La familia De la Rúa se prepara para el poder

Buenos Aires – Que Fernando de la Rúa es un hombre desconfiado, no es ninguna novedad. Desconfía de todos y de todo. Sus funcionarios saben que él tiene la última palabra en las decisiones importantes. Y para formar parte de su equipo de trabajo hay que entrar antes a su entorno.

Por eso, el candidato presidencial de la Alianza se apoya mucho en su familia; después de todo, son las personas más cercanas y donde más confianza puede depositar. Pero ese «depósito» es también uno de sus aspectos más criticados: muchos -opositores y correligionarios- miran con recelo el enorme poder de sus parientes. «Si llega a la presidencia, es posible que Fernando rompa una tradición radical, la de no poner familiares de primer orden en puestos altos de gobierno», dice un funcionario porteño.

Su hijo Antonio es el coordinador de la publicidad proselitista. El menor, «Aito», su principal acompañante en las giras. Inés Pertiné, la mujer del candidato, está al frente de la fundación familiar. Su hermano Jorge, un penalista de prestigio, se mudó a Buenos Aires para encabezar el equipo que diseña el proyecto de reforma del Estado. Su primo Eduardo es uno de los más importantes recaudadores de la campaña. Su cuñado, el contralmirante retirado Basilio Pertiné, es el principal nexo con las Fuerzas Armadas y algunos hasta lo ven como candidato a jefe de la SIDE.

Los hijos «fashion»

Antonio De la Rúa tiene 25 años y una influencia ilimitada sobre su padre. Es una de las piezas clave del equipo de campaña aliancista y coordinador de la publicidad proselitista. El está al frente de los profesionales que hacen los afiches y los spots publicitarios. Y él es quien logró reunir a dos «grandes» de la publicidad argentina: el «joven prodigio» Ramiro Agulla y el viejo patriarca de la propaganda política David Ratto. Ellos son los «competidores» del brasileño Duda Mendonca, el publicista de Eduardo Duhalde.

Antonio es abogado, aunque no practicó aún su profesión. Su vocación: la política y la comunicación. Es admirador y ferviente lector de Dick Morris, ex jefe de campaña de Bill Clinton . Su excelente nivel de inglés le permite comunicarse semanalmente con el «gurú» norteamericano vía teléfono o email.

En el partido le temen: algunos lo ven como el «cerebro gris» del delarruismo y dicen que él puede remover y colocar funcionarios. El joven se defiende: «¿Cómo voy a tener tanto poder si apenas tengo 25 años?».

Su hermano menor, Fernando «Aíto» no tiene una influencia tan directa. Pero está aprendiendo los conocimientos básicos de la política de la mano de su padre: es el familiar que más lo acompaña en las giras. Luego le cuenta a su hermano Antonio los pormenores de lo que vio: aquello que hay que mejorar, aquello que hay que acentuar, aquellos que hay que alejar.

Fernando es el preferido de las jóvenes militantes radicales. A las chicas les encanta, sobre todo cuando aparece en los actos públicos con su mejor amigo, Coraje Abalos, ex integrante de «Jugate Conmigo» (el programa de Cris Morena) e hijo del secretario personal y primo segundo de De la Rúa, Roberto Abalos.

La primera dama

Inés Pertiné Urién ya se está preparando para ser la próxima primera dama: aceleró sus estudios de inglés y refuerza sus conocimientos de francés. Ya le dijo a su marido que, si llega a la presidencia, quiere acompañarlo en las giras internacionales.

Y apuesta también a reverdecer su vocación nunca asumida: siempre quiso estudiar diseño de interiores. «Si vamos a Olivos, voy a redecorar la quinta», dice.

Inés maneja la economía hogareña, pero extiende sus tareas hacia afuera del hogar. Es quien maneja la fundación Funcer, que funciona como base de sus equipos de campaña (allí hace base su hijo Antonio).

Además, la aspirante a primera dama lee todos los diarios a primera hora de la mañana, subraya las noticias sobre su marido y luego se las comenta. Dicen que es su principal asesor de prensa.

«No soy política, soy la mujer de un político», aclara.

Ella pertenece a un familia de alcurnia. Sobre todo por parte materna: los Urién fueron grandes hacendados y su tío César «Machuco» Urién fue secretario de Agricultura y Ganadería de Frondizi. Su apellido paterno tiene historia castrense: es hija, nieta y hermana de militares.

El cuñado consejero

El hermano de la señora De la Rúa, el contralmirante retirado Basilio Benito Pertiné, es el principal consejero en temas militares y de seguridad del candidato.

Su foja de servicios es polémica: fue secretario del almirante Jorge Isaac Anaya en la guerra de Malvinas y jefe de la Aviación Naval durante los primeros años del menemismo.

Según el torturador arrepentido Adolfo Scilingo, «Pertiné fue una pieza más del plan de exterminio de la dictadura y participó en algunos vuelos de la muerte».

Ahora, además de asesor ad-honorem de su cuñado, es uno de los directores de la empresa americana Lockheed Martin, concesionaria de la Fábrica Militar de Córdoba y encargada de acondicionar 36 aviones Skyhawk con un presupuesto de 300 millones. «Yo no seré el Emir Yoma de De la Rúa», avisa él. Y el candidato lo respalda: «Basilio, más que cuñado, es un amigo».

El hermano y el primo

En su necesidad natural de apoyarse en su gente de confianza, Fernando De la Rúa le pidió a su hermano Jorge que se mudara de Córdoba a Buenos Aires: «Quiero que encabeces el equipo que está diseñando el plan de reforma del Estado que me hará falta para gobernar», le dijo.

Jorge de la Rúa es un prestigioso penalista de Córdoba y fue ministro del ex gobernador Eduardo Angeloz. Pero no siempre fue «delarruista»: en 1994 fue convencional constituyente -desde el alfonsinismo- y votó a favor de la cláusula reeleccionaria a la que su hermano se oponía.

Ahora, ya en la Capital, comenzó a elaborar el proyecto para crear nuevos ministerios, dividir Economía de Obras Públicas y separar de la órbita de Presidencia a varias dependencias, como Turismo, Deportes y Desarrollo Social. Jorge coordina un equipo que también forman Nicolás Gallo, José Luis Machinea y Rodolfo Terragno.

Otro De la Rúa, Eduardo, primo del candidato, tiene a su cargo la recaudación de la campaña, cargo que comparte con Gallo. «Eduardo recauda en los sectores financieros y bancarios», explica un integrante del Comité de campaña. El primo De la Rúa viene de esa rama: durante 10 años fue gerente legal del Banco Crédito.