida de una fiesta en la Finca La Nonina.
Como adelantó Río Negro, varios de ellos, sostuvieron que Gutiérrez, detenido en la Comisaría Cuarta, tuvo intenciones de atropellar Castillo. Incluso señalan que cuando inició la fuga volvió a pisarlo. Desde el entorno de la víctima, que fue velado ayer (ver aparte), solicitaron a través de las redes sociales que todas las personas que estuvieron en el predio, ubicado en calle Julio Salto, a pocos metros de la Ruta 22, presten testimonio.
Son prueba clave para que la acusación sea por homicidio doloso y no culposo que es lo que intentará probar la defensa de Gutiérrez, Julio Romero. Para eso Pezzetta y el equipo de fiscales deberá trabajar arduamente ya que no es tarea sencilla probar un dolo en un accidente de tránsito seguido de muerte.
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